Por Agroempresario.com
En el III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, organizado por Agroempresario.com y realizado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero, Armando Allinghi, Director Ejecutivo de CIAFA, destacó la importancia de agregar valor local en la producción agroindustrial y su impacto en la bioeconomía argentina.
Allinghi abrió su intervención señalando que la CIAFA,Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos, con 35 años de historia y 65 miembros que representan empresas de producción y comercialización de fitosanitarios, fertilizantes e insumos, trabaja bajo el lema “Agregar valor”, un concepto central para fortalecer la competitividad del sector agroindustrial en Argentina.
El referente explicó que el crecimiento poblacional mundial, que pasará de 8.200 millones a 9.700 millones en 25 años, implica la necesidad de incrementar la producción de alimentos. “Esto exige eficiencia en cada hectárea y políticas nacionales que prioricen la producción local de insumos, como fertilizantes, siguiendo el ejemplo de China y Estados Unidos”, afirmó Allinghi.
En relación con la sostenibilidad, mencionó la encíclica Laudato Si del Papa Francisco, que subraya la integración del desarrollo humano, económico y ambiental. En este marco, la Argentina ha sido pionera en tecnología agrícola desde 1996, con la adopción de la soja RR y sistemas de siembra directa, consolidando un sector productor altamente tecnificado.
Allinghi destacó que la industria argentina posee capacidad de síntesis y formulación local de fitosanitarios, lo que permitió mantener abastecimiento durante la pandemia. “Contamos con 400 registros de empresas y 5.000 productos formulados, con más de 150 plantas productivas locales, lo que garantiza disponibilidad y agrega valor a la economía nacional”, indicó.
El Director Ejecutivo de CIAFA también abordó el mercado de fertilizantes: “En Argentina solo se repone el 40% de los nutrientes extraídos del suelo. Tenemos un mercado de cinco millones de toneladas, frente a 45 millones de Brasil y 400 millones a nivel global. Esto demuestra la necesidad de crecer en producción local y eficiencia”, señaló.
En cuanto a la propiedad intelectual, Allinghi recordó que la Argentina garantiza 20 años de protección de patentes para productos innovadores, lo que promueve la inversión y la incorporación de tecnología extranjera al país. Una vez vencida la patente, otras empresas pueden registrar y comercializar el producto, fomentando la competencia y disponibilidad de insumos.
Allinghi destacó la coexistencia de sistemas productivos mixtos, orgánicos y convencionales, señalando la importancia de la regulación y la supervisión de SENASA. Recordó la iniciativa de Campo Limpio, que gestiona envases vacíos, promoviendo la sostenibilidad del sector.
“Para nosotros, el productor debe tener acceso a la tecnología y a los insumos adecuados. Las decisiones sobre el uso de fertilizantes dependen de precios internacionales y márgenes brutos, pero siempre buscamos que la variable de ajuste no sea la tecnología”, explicó.
Dentro del enfoque de integración y valor agregado, Allinghi compartió detalles de proyectos en engorde porcino en Bolívar, con inversiones de 17 millones de dólares y capacidad para 100.000 animales por año. “Los granos que antes se exportaban ahora se transforman localmente, generando 230 empleos y fertilizantes orgánicos a partir de efluentes, reduciendo la huella de carbono”, comentó.
El ejecutivo resaltó que estos proyectos buscan combinar capacidades industriales y agropecuarias, potenciando la producción local y fomentando la bioeconomía argentina. Además, mencionó que Argentina produce solo el 1% de la carne porcina mundial, con un gran potencial para aumentar la conversión de granos en alimentos.
Allinghi también enfatizó la importancia de la gestión del agua en Mendoza. Actualmente existen 29 plantas de tratamiento, abarcando casi el 90% del agua, y se evalúa avanzar hacia tratamientos terciarios para eliminar bacterias y parásitos, mejorando la calidad del agua para riego.
“El rediseño de sistemas de riego permitirá agricultura de mayor intensidad, con un abastecimiento continuo y más seguro. Esto promueve un ordenamiento territorial eficiente y nuevas oportunidades productivas, desde horticultura hasta ganadería y vitivinicultura”, afirmó.
El referente explicó que el modelo histórico de oferta de agua está en transición hacia un modelo basado en la demanda, donde el precio refleja el consumo y permite ajustar la inversión hidráulica. Destacó la necesidad de integrar la economía circular del agua con la bioeconomía y la circularidad del carbono, impulsando la productividad y la sostenibilidad en Mendoza.
Allinghi subrayó que Mendoza se está transformando en un territorio cada vez más bioeconómico, donde la generación de valor no depende solo del volumen agrícola, sino de la transformación de productos y servicios asociados, como vitivinicultura, fruticultura, horticultura y aceites de oliva de alta calidad.
Respecto a la vitivinicultura, explicó que el Malbec sigue siendo el producto insignia en exportaciones y mercado interno, mientras que el vino de mesa enfrenta desafíos en precios y competitividad territorial, afectando principalmente a pequeños y medianos productores.
En fruticultura, señaló que Mendoza lidera la producción de duraznos para fresco e industria, mientras que la ciruela y frutos secos presentan oportunidades de crecimiento, especialmente en cultivos adaptados a las nuevas demandas de consumo saludable.
En horticultura, destacó el crecimiento de verduras de cinturón verde y especialidades como brócoli y kale, que representan oportunidades para empresas pequeñas y medianas, impulsando la diversificación y valor agregado en el territorio.
El especialista remarcó que Mendoza produce alrededor de 150.000 terneros, pero solo 30.000 se engordan localmente. La expansión de pasturas y la utilización de tierras abandonadas con infraestructura de riego representan una oportunidad para incrementar la producción animal y generar valor agregado dentro de la provincia.