Soja: ROSARIO
$490.000 0.00%
Maíz: ROSARIO
$275.000 1.50%
Trigo: ROSARIO
$245.000 4.26%
El 3 de diciembre de 2025, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los gobernadores Ignacio Torres (Chubut), Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Carlos Sadir (Jujuy) mantuvieron una reunión con el renovado triunvirato de la Confederación General del Trabajo (CGT), integrado por Octavio Argüello, Jorge Sola y Cristian Jerónimo, con el objetivo de evaluar el proyecto de reforma laboral impulsado por el Gobierno nacional. El encuentro, calificado como “clave” por sus protagonistas, reunió además a referentes de los principales gremios del país y busca definir la posición del bloque opositor provincial, denominado Provincias Unidas.
El objetivo central del cónclave fue analizar los principales puntos del proyecto oficial, debatir sus posibles efectos en el mercado laboral y definir el rol político de Provincias Unidas – que cuenta con 22 legisladores en la Cámara de Diputados. Dado el peso de la CGT en el mundo sindical, la reunión marcó un intento de acercamiento institucional entre mandatarios provinciales y dirigentes obreros, con miras a construir un posicionamiento común frente a la iniciativa.
En la reunión participaron también dirigentes gremiales de primera línea: Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Pablo Gabriel Pagez (SMATA) y Pablo Flores (AEFIP). El encuentro, según calificaron los organizadores, permitió abordar de manera integral la “situación económica actual”, repasar el balance sindical de 2025 —en el marco del histórico Consejo de Mayo— y planificar metas conjuntas para 2026.
“Fue una reunión importante con las autoridades recientemente asumidas de la CGT, en la que analizamos la propuesta de reforma laboral presentada por el Gobierno Nacional”, señaló Torres. En la misma línea, el gobernador destacó la pluralidad de voces presentes, al remarcar que la convocatoria permitió “abordar la realidad sindical” de diferentes sectores.
La unión de gobernadores de distintas provincias con un bloque sindical tradicional como la CGT adquiere relevancia en un contexto de debate nacional sobre empleo, negociación colectiva y derechos laborales. El bloque Provincias Unidas —con fuerte representación en la Cámara baja— enfrenta el desafío de definir una postura uniforme frente a la reforma y, en este marco, la voz de los gremios se vuelve un factor clave.
Para los mandatarios provinciales, la iniciativa oficial podría reformar aspectos sensibles del mercado laboral, lo que impactaría en el mundo del trabajo, la organización sindical y la economía regional. Por ello, este primer acercamiento busca garantizar que en la elaboración o eventual aprobación de la reforma se tengan en cuenta las particularidades de cada provincia y del empleo registrado en diversos sectores.
Para la cúpula de la CGT —recién renovada— el encuentro representa una oportunidad de relanzarse como actor central en la discusión del empleo y los derechos laborales, después de varios años de turbulencias internas y cuestionamientos externos. La presencia de referentes de gremios clave del país refuerza esa pretensión.
En los ámbitos laborales, analistas señalan que una reforma sin consenso amplio podría generar conflictos sociales, por lo que la CGT podría jugar un papel de árbitro o mediador. Que ahora coincida en una mesa con gobernadores peronistas y no peronistas es una señal de apertura, pero también de la magnitud del debate que se aproxima en el Congreso.
Por su parte, desde el bloque Provincias Unidas manifestaron que están analizando cada artículo del proyecto oficial y que la reunión apunta a incorporar enmiendas de índole territorial —por ejemplo, teniendo en cuenta economías regionales donde la informalidad es alta— y derechos laborales de empleados públicos bajo regímenes provinciales. Las provincias, sostienen, no pueden quedar al margen del debate cuando la legislación laboral suele tener impacto directo sobre regímenes provinciales y convenios colectivos locales.
En ese sentido, el encuentro podría ser la primera piedra para un trabajo conjunto entre provincias y sindicatos: no solo un posicionamiento político, sino un compromiso de seguir dialogando caso por caso, sector por sector. De concretarse ese camino, la CGT retoma protagonismo en el terreno institucional y las provincias emergen como actores con voz propia en una reforma que hasta ahora parecía un asunto del Poder Ejecutivo y del Congreso.
La reunión en CABA se desarrolló en un contexto de creciente tensión social: inflación persistente, conflictos salariales en distintos sectores y un desempleo que preocupa. La reforma laboral, según sus impulsores, busca modernizar el mercado, reducir costos laborales y fomentar el empleo formal. Para los opositores, en cambio, representa una amenaza a los derechos adquiridos. Que gobernadores y sindicalistas dialoguen y acuerden una hoja de ruta conjunta puede marcar una diferencia en la correlación de fuerzas parlamentarias.
No está claro aún si la CGT o Provincias Unidas emitirán un comunicado conjunto con definiciones definitivas. Lo que sí parece evidente es que el bloque provincial ya puso sobre la mesa la posibilidad de disputar la redacción final del proyecto: no como espectadores, sino como actores con peso propio.
Con este primer paso, el debate de la reforma laboral en Argentina se expande más allá de los círculos oficiales: entra en un terreno federal, con gobernadores, sindicatos y provincias reclamando participación. Si ese movimiento toma forma, las negociaciones por venir estarán atravesadas por múltiples intereses: territoriales, gremiales y políticos.
