San Jerónimo, una pequeña localidad del departamento Juan Martín de Pueyrredón, se posiciona como una de las propuestas turísticas más atractivas de San Luis de cara al verano 2026. El pueblo, ubicado a unos 25 kilómetros de la ciudad de San Luis, combina naturaleza, termalismo y ecoturismo en un entorno de baja densidad poblacional, y gana visibilidad como destino de descanso sin resignar su identidad ni su equilibrio ambiental. La información fue difundida por Noticias Ambientales, y refleja una tendencia creciente hacia el turismo de bienestar y experiencias sostenibles.
Rodeado por salinas extensas y reconocido por sus aguas termales mineralizadas, San Jerónimo se transformó en un refugio elegido por visitantes que buscan tranquilidad, aire puro y contacto genuino con el paisaje, lejos de los centros urbanos más concurridos. El crecimiento de la actividad turística se da de manera gradual, apoyado en el respeto por el entorno natural y en propuestas de bajo impacto.
Uno de los principales atractivos del pueblo son sus aguas termales, que emergen a una temperatura cercana a los 39 grados, con propiedades terapéuticas que históricamente se asocian al relajamiento muscular, la reducción del estrés y el bienestar general. Estas características posicionan a San Jerónimo como una alternativa complementaria dentro de la oferta termal de la provincia, junto a destinos ya consolidados como Termas de Balde.

La localidad forma parte del Circuito Turístico de las Termas y Salinas, un corredor natural que integra paisajes singulares y experiencias de bienestar. El recorrido comienza en las Salinas del Bebedero, continúa por las Termas de Balde y culmina en las Termas de San Jerónimo, ofreciendo una experiencia integral que combina el blanco intenso del salar con la calidez del agua termal. Este circuito se consolidó como una opción familiar y ecológica, orientada a un turismo contemplativo y respetuoso.
La baja densidad poblacional de San Jerónimo es uno de sus rasgos distintivos. El silencio, el cielo abierto y el paisaje árido dominan la escena y definen una identidad que los habitantes y prestadores turísticos buscan preservar. Lejos de grandes desarrollos, el pueblo apuesta por un crecimiento ordenado, basado en el valor de sus recursos naturales y culturales.
Además del termalismo, el ecoturismo se presenta como un eje central de la propuesta local. Las salinas cercanas ofrecen un escenario propicio para caminatas guiadas, que permiten conocer la dinámica del salar, su geología y la biodiversidad adaptada a condiciones extremas. Estas actividades se realizan en horarios controlados, con pautas claras para minimizar el impacto ambiental y garantizar la conservación del ecosistema.
La región también alberga fauna característica de ambientes áridos, lo que favorece la observación de aves, especialmente durante el amanecer y el atardecer. Esta práctica, cada vez más valorada por fotógrafos y turistas interesados en la naturaleza, se desarrolla de manera responsable, sin alterar los hábitos de las especies ni degradar el entorno.
En cuanto al uso de las aguas termales, desde el ámbito local se promueve un aprovechamiento moderado y consciente. Se recomienda evitar productos que puedan alterar la calidad del agua y respetar los tiempos de permanencia, con el objetivo de preservar el recurso para futuras generaciones. Esta mirada refuerza el perfil de San Jerónimo como destino alineado con los principios del turismo sostenible.
La identidad cultural del pueblo también ocupa un lugar relevante. Cada 30 de septiembre, la comunidad celebra su fiesta patronal en honor a San Jerónimo, una tradición que funciona como punto de encuentro y reafirma el sentido de pertenencia local. Aunque no se cuenta con una fecha precisa de fundación, la celebración anual mantiene viva la historia del lugar y fortalece el vínculo entre habitantes y visitantes.
Desde el punto de vista de la accesibilidad, San Jerónimo cuenta con buenas conexiones viales. El acceso principal se realiza por la Ruta Nacional 147 y luego por la Ruta Provincial 3, mientras que quienes recorren el Circuito de Termas y Salinas pueden llegar desde la autopista de las Serranías Puntanas, enlazando las Salinas del Bebedero con las termas de Balde y San Jerónimo. El trayecto puede hacerse en vehículo particular, transporte turístico o excursiones organizadas desde la San Luis.

El posicionamiento de San Jerónimo responde a una tendencia más amplia: el crecimiento del turismo de bienestar, naturaleza y experiencias silenciosas, especialmente valorado tras años de alta concentración turística en destinos tradicionales. En este contexto, el pueblo emerge como una alternativa que conjuga descanso, paisaje y sostenibilidad, sin perder la escala humana que lo caracteriza.
De cara al verano 2026, la expectativa es moderada pero positiva. Prestadores y autoridades locales coinciden en que el desafío no pasa por atraer grandes volúmenes de visitantes, sino por consolidar un modelo de desarrollo que preserve el entorno, genere oportunidades para la comunidad y mantenga la esencia del lugar.
San Jerónimo se proyecta así como un oasis silencioso dentro del mapa turístico de San Luis: un destino donde el crecimiento no se mide solo en números, sino en la capacidad de integrar naturaleza, bienestar y cultura sin romper el delicado equilibrio que le da sentido.