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Rodeado de sierras, ríos y vegetación, a pocos kilómetros de la ciudad de San Luis, el pueblo de El Volcán se reafirma como uno de los destinos turísticos más buscados de la provincia durante la temporada estival. Con balnearios naturales, cascadas, senderos y una historia marcada por el turismo de descanso, este enclave serrano combina naturaleza, accesibilidad y tradición, lo que lo convierte en una opción elegida tanto por visitantes como por residentes locales, según informó el medio MDZ.
Fundado hace más de 80 años, El Volcán nació como un espacio de veraneo para quienes buscaban escapar del calor urbano sin alejarse demasiado de la capital provincial. Ese espíritu original se mantiene vigente: calles tranquilas, zonas verdes y cursos de agua que atraviesan el pueblo definen un paisaje pensado para el descanso, el contacto con la naturaleza y las actividades al aire libre.
Uno de los principales atractivos del lugar es su entorno natural, atravesado por arroyos serranos que forman piletones, saltos de agua y balnearios que se activan con fuerza durante el verano, cuando las lluvias aumentan el caudal de los ríos. Senderos rodeados de árboles, arbustos y aves conducen a distintos rincones donde el agua y la piedra son protagonistas, conformando postales clásicas del turismo puntano.
En el corazón del pueblo se encuentra La Hoya, una formación natural originada por la erosión del viento y del agua a lo largo del tiempo. Este espacio, antiguamente conocido como Salto de los Callegaro, es hoy uno de los balnearios más visitados y fotografiados de la provincia. Sus piletones de agua transparente, su concavidad rocosa y sus cuatro saltos naturales lo transformaron en un punto emblemático del verano.
La Hoya cuenta con accesos por la banda norte y la banda sur, esta última desde la Ruta Provincial 20, y alcanza profundidades que pueden llegar hasta tres metros, dependiendo del caudal del río. Durante la temporada alta, el área se complementa con puestos gastronómicos, ferias de artesanos y espacios verdes que permiten pasar el día completo en contacto con el entorno.
El nombre del pueblo también está ligado a un fenómeno natural. El Volcán debe su denominación al sonido intenso que produce el agua al chocar contra las piedras rojizas del Salto Colorado, un estruendo que los primeros pobladores asociaban al rugido de un volcán. Esa referencia sonora quedó incorporada a la identidad local y se mantiene como parte del relato histórico del lugar.
Además de La Hoya, el pueblo ofrece otros espacios que completan su circuito turístico. El Balneario El Badén es uno de los más frecuentados por familias y grupos de amigos que buscan pasar el día al aire libre, practicar deportes recreativos o simplemente descansar a la sombra. Sus amplios sectores verdes y el acceso directo al agua lo convierten en una alternativa ideal para jornadas largas.
Otro punto destacado es el Balneario Salto Colorado, rodeado de arboledas y caracterizado por un salto de agua corto pero caudaloso. La tonalidad rojiza de las rocas le da su nombre y aporta un marco visual distintivo, muy elegido para fotografías y momentos de contemplación.
Entre las cascadas más reconocidas se encuentra el Salto del Osito, una caída de agua que desemboca en una pileta natural de aproximadamente cinco metros de profundidad. Su entorno serrano y su impacto visual lo convierten en uno de los sitios más buscados por quienes recorren senderos y caminos internos del pueblo.
El patrimonio histórico también tiene su lugar en El Volcán. La Capilla Nuestra Señora de la Guardia, inaugurada en 1944, se destaca por sus diez vitraux y un altar escenográfico construido por Don Alfredo Picca como cumplimiento de una promesa personal. El edificio se integró al paisaje del pueblo y es un punto de referencia tanto religioso como cultural.
A lo largo de las décadas, El Volcán fue creciendo de manera sostenida, pero sin perder su esencia de pueblo serrano. Lo que comenzó como un destino de escapadas de fin de semana para vecinos de la capital se transformó, con el tiempo, en el hogar permanente de muchas familias que eligieron establecerse allí, atraídas por la tranquilidad y el entorno natural.
Ese crecimiento estuvo acompañado por una oferta turística que se mantiene alineada con el paisaje: alojamientos pequeños, casas de alquiler, propuestas gastronómicas sencillas y actividades vinculadas al río y la montaña. La cercanía con la ciudad de San Luis permite, además, combinar la estadía en El Volcán con servicios urbanos, sin resignar la sensación de aislamiento y calma que ofrece el pueblo.
Durante el verano, la afluencia de visitantes aumenta de forma significativa, especialmente en los balnearios naturales, que se convierten en verdaderos puntos de encuentro. La combinación de agua fresca, espacios verdes y senderos serranos posiciona a El Volcán como una alternativa sólida frente a otros destinos de sierras del centro del país.
Uno de los factores que explica la popularidad de El Volcán es su fácil acceso. Desde la ciudad de San Luis, el trayecto se realiza en apenas 15 minutos por la Ruta Provincial 20, luego de tomar la Autopista de las Serranías Puntanas. El ingreso al pueblo está claramente señalizado y se ubica al pie de las sierras, lo que permite un arribo rápido y directo.
Esta conectividad convierte al pueblo en una opción ideal tanto para estadías prolongadas como para visitas de un solo día. Muchos turistas eligen instalarse en la capital provincial y acercarse a El Volcán para disfrutar de sus balnearios, mientras que otros optan por alojarse directamente en el pueblo para vivir una experiencia más inmersiva.
Con su combinación de paisajes serranos, ríos cristalinos, balnearios naturales y una historia ligada al descanso y la vida al aire libre, El Volcán mantiene intacto el espíritu que lo vio nacer. En un contexto donde el turismo de naturaleza gana protagonismo, este pueblo puntano se consolida como uno de los destinos más representativos de la provincia, capaz de ofrecer tranquilidad, contacto con el entorno y un ritmo distinto, a pocos minutos de la ciudad.
