Por Agroempresario.com
Jorge Antonio Hilbert, presidente de EEC - Energy & Environmental Consulting Services, compartió su visión sobre bioeconomía, captura de carbono y desarrollo sustentable durante el III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, organizado por Agroempresario.com y realizado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero.
Con una trayectoria de décadas vinculada al INTA, Hilbert lideró el Instituto de Ingeniería Rural en Castelar y coordinó el Programa Nacional de Bioenergía en Argentina. Su enfoque combina ciencia, tecnología y colaboración público-privada para impulsar la producción agropecuaria y energética con impacto ambiental controlado.
Hilbert destacó su participación en seis proyectos de la Unión Europea, donde adquirió experiencia en coordinación multinacional de iniciativas energéticas y medioambientales. “Es una enorme experiencia trabajar entre diferentes países e instituciones, evaluando impactos sociales, ambientales y económicos de la bioeconomía”, aseguró.
Su trabajo también incluyó colaboraciones con Estados Unidos y Europa, abordando indicadores de sostenibilidad y metodologías de cálculo de huella ambiental. Esta experiencia internacional fundamenta su enfoque en el desarrollo de bioenergía, biorefinerías y captura de carbono en Argentina.
Hilbert enfatizó la necesidad de reconsiderar la bioeconomía tanto a nivel nacional como internacional, destacando la multiplicidad de productos derivados de los cultivos y los distintos vectores que determinan