Por Fernando Vilella | Denise Sol Mazzitello | Agroempresario.com
En el marco del Ciclo de Seminarios In-House “Argentina Agrega Valor en Origen”, Agroempresario.com organizó su Segunda Edición sobre “Bioenergías: ¿Estamos aprovechando el momento global?”, realizada el pasado 2 de diciembre y coordinada por Fernando Vilella, Director de Desarrollo de Agroempresario.com. Leonardo Marraffini, CEO de KECLON S.A., expuso sobre la cadena de valor del biodiésel de soja en Argentina y el mundo. Su participación permitió comprender cómo la biotecnología industrial y las soluciones enzimáticas están redefiniendo procesos, generando valor agregado, mejorando el rendimiento y creando un camino hacia una producción más sostenible, eficiente y alineada con las demandas globales.
Desde el inicio de su exposición, Marraffini destacó que la visión de KECLON S.A. se basa en acompañar a la bioindustria con tecnologías que permitan avanzar hacia una bio refinería con cero residuos. “Nosotros desarrollamos soluciones tecnológicas para la cadena en la refinería de soja y nuestro lema es acompañar industrialmente una bio refinería con cero residuos”, explicó.
El enfoque se centra en cómo cada eslabón de la cadena transforma sus materias primas en productos de mayor valor. En este marco, la empresa ha desarrollado soluciones enzimáticas capaces de catalizar reacciones químicas que tradicionalmente requieren químicos fuertes, dañinos para el medio ambiente. Estas enzimas no solo reemplazan procesos más agresivos, sino que además mejoran el rendimiento y permiten transformar subproductos en nuevos activos de valor.
Este tipo de innovación es clave en un sector que atraviesa un cambio estructural. Según Marraffini, “esta es una cadena que continuamente está innovando, mejorando sus procesos y creo que Argentina tiene la capacidad desde la ciencia y desde la investigación y desarrollo en acompañar estos procesos y lograr una mejor tecnología para que la cadena sea cada vez más productiva y genere valor”. Ese concepto se resume en lo que denomina valor sostenible, que integra simultáneamente las dimensiones económica, social y ambiental.
Marraffini detalló que KECLON S.A. tiene una particularidad distintiva porque nació desde el sistema científico argentino. “Tengo la suerte de dirigir una empresa fundada por científicos del CONICET que decidieron hacer ciencia aplicada para la cadena agroexportadora”, precisó.

El proyecto tiene sus raíces en un desarrollo que surgió entre 2011 y 2012, cuando Argentina enfrentaba una limitación importante para exportar biodiésel a mercados exigentes, especialmente Europa, donde las regiones frías solicitaban estándares más estrictos de calidad en el producto. El problema se vinculaba a un residuo que, en bajas temperaturas, se solidifica y obstruye los filtros, afectando la performance del biodiésel. Las normativas europeas exigían un tratamiento avanzado para evitar este tipo de inconvenientes.
Frente a ese desafío, un grupo de investigadores del CONICET creó una solución innovadora y obtuvo la primera patente internacional de la empresa. Esta innovación fue el impulso inicial para la fundación del primer instituto surgido de un triple acuerdo entre la Universidad Nacional de Rosario, CONICET y aportes privados, sentando las bases de un centro de investigación aplicado que continúa generando empresas de base científico-tecnológica, entre ellas KECLON S.A.
La historia de crecimiento de KECLON S.A. no se detuvo allí. A partir del conocimiento generado para mejorar la calidad del biodiésel exportable, el equipo científico avanzó hacia una solución que hoy es clave para la competitividad de la cadena de soja. El desarrollo de un cóctel de enzimas o lipasas capaces de aumentar aproximadamente un 2% el rendimiento de extracción del aceite.
Esta innovación, validada internacionalmente, tuvo un impacto directo en la eficiencia industrial. Ese “2% más de producción” no solo significa mejores márgenes para la industria, sino también un efecto ambiental positivo. Como señaló Marraffini, una mayor eficiencia productiva permite obtener la misma cantidad de aceite sin aumentar la superficie destinada a cultivo, evitando presiones indirectas sobre los ecosistemas.

