Programas Agroempresario / De Villanos a Héroes

Carolina Inda: “Invertir en genética ayuda a hacer los procesos mucho más rápidos y eficientes”

La cofundadora de octamer explica cómo la biología molecular aplicada al agro impulsa soluciones más precisas, sustentables y accesibles para productores y empresas

Carlos Becco
Agroempresario.com
jueves 18 de diciembre de 2025

Por Carlos Becco | Denise Sol Mazzitello | Agroempresario.com

En el marco de la Segunda Temporada de “De Villanos a Héroes”, recibimos a Carolina Inda, Cofundadora de octamer, en una entrevista exclusiva con Carlos Becco, que detalló cómo surgió el proyecto y por qué la genética aplicada al agro se volvió una herramienta imprescindible para la eficiencia productiva.

Inda recuerda que su incursión en el mundo productivo no fue inmediata: “Yo soy bióloga. No vengo del agro y durante la universidad nunca se me había ocurrido que por ahí estaba el lugar”, señaló. Su recorrido inicial estuvo ligado a la ciencia básica durante el doctorado, un ámbito muy distante de la aplicación directa en sistemas biológicos productivos. Sin embargo, junto a un grupo de amigos científicos comenzaron a detectar que existían numerosas herramientas de biología molecular capaces de resolver necesidades concretas del campo, pero no estaban siendo utilizadas de manera accesible o eficiente.

Ese diagnóstico fue el motor inicial. “Sentíamos que ese espacio estaba saturado. No contaban con herramientas, que desde la biología molecular, se podían aplicar, viendo el impacto directo que generaban en el agro”, explicó. Argentina, país con un sector agropecuario altamente dinámico y pujante, demandaba soluciones que desde la genética ya se podían ofrecer de manera sencilla y precisa.

Con esa convicción, el grupo fundó octamer, aún sin saber demasiado sobre agronegocios o sobre emprender. “De emprendedurismo no sabíamos demasiado. Pero teníamos ese objetivo”, recordó.

Diez años acercando genética a quienes la necesitan

Hoy octamer cumple casi una década. Ese recorrido confirmó que aquellas necesidades que habían intuido realmente existían en productores, criadores y empresas requerían herramientas genéticas confiables, rápidas y accesibles para resolver problemas concretos y tomar decisiones.

Carolina Inda: “Invertir en genética ayuda a hacer los procesos mucho más rápidos y eficientes”

Carlos Becco, Conductor del programa "De Villanos a Héroes" en Agroempresario.com junto a Carolina Inda, Cofundadora de octamer

Seguimos acá creciendo y tratando de encontrar qué otras cosas podemos resolver desde el laboratorio”, afirmó Inda.

La base del proyecto es utilizar conocimiento científico aplicado para simplificar y optimizar procesos productivos. Para una empresa agropecuaria, poder validar paternidad, garantizar trazabilidad genética, certificar ausencia de transgénicos o seguir programas de mejoramiento vegetal puede definir acceso a mercados, precio final o eficiencia operativa.

Octamer se ubica dentro del segmento de empresas que brindan servicios genéticos. Su operación se basa en un flujo de trabajo estandarizado, reproducible y de calidad. El proceso inicia cuando llega la muestra: puede ser pelo animal, hoja, semilla u otro material biológico. En el laboratorio se extrae el ADN y se aplican distintas técnicas para analizar la información genética según la consulta del cliente.

Un ejemplo típico del sector ganadero es la verificación de paternidad. “Un productor ganadero nos manda una muestra de pelo de un animal que quiere chequear la paternidad”, explicó. El análisis permite confirmar vínculos, validar genealogías o certificar información para programas de selección genética.

En el sector agrícola también se multiplican las aplicaciones. Desde certificaciones de ausencia de transgénicos, indispensables para mercados específicos, hasta el seguimiento de líneas en programas de mejoramiento. “Una empresa semillera tiene un programa de mejora que quiere introducir un gen y nosotros podemos ayudarlo a seguir ese track y asegurarse que seleccione las plantas que corresponden”, ejemplificó Inda.

Con el tiempo, el equipo construyó un portafolio de servicios regulares, a partir de demandas recurrentes, pero también desarrollan proyectos personalizados junto al cliente. Trabajan de manera colaborativa, el productor explica el problema y octamer aporta la mirada técnica para definir la estrategia genética. “Trabajamos mucho en conjunto como para ir definiendo los casos”, indicó.

Para Inda, el avance de la genética no solo optimiza procesos productivos, sino que también aporta soluciones propias de un paradigma que prioriza la sustentabilidad. “Hoy en día la genética ayuda, es como una caja de herramientas”, afirmó. La posibilidad de seleccionar animales o plantas con rasgos productivos más eficientes, menor impacto ambiental o mejores índices reproductivos depende cada vez más de información genética precisa.

La transición hacia un agro con menor huella ambiental, más trazable y más transparente se apoya en la disponibilidad de datos. Y esos datos, gracias a los avances tecnológicos, hoy están al alcance de empresas medianas y pequeñas. “Ya está bastante avanzada esta concepción de que invertir en genética en general ayuda. No es un gasto, sino que ayuda a hacer procesos mucho más rápidos, no malgastar recursos y llegar al punto final de manera más eficiente”, destacó.

