Soja: ROSARIO
$500.000 0.81%
Maíz: ROSARIO
$275.000 0.00%
Trigo: ROSARIO
$241.100 0.46%
Por Fernando Vilella | Denise Sol Mazzitello | Agroempresario.com
En el marco del Ciclo de Seminarios In-House “Argentina Agrega Valor en Origen”, Agroempresario.com organizó su Segunda Edición sobre “Bioenergías: ¿Estamos aprovechando el momento global?”, realizada el pasado 2 de diciembre y coordinada por Fernando Vilella, Director de Desarrollo de Agroempresario.com. Patrick Adam, Director Ejecutivo de la Cámara de Bioetanol de Maíz, y Federico Szuchet, Director de DIASER SA analizaron el futuro de los biocombustibles en Argentina y la urgencia de establecer mecanismos de certificación que permitan acceder a mercados globales cada vez más exigentes. La jornada reunió a especialistas, empresarios y representantes institucionales para debatir cómo el país puede garantizar energía limpia, trazar la sustentabilidad de su matriz productiva y posicionarse estratégicamente en un escenario internacional en plena transición hacia fuentes renovables.
Federico Szuchet relató la evolución de DIASER SA desde sus orígenes como empresa familiar. Describió cómo, a comienzos de los años 2000, la firma decidió industrializar la producción primaria para generar valor agregado, con el antecedente de una estancia en la provincia de San Luis. El objetivo, según relató, fue desde el primer momento agregar valor a lo que salía del campo.
La primera oportunidad fue la instalación de una planta de barras de cereal. “En ese momento era un producto totalmente innovador. Acá en Argentina no había un mercado tan consolidado”, explicó. Recordó que su abuelo, fundador y presidente de la compañía, decidió apostar a la industria y al desarrollo de marca propia, montando “una línea de producción de alta productividad” y una estrategia de marketing intensiva.
Szuchet resaltó una anécdota que hoy cobra sentido estratégico: “mi abuelo dentro de sus cuatro fórmulas que sacó era una con frutilla, con dulce de leche, chocolate y ya había pensado en una barrita de cereal con sabor hace 20 años”. Ese espíritu anticipatorio permitió a la compañía especializarse y, con el tiempo, convertirse en uno de los principales productores de barras de cereal para terceros, apoyando a las grandes marcas en el desarrollo de productos.
Con la llegada de una nueva generación a la conducción de la compañía, DIASER decidió incursionar en el biodiésel cuando aún era una actividad incipiente en el país. Szuchet explicó que el desarrollo implicó múltiples etapas técnicas, desde procesos discontinuos hasta la implementación de plantas continuas de alta productividad.
En sus palabras, “cuando todavía en Argentina el tema biodiesel era una novedad, allá por los años 2007, aunque la ley ya estaba en proceso, ejemplos concretos no había”. El proceso técnico fue complejo: “pasamos por muchas etapas, desde procesos batch hasta llegar a una planta continua de buena productividad”.
Ese camino convirtió a DIASER en “la segunda planta aprobada en el país para producir biodiesel”. A partir de allí, la empresa amplió su infraestructura energética con energía solar, biogás y finalmente bioetanol.
Según explicó, por cada unidad de maíz que ingresa a la planta de etanol, se generan tres corrientes principales: un tercio de etanol, un tercio de burlanda seca y un tercio de CO₂. El etanol tiene como destino principal el combustible, con beneficios ambientales y económicos. La burlanda se utiliza como alimento animal y se presenta en dos formatos: uno húmedo, que se comercializa en un radio de 400 a 500 kilómetros, y otro seco, con una humedad cercana al 10%, que permite la exportación.
Szuchet subrayó: “hay mercados muy demandantes de esto en Chile, en Uruguay, y también en el sudeste asiático”, lo que convierte a este subproducto en una fuente real de generación de divisas.
Patrick Adam retomó este concepto y explicó cómo el circuito no solo produce energía, sino que vuelve al sistema productivo a través de alimentos, aceites industriales y soluciones complementarias.
Patrick Adam fue contundente al describir el contexto institucional. Señaló que Argentina cuenta con una política de biocombustibles que logró continuidad desde 2006, pero que sigue “imperfecta”. En su intervención sostuvo: “Es un papelón que estemos perdiendo tanto terreno y tantas oportunidades”.
Adam comparó la situación argentina con Paraguay, que utiliza un corte de bioetanol del 25%, frente al 12% vigente en Argentina. También remarcó que en Brasil cerca del 50% del combustible para transporte ya es bioetanol, y que el metano seguirá ese mismo camino.
Adam vinculó este atraso con un problema estructural de visión: “seguimos con un modelo como si fuese final del siglo XIX. Exportamos lana y compramos telas, seguimos haciendo lo mismo”. Señaló que el país no puede seguir exportando granos sin valor agregado, especialmente cuando importa combustibles: “Argentina importa todos los años entre 400 y 800 millones de dólares de naftas”.