Este salto tecnológico atrajo inversiones privadas y en 2019 la empresa dio un nuevo paso estratégico: la creación de una planta de fermentación de precisión, única en la región, destinada a producir microorganismos capaces de generar estas enzimas. Con ese avance, KECLON S.A. consolidó una plataforma integral de bioproductos para la industria del aceite, el biodiésel y la agroalimentación.
Según el CEO, la circularidad es otro aspecto clave del modelo productivo. El proceso utiliza como fuente de carbono el mismo glicerol que genera la industria del biodiésel, integrando una lógica eficiente donde un subproducto vuelve al sistema productivo como insumo.
Hoy la compañía opera en un escenario internacional dinámico y competitivo. La empresa trabaja con grandes actores globales como Cargill, Louis Dreyfus Company, Bunge y otras firmas del complejo soja, lo que convierte a Argentina en un verdadero banco de pruebas para soluciones biotecnológicas.
Uno de los avances más relevantes de la empresa es el desarrollo de una enzima que reemplaza procesos intensivos en energía o en capital, como el filtrado físico con tierra diatomea o etapas de destilación de alta demanda energética. Esta innovación resulta especialmente atractiva para Brasil, país que se encuentra ampliando su corte obligatorio de biodiésel y elevando estándares de calidad. KECLON S.A. ya está en pleno proceso de escalado industrial para tratar hasta 10.000 toneladas de biodiésel en ese mercado.
A nivel regulatorio, la firma ha validado sus tecnologías también en Estados Unidos, donde en 2024 trabajó con uno de los principales productores globales. Si bien parte de la industria estadounidense migró hacia combustibles de nueva generación como el renewable diesel, Marraffini remarcó que la empresa continúa desarrollando soluciones que acompañen esa transición.
Según el CEO, el contexto mundial impulsa estas transformaciones. Las tendencias proyectan que gran parte del aceite de soja dejará de destinarse prioritariamente al consumo alimentario y pasará a convertirse en insumo clave para la producción de biocombustibles avanzados. Al mismo tiempo, la industria integra aceites alternativos, aceites reciclados y grasas, que requieren tratamientos de homogeneización y refinación donde la ingeniería enzimática aporta valor diferencial.

Este escenario confirma la importancia del desarrollo de insumos biotecnológicos. En palabras de Marraffini: “El desarrollo de insumos está atravesando todo lo que es el agro. En nuestro caso, los microorganismos son nuestras pequeñas fábricas para producir los insumos o productos que queremos desarrollar”.
El CEO de KECLON S.A. subrayó que Argentina posee un capital humano competitivo, especialmente formado en el CONICET y en las universidades públicas. Los polos científico-tecnológicos de Córdoba, Santa Fe y la provincia de Buenos Aires conforman un ecosistema de innovación que permite crear y escalar empresas de biotecnología, cada vez más acompañadas por fondos de inversión y mecanismos de validación empresarial. "Argentina tiene una posición ventajosa con su capital humano", afirmó.
En este sentido, remarcó que el país tiene uno de sus mayores diferenciales en el conocimiento aplicado, una herramienta estratégica para reposicionarse globalmente. A esto se suma el rol de Argentina como un entorno ideal para validar tecnologías antes de su salida al mundo, dado que los procesos industriales locales comparten similitudes con los de Brasil, Estados Unidos y Europa.
KECLON S.A. continúa su proceso de internacionalización con una estructura de capital 100% nacional y con la visión de desarrollar tecnología propia desde la región para acompañar la transformación energética global.
En ese camino, Marraffini destacó la necesidad de que Argentina “acompañe el desarrollo de la matriz productiva y sea el banco de prueba para las innovaciones”. La combinación de ciencia, industria y búsqueda permanente de valor agregado posiciona al país como un actor capaz de liderar soluciones en un mercado que demanda cada vez mayor sustentabilidad y eficiencia.
Hacia el cierre, expresó: “Como siempre, Argentina está en su ADN con nuevas oportunidades para desarrollarse y volver al sendero de crecimiento. Ojalá que esta vez no la desaprovechemos”.