En una degustación realizada recientemente en Buenos Aires, el youtuber y empresario gastronómico Burger Kid, fundador de la cadena Kiddo, evaluó cinco marcas de hamburguesas congeladas de supermercado y eligió a la mejor según su criterio profesional. La prueba formó parte del podcast Fuera de Carta y se desarrolló bajo el formato de cata a ciegas. Participaron productos de Swift, Paty, Unión Ganadera, La Huella y NotCo, y el ranking final coronó a Swift como la ganadora. El interés de la prueba recayó en un punto clave para consumidores: cuál es la opción más recomendable cuando no se cocina en casa y se recurre al medallón industrial.
Burger Kid, nombre público de Alejandro Roig, construyó su reputación en redes evaluando hamburguesas de distintos estilos y orígenes. Años atrás comenzó como influencer gastronómico y, con el tiempo, transformó su contenido en un negocio con tres locales activos —dos en la Ciudad de Buenos Aires y uno en Miami—. Su popularidad creció en paralelo al fenómeno de las hamburgueserías que se expandió entre 2017 y 2018, cuando el plato pasó de ser considerado fast food a posicionarse como propuesta gourmet.

Su local Kiddo consolidó un estilo propio: smash finas, crocantes, con pocos ingredientes y foco en la materia prima. Esa elección recibió respuesta directa del público, que suele esperar hasta cuarenta minutos para consumir una burger. Su posicionamiento como referente del tema lo convirtió en un interlocutor con autoridad para analizar el terreno industrial, un segmento que —según él mismo señaló— conserva un atractivo nostálgico.
Durante su participación en el podcast, el especialista recibió los medallones sin información visible, servidos en la misma bandeja y con el mismo pan: el usado habitualmente en Kiddo, de la marca Kalis. La degustación comenzó con la hamburguesa de NotCo, la única opción vegana del grupo. El color y la textura despertaron su inmediata sospecha de que no se trataba de carne. El comentario inicial fue crítico: consideró que la pieza no replicaba características propias de un medallón tradicional y percibió un sabor distinto al producto de origen animal.

La segunda prueba correspondió a Swift clásica y marcó un cambio de reacción. Roig detectó un equilibrio entre sal, grasa y mordida. Calificó la experiencia como positiva y admitió que podría comerla completa. Ese momento se transformó en un punto de referencia para evaluar el resto. Luego llegó el turno de Paty, otro ícono del supermercado. El influencer notó un mayor grosor y un nivel de resistencia más firme al morder, lo que interpretó como un diferencial atractivo. Sin embargo, aclaró que su gusto personal la ubicó apenas por detrás de Swift, aunque las consideró parecidas en calidad general.
En tercer lugar se ubicó la hamburguesa de Unión Ganadera, posición que no evitó cierta crítica. Según su valoración, el sabor presentaba una grasa más pesada y el medallón resultaba más duro que los anteriores. Aun así, reconoció que es una marca que consume en su vida cotidiana. Por debajo quedó La Huella, marca propia de Carrefour, que le resultó más salada y con una textura robusta que no consideró favorable. Para el cierre del ranking, el medallón vegano de NotCo ocupó el último puesto debido a diferencias notorias frente a las alternativas cárnicas.
El ejercicio reveló una tendencia clara: los productos tradicionales mantuvieron ventaja frente a las propuestas alternativas. Swift quedó en lo más alto por sabor y balance, Paty se posicionó como una segunda opción sólida, y Unión Ganadera mostró desempeño intermedio. La Huella, pese a su grosor, no convenció por su perfil salino y graso. El medallón vegano quedó rezagado en la evaluación sensorial.
Más allá del veredicto, el interés público en el resultado se vincula con un contexto gastronómico donde la hamburguesa industrial continúa siendo un recurso frecuente. Aun con la proliferación de locales artesanales, buena parte del consumo ocurre en hogares, clubes o reuniones informales, situaciones en las que la hamburguesa congelada permanece como alternativa práctica. La prueba de Burger Kid ofreció un parámetro para consumidores que optan por soluciones rápidas sin pretensiones de cocina casera.

El recorrido personal de Roig también aporta perspectiva. Antes de convertirse en referente del tema, él mismo consumía hamburguesas industriales y recuerda Good Mark como su opción favorita de la infancia. Su crecimiento como creador de contenido lo llevó a investigar y perfeccionar recetas hasta consolidar Kiddo, donde vende aproximadamente 40.000 hamburguesas por mes. Esa experiencia lo convirtió en una voz reconocible en un nicho donde los detalles importan.
El fenómeno que lo rodea excede la cata puntual. La hamburguesa dejó de ser una comida de paso para instalarse como ritual gastronómico con matices, identidades y especialistas. Desde la técnica smash hasta los blends premium, el rubro evolucionó, y la evaluación de productos industriales permite medir cómo convive el mercado masivo con la sofisticación gastronómica. Swift se quedó con el primer puesto, pero la discusión seguirá abierta con nuevos lanzamientos, cambios de recetas y preferencias personales.
Roig concluyó que, aun después de viajar por el mundo para conocer hamburgueserías de prestigio, las opciones de supermercado conservan encanto. Aunque no compitan con las artesanales, tienen un lugar asegurado en las costumbres urbanas y familiares. La pregunta que inauguró la prueba —cuál elegir al pasar por el supermercado— obtuvo respuesta: según Burger Kid, Swift es la mejor opción del listado y Paty se le acerca. El resto se ordena por perfil sensorial, pero el gusto final siempre dependerá del consumidor.
La industria gastronómica continúa transformándose, pero en la heladera de muchos sigue habiendo un medallón listo para la plancha. La degustación de Burger Kid refleja esa realidad —tal como destacó Clarín en un reciente informe sobre tendencias de consumo— y ofrece una guía orientativa para quienes buscan practicidad sin resignar sabor. Una elección cotidiana que, en el ranking de un referente, hoy tiene ganadora.