Soja: ROSARIO
$494.500 0.51%
Maíz: ROSARIO
$274.170 0.06%
Trigo: ROSARIO
$259.740 1.86%
Por Carlos Becco | Denise Sol Mazzitello | Agroempresario.com
En el marco de la Segunda Temporada de “De Villanos a Héroes”, recibimos a Daniela Allerbon, CEO de Aquit, en una entrevista exclusiva con Carlos Becco, quien analizó el presente y el futuro de las proteínas de pescados y mariscos, el rol estratégico de la acuicultura en la seguridad alimentaria global y los riesgos sanitarios derivados del uso intensivo de antibióticos. La ejecutiva detalló cómo la biotecnología puede ofrecer soluciones concretas frente a la resistencia bacteriana, una de las principales amenazas sanitarias del siglo XXI, y explicó el desarrollo de aditivos innovadores que fortalecen el sistema inmune de los peces sin generar resistencia.
Según informó la FAO, el año pasado fue la primera vez en la historia en la que la producción mundial de pescado proveniente de acuicultura superó a la pesca extractiva, según la CEO de Aquit.
“Estamos hablando de la proteína más sostenible en términos de huella de carbono y, al mismo tiempo, de una de las más saludables por su composición nutricional”, afirmó. La ejecutiva explicó que el concepto de ecosistema aplicado a la acuicultura engloba no solo a los peces, sino también a mariscos y crustáceos, consolidando un sistema productivo integral que crece de manera sostenida.
El crecimiento no es casual. La demanda mundial de proteínas sigue en aumento, impulsada por el crecimiento poblacional, especialmente en Asia, una región históricamente asociada al consumo de pescado. “El cultivo de peces y mariscos es el sistema alimentario de mayor crecimiento en los últimos diez años”, subrayó.
Allerbon detalló que gran parte del salmón que se consume a nivel global, incluida Argentina, proviene de sistemas de cultivo. “El salmón salvaje es una rareza; la enorme mayoría es cultivado, en los primeros países productores mundiales: Noruega y Escocia, y en países como Chile, Canadá o regiones específicas de Estados Unidos”, explicó y agregó: “por otro lado, en Tasmania, Australia; Nueva Zelanda e Islas Faroe en menor cantidad y de forma creciente en Islandia”.
En el caso del camarón, destacó que Argentina cuenta con un producto de alta calidad y reconocimiento internacional, especialmente en mercados exigentes. Aunque aclaró que la mayor producción acuícola se concentra en países del sudeste asiático y en Ecuador, uno de los principales actores globales.
Este crecimiento, sin embargo, trae aparejados desafíos sanitarios. “Como todo sistema intensivo, la acuicultura se desarrolla en condiciones diferentes a las naturales, y eso favorece la propagación de enfermedades”, advirtió.
Uno de los puntos más sensibles que abordó la CEO de AQUIT fue el uso extendido de antibióticos para controlar enfermedades bacterianas en sistemas acuícolas. “En muchos casos, si no se controla una infección, se puede perder hasta el 70% del cultivo”, explicó.
El problema, según Allerbon, no es solo productivo, sino sanitario y ambiental. “Estamos creando súper bacterias. Al administrar antibióticos de manera sistemática, intervenimos la selección natural y aceleramos la aparición de bacterias resistentes”, alertó.
Estas bacterias no quedan confinadas al sistema productivo. “Las bacterias que sobreviven a los antibióticos vuelven al ambiente, y son las mismas que luego generan infecciones en humanos”, afirmó. La Organización Mundial de la Salud ya advirtió que, si no se toman medidas urgentes, la resistencia antimicrobiana podría causar más muertes que el cáncer en las próximas décadas, según la especialista.
Frente a este escenario, Aquit desarrolló una alternativa innovadora: un aditivo alimentario biotecnológico que fortalece el sistema inmune de los peces sin recurrir a antibióticos.
“Identificamos una proteína clave del sistema inmune del salmón que actúa como señal para preparar al organismo frente a una infección”, explicó Allerbon. Esta proteína regula la respuesta inmune de manera eficaz, rápida y eficiente.
El desarrollo se basa en fermentación de precisión, utilizando levaduras seguras y ampliamente conocidas. “No estamos inventando nada nuevo. Le indicamos a la levadura que produzca una proteína que ya existe en la naturaleza”, aclaró.
El proceso es comparable al de la producción de medicamentos o vacunas. “Millones de tratamientos médicos se fabrican así. Es exactamente el mismo principio”, sostuvo.
Los ensayos realizados por Aquit muestran resultados contundentes. “Con solo siete días de alimentación con nuestro producto, logramos una mejora significativa en la respuesta inmune”, explicó la CEO.
Las pruebas se realizan en distintas etapas: diseño in silico, laboratorio y ensayos en estanques. Allí se comparan grupos de peces alimentados con el aditivo frente a grupos de control, que luego son expuestos a patógenos mediante distintos métodos, como inyección directa o cohabitación.
“Obtuvimos hasta un 70% de sobrevida relativa frente a las principales bacterias que afectan a los salmones”, detalló Allerbon. Estos resultados posicionan a la tecnología como una herramienta preventiva clave, reduciendo drásticamente la necesidad de antibióticos.
El origen de Aquit está profundamente ligado a la trayectoria profesional de Allerbon. En 2021, mientras evaluaba el rumbo de su carrera, comenzó a explorar cómo trasladar conocimientos del desarrollo de prebióticos en animales terrestres al ámbito acuícola.
Ese proceso la llevó a vincularse con científicos especializados y a ingresar en programas de aceleración e incubación de proyectos científicos, donde la iniciativa fue seleccionada entre cientos de propuestas. “Fue un proceso extremadamente riguroso, tanto en lo científico como en lo emprendedor”, recordó.
Hoy, Aquit se encuentra en la etapa final de validación de sus productos, con foco inicial en salmones, pero con proyección hacia otras especies acuícolas.
Para Allerbon, la clave está en cambiar la lógica de control sanitario. “La solución no es dar más antibióticos ni reemplazarlos por otros productos que también generan resistencia”, afirmó. El camino, según explicó, es fortalecer la biología del animal para que pueda defenderse por sí mismo.
En ese sentido, la biotecnología aplicada a la acuicultura no solo mejora la eficiencia productiva, sino que también contribuye a la sostenibilidad ambiental y a la salud pública global.
Con una población mundial en crecimiento y una demanda creciente de proteínas saludables y sostenibles, la innovación tecnológica se vuelve indispensable. Allerbon concluyó que la acuicultura bien hecha puede ser parte de la solución.