Una demanda global que se acelera

Uno de los ejes que más crecen en la agenda productiva es la trazabilidad. Inda subrayó que, si bien Argentina aún no alcanzó niveles de masificación de análisis genéticos como otros mercados desarrollados, ese camino es inevitable.

La genética ofrece justamente la ventaja de datos objetivos, medibles y verificables. Esto permite avanzar hacia cadenas de valor más confiables, desde la carne hasta los cultivos especiales, reforzando la posición del país en mercados exigentes.

La empresa octamer nació en 2018, en un espacio de iniciativas emprendedoras en la Ciudad de Buenos Aires. “La mayoría éramos amigos que nos conocíamos de la facultad: siete biólogos y una diseñadora gráfica”, recordó Inda. La complementariedad del equipo resultó clave, no solo para la creación de la empresa, sino también para su identidad comunicacional.

Carolina Inda: “Invertir en genética ayuda a hacer los procesos mucho más rápidos y eficientes”

Carolina Inda, Cofundadora de octamer

El emprendimiento comenzó sin grandes inversiones externas. “Siempre fue con inversión propia y al principio ninguno vivía del emprendimiento. Todo lo que ganábamos lo volvíamos a invertir”, contó. Con el tiempo, al finalizar sus doctorados, varios integrantes decidieron dar el salto y dedicarse de lleno al proyecto.

Ese compromiso marcó un punto de inflexión. “Hay que ponerle todo el énfasis y la energía para que funcione”, dijo Inda. La validación temprana de los servicios en el mercado fue esencial para confirmar que resolvían problemas reales y que el modelo de negocios era viable.

La experiencia también transformó al equipo. Los científicos tuvieron que incorporar habilidades propias del negocio como ventas, negociación, análisis de costos, gestión comercial y planificación financiera. Uno de los mayores desafíos fue enfrentarse a la burocracia y los complejos procesos de importación, especialmente relevantes en un laboratorio, cuya materia prima depende en gran parte de insumos importados.

Uno se hace especialista desde planificar stocks, porque los tiempos de importación son largos, hasta competir con los de afuera”, relató. La inestabilidad regulatoria y económica del país obliga a los emprendedores a diversificar competencias.

Sin embargo, esa versatilidad es parte del aprendizaje y de la identidad de octamer. Inda lo resume con humor: “Termina siendo divertido”.

Por otro lado, Inda resaltó que el costo de generar datos genéticos bajó drásticamente. “Cada vez más, generar datos genéticos termina siendo lo barato y el desafío está en poder sacarle jugo a eso”, explicó. En pocos años, secuencias o análisis que antes eran inaccesibles para la mayoría de las empresas del agro hoy se volvieron herramientas estándar.

Esto abre nuevas posibilidades para productores, criadores y semilleras. La genética, antes asociada solo a grandes proyectos de investigación, hoy está disponible para decisiones cotidianas como la selección de ejemplares, certificaciones, seguimiento de rasgos o determinación de pureza varietal.

La labor de octamer es acompañar a quienes aún no cuentan con formación científica para interpretar resultados y tomar decisiones a partir de ellos. “Es la mejor combinación para que no sea una barrera de entrada y que quien esté interesado pueda hacerlo acompañado”, señaló.

La importancia de saber que la ciencia también produce valor

Carolina Inda: “Invertir en genética ayuda a hacer los procesos mucho más rápidos y eficientes”

Carlos Becco, Conductor del programa "De Villanos a Héroes" en Agroempresario.com junto a Carolina Inda, Cofundadora de octamer

Inda, además, es docente en la Facultad de Ciencias Exactas, y desde allí observa el desafío cultural. Muchos estudiantes no perciben que su formación científica también los prepara para generar valor en el ámbito productivo. “Me parece importante que se valoren todas las capacidades y valores que tiene hoy alguien que recibe una formación científica, que se prepara para resolver problemas de toda índole”, sintetizó.

Según su visión, la universidad brinda herramientas técnicas y metodológicas que pueden trasladarse perfectamente al campo de la innovación tecnológica, la industria y los servicios profesionales. La clave es descubrir ese puente entre conocimiento especializado y problemas reales del mercado, algo que marcó el origen y la evolución de octamer.

La relación con clientes y aliados también fue esencial. Inda destacó el acompañamiento de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que brindó apoyo desde el inicio. Las alianzas colaborativas ayudaron a posicionar la empresa y a consolidar su reputación en el sector.

Además, el feedback de los clientes permitió mejorar y ajustar los servicios. “Siempre vuelven. Quedan contentos, y eso también es muy gratificante”, dijo.

La visión de Inda es que la genética es una herramienta que no solo optimiza procesos, sino que transforma la manera de producir. Y su mensaje resume la esencia de esta transformación: “Invertir en genética ayuda a hacer los procesos mucho más rápidos y eficientes”.



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