Desde su mirada, la discusión no es solo ambiental, sino económica. “Yo no la quiero sustituir sólo por un tema ambiental, la quiero sustituir porque estamos ahorrando dólares del Banco Central”, afirmó. Y agregó una definición tajante: “es incomprensible que no tengamos un corte del 18% por lo menos pensando estrictamente en la economía”.
Adam insistió en que “no estoy hablando de tocar la Vaca Muerta, no toco ni un litro de la producción de las petroleras”, sino de reemplazar el combustible importado. En ese sentido, remarcó: “esto es inaceptable, porque podemos desarrollarnos sin tocar los intereses de nadie”.
Un concepto clave fue la necesidad de que las provincias se reconozcan como territorios energéticos. Adam describió: “cuando voy al Congreso, las provincias agropecuarias van a buscar naturalmente las comisiones agropecuarias, y tendrían que ir a buscar posiciones en las comisiones energéticas”.
Señaló: “es una cuestión de voluntad política” y también de cambio de mentalidad ya que, las provincias todavía no se sienten bioenergéticas. El modelo propuesto es el de “refinerías distribuidas a lo largo y a lo ancho del país”, que permitan generar una “nafta ecológica” con “beneficios ambientales comprobados hasta en un 75% de ahorro de huella de carbono”.
Federico Szuchet describió en detalle el funcionamiento de la planta de biogás conectada a la planta de bioetanol. Explicó: “hace un año y medio estamos operando nuestra planta de biogás en conexión con la planta de etanol”.
Además, detalló: “a partir de aproximadamente un tercio de la corriente orgánica generamos biogás, producimos energía y la inyectamos a la red”. El resultado es contundente: “con ese tercio producimos arriba del 60% de la energía que consume la propia planta de etanol”.
Indicó que, de ampliarse el sistema, podrían generar más energía de la que consumen. Además, el residuo de la digestión se está evaluando como biofertilizante con alto valor en fósforo e hidrógeno para los suelos. La empresa trabaja con productores y científicos para homologar este producto y consolidar su adopción en el campo. Szuchet explicó: “el producido de la digestión puede ser retornado al campo y tiene altísimo valor como aportante de fósforo y otros nutrientes para los suelos”.
Este proceso, según explicó, enfrenta resistencias iniciales similares a las que tuvo la burlanda en sus primeros años, pero confían en repetir el mismo camino de aceptación.
Szuchet comparó el crecimiento brasileño: “hace siete u ocho años decíamos que Brasil iba a empezar con un par de plantas de etanol de maíz, hoy ya igualó nuestra capacidad y sigue creciendo”. Frente a esa realidad, afirmó que Argentina necesita “marcos jurídicos que se respeten, condiciones de financiación de largo plazo y capital de trabajo acorde a los mercados internacionales”.
Remarcó: “no puede ser que tengamos tasas por las nubes”, porque eso ralentiza el crecimiento de empresas familiares regionales.
Patrick Adam explicó: “las provincias están colaborando activamente y tenemos buen diálogo con el Gobierno Nacional”. Mencionó los proyectos para aumentar el corte de bioetanol y biodiésel: “todos, incluyendo un aumento del canon al 15%”.
Patrick Adam señaló que existen proyectos en el Congreso para aumentar los cortes obligatorios tanto de bioetanol y biodiésel, con propuestas que van del 10% al 15% en biodiesel. Indicó que el tema ya está instalado en la agenda pública y que, aunque no se concrete en el corto plazo, aseguró: “esto va a suceder, si no es este año será el que viene, porque hay una lógica económica, social y ambiental”.
Adam destacó la calidad del maíz argentino: “tenemos un maíz excelente, con muy baja huella de carbono, que nos permite entrar a Europa”. Confirmó operaciones concretas: “este mes vamos a vender 20.000 metros cúbicos a Europa”.
Además, subrayó la expectativa de cupos para el Mercosur: “estamos tratando que se liberen 400.000 metros cúbicos, de los cuales deberíamos tener al menos 200.000 para exportar”.
Federico Szuchet resumió su visión con una frase contundente: “el etanol es todo lo que está bien”. Afirmó que hoy existe consenso incluso con el sector petrolero: “cuando hay un pequeño ruido con biodiesel, para la industria del etanol, las que nos llaman son las petroleras para ver si está todo bien”.
Subrayó que el etanol es económicamente, ambientalmente y energéticamente sustentable, y que genera economías circulares donde más se necesitan, es decir en el interior del país.
Patrick Adam cerró con un llamado explícito: “no perdamos otra oportunidad, la tenemos ahí” y añadió: “algunos sectores tienen que dejar la mezquindad de lado, el país es grande y hay espacio para todos”. Por otro lado, reafirmó que el desarrollo de Vaca Muerta no es contradictorio: “nos encanta que exista Vaca Muerta, pero tenemos otros recursos que son complementarios, la Vaca Viva”.
