Por Agroempresario.com
Claudio González, Director del Departamento de Agronomía y Ambiente de la UADE, Facultad de Ingeniería y Ciencias Exactas, presentó en el III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen” y la Cumbre Mundial de la Bioeconomía, organizados por Agroempresario.com y realizados el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero, un completo análisis sobre la inteligencia artificial aplicada a la agricultura argentina y su rol en el desarrollo de la bioeconomía nacional.
Durante su exposición, González destacó la importancia de integrar tecnología, conocimiento y datos históricos para potenciar la producción agropecuaria, mejorar la logística de los cultivos y optimizar los procesos productivos sin reemplazar al productor, sino amplificando sus capacidades.
González comenzó su charla recordando que la agricultura es una actividad milenaria que acompaña a la humanidad desde el Paleolítico. “La historia del desarrollo humano ha estado siempre vinculada a la producción de alimentos”, afirmó. Y planteó un interrogante central: cómo nos imaginamos la producción de alimentos en el futuro, cómo la bioeconomía juega un rol fundamental y cómo la inteligencia artificial puede potenciarla.
Argentina, explicó, no solo posee tierras fértiles y cuencas estratégicas, sino también una valiosa acumulación de datos históricos: rendimientos por hectárea, valores de precipitación, radiación, clima y condiciones de cultivo a lo largo de más de un siglo. Esta información constituye la base ideal para el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial, que requieren datos precisos para generar predicciones confiables.
“La industria agropecuaria argentina es uno de los sectores que más datos ha almacenado históricamente. Esa información es oro para la inteligencia artificial”, remarcó.
González subrayó que la IA no viene a reemplazar al productor, al ingeniero agrónomo o al personal de campo, sino a potenciar su trabajo. Explicó que la inteligencia artificial es una rama de la informática que desarrolla sistemas capaces de ejecutar tareas que requieren razonar, aprender, tomar decisiones, reconocer patrones, interpretar lenguaje o imágenes y adaptarse de manera similar a los seres humanos.
Existen tres tipos de inteligencia artificial:
González enfatizó que la IA aplicada a la agricultura amplifica el conocimiento humano y optimiza procesos, permitiendo a los productores tomar decisiones más precisas sobre rendimientos, fertilización, nutrición y logística.
Durante su presentación, González recordó una enseñanza de Fernando Vilela: bioeconomía = biomasa + conocimiento. Propuso actualizar esta ecuación: bioeconomía = biomasa + conocimiento elevado a inteligencia artificial. “La IA potencia el vector de conocimiento, haciendo que la bioeconomía crezca de manera exponencial”, explicó.
En este sentido, la inteligencia artificial no solo optimiza la producción, sino que también permite innovar en logística, distribución y sostenibilidad, elementos clave para que Argentina agregue valor en origen.
Claudio González presentó una serie de proyectos desarrollados por UADE, donde confluyen las carreras de Ingeniería en Informática, Electrónica, Electromecánica, Licenciatura en Producción y Gestión Agropecuaria y Licenciatura en Gestión Ambiental.
Proyecto Yeti: utiliza visión artificial para detectar el grado de descomposición de frutas, especialmente manzanas. La tecnología analiza el estado del producto y genera alertas si hay signos de deterioro, lo que permite optimizar la logística y reducir pérdidas.
Proyecto Growing: desarrollado por alumnos de Ingeniería en Informática, identifica enfermedades y estados patológicos en las plantas mediante visión artificial. El sistema recomienda acciones específicas como fertilización o control de plagas, contribuyendo a una agricultura más eficiente y sostenible.
Comedores comunitarios: en colaboración con Cáritas, se utiliza visión artificial para determinar el valor nutricional de los platos en comedores sociales. Con solo capturar la imagen de los ingredientes, la aplicación estima niveles de proteínas y otros nutrientes esenciales. Este proyecto beneficiará a más de 200 comedores, optimizando la alimentación en sectores vulnerables.
Electrofotómetro casero: desarrollado por alumnos de Ingeniería Electromecánica, este dispositivo mide la luminosidad y el espectro de luz en cultivos intensivos. Es especialmente útil en producción hortícola en condiciones controladas, optimizando el crecimiento de las plantas y el uso eficiente de la energía.
Estudio de vías navegables: en colaboración con la Academia Nacional de Ciencias de la Empresa y el Instituto Nacional de Tecnología, UADE analiza la factibilidad de transportar biomasa a través de canales secundarios en Argentina, como el río Bermejo, Río Tercero y Río Negro. El objetivo es optimizar costos logísticos y eficiencia, reduciendo la dependencia del transporte terrestre.
González enfatizó que la implementación de inteligencia artificial permite:
Estas aplicaciones impactan directamente en la productividad, sostenibilidad y competitividad de la agroindustria argentina.
UADE fomenta la integración entre carreras técnicas y agropecuarias, promoviendo la colaboración entre ingenieros, informáticos y agrónomos. González destacó que esta sinergia permite que los desarrollos tecnológicos tengan aplicaciones prácticas y efectivas, desde el diseño de algoritmos y sensores hasta su implementación en el campo y la industria.
“La educación interdisciplinaria asegura que los profesionales puedan integrar IA y bioeconomía, considerando aspectos técnicos, logísticos, sociales y ambientales”, explicó.
Los proyectos presentados tienen un fuerte componente social y ambiental. La IA aplicada a comedores comunitarios mejora la nutrición en sectores vulnerables. La optimización de cultivos y transporte reduce el uso de insumos y emisiones de carbono, contribuyendo a la sostenibilidad.
Por ejemplo, el uso de vías navegables secundarias para trasladar biomasa disminuye la necesidad de transporte terrestre, reduciendo costos y emisiones. En hortícolas bajo luz controlada, la optimización energética maximiza producción con menor consumo de electricidad.
González destacó los principales desafíos de implementar IA en el agro: integración de grandes volúmenes de datos, interoperabilidad de sistemas y capacitación de productores. Sin embargo, señaló que Argentina cuenta con ventajas únicas: información histórica, infraestructura educativa y tecnológica, y una economía basada en la producción de alimentos con alto potencial exportador.
“La IA permite tomar decisiones basadas en datos históricos y en tiempo real, optimizando rendimientos, recursos y sostenibilidad. No reemplaza al ser humano; lo potencia”, concluyó.
Claudio González afirmó que el futuro de la agricultura argentina estará marcado por la integración tecnológica, la interconexión de datos y el fortalecimiento de la bioeconomía. La IA permitirá predecir estados de cultivos, optimizar insumos, mejorar la logística y generar productos con mayor valor agregado.
Los proyectos de UADE, como Yeti, Growing, comedores comunitarios, electrofotómetro y estudios de transporte de biomasa, demuestran cómo la innovación tecnológica puede transformar la producción agropecuaria, fomentando empleo, eficiencia y sostenibilidad en todo el país.
Con la incorporación de estas herramientas, la Argentina se posiciona como un actor clave en la bioeconomía global, agregando valor en origen, optimizando recursos y desarrollando un sector agroindustrial competitivo y sostenible.