Tecnología de precisión en alerta solar: cómo cuidar el guiado satelital en el campo

El uso de sistemas de guiado satelital se volvió central en la agricultura moderna, pero no está exento de factores externos que pueden afectar su desempeño. Entre ellos, las tormentas solares aparecen como un fenómeno natural con capacidad de alterar la señal de los satélites y generar pérdidas de precisión en maquinaria agrícola y drones.

Con un pico de actividad solar previsto para 2025 y 2026, especialistas del INTA Manfredi, en Córdoba, analizan el impacto de estas variaciones y acercan recomendaciones prácticas para que los productores puedan planificar y reducir riesgos operativos.

Qué son las tormentas solares y por qué importan

Las tormentas solares son liberaciones intensas de energía del Sol que modifican el campo magnético terrestre. Estas alteraciones pueden generar interferencias en las señales satelitales, afectar sistemas electrónicos y provocar fallas temporales en el piloto automático y otros equipos de agricultura de precisión.

Según explicó Diego Villarroel, especialista del INTA Manfredi, durante los próximos años se espera un aumento de los fenómenos de cintilación ionosférica, que se manifiestan como pequeñas fluctuaciones en la señal GNSS. “La clave es que el productor conozca el fenómeno y cuente con información confiable para anticiparse”, señaló.

El rol estratégico del guiado automático

El piloto automático marcó un antes y un después en la mecanización agrícola. En pulverización permitió reducir solapamientos y ahorrar insumos; en cosecha, mantener anchos de labor constantes y mejorar los mapas de rendimiento; y en siembra, reemplazar los marcadores tradicionales por un guiado más preciso con corrección diferencial.

En ese contexto, Villarroel remarcó que no todas las labores demandan el mismo nivel de exactitud. “El tipo de señal correctora es determinante”, indicó. Para cultivos de alto valor como maíz, papa o maní, recomendó utilizar señales de alta precisión, capaces de alcanzar errores del orden de los dos centímetros.

Más satélites, mayor estabilidad

En los últimos años se amplió notablemente la disponibilidad de sistemas satelitales. A los GPS de Estados Unidos se sumaron GLONASS (Rusia), Galileo (Unión Europea) y BeiDou (China). Esta combinación de constelaciones mejora la estabilidad, acelera la convergencia de la señal y reduce la probabilidad de interrupciones prolongadas.

“Cuantas más fuentes disponibles, más robusto es el sistema frente a perturbaciones externas”, explicó el técnico del INTA.

Monitorear el índice Kp y anticiparse

Uno de los indicadores clave para evaluar la estabilidad geomagnética es el índice Kp, que se expresa en una escala de 0 a 9. Valores entre 1 y 4 indican condiciones favorables para operar con piloto automático o drones, mientras que registros más altos pueden anticipar inestabilidad.

“El índice Kp se puede consultar en tiempo real a través de distintas plataformas y aplicaciones”, detalló Villarroel. Incorporar este monitoreo previo a las labores diarias puede evitar errores, pérdidas de tiempo y ajustes innecesarios en el campo.

Actualización tecnológica y buenas prácticas

Si bien los fenómenos solares no pueden evitarse, el INTA subraya que sí es posible minimizar su impacto. Mantener actualizados los receptores, monitores y softwares resulta fundamental, ya que las versiones más recientes mejoran la velocidad de recuperación de la señal tras una interrupción.

“La prevención, el mantenimiento y la información son aliados clave para aprovechar al máximo la tecnología de precisión”, concluyó Villarroel. En un escenario de creciente dependencia del guiado satelital, comprender estos factores se vuelve una herramienta estratégica para sostener la eficiencia operativa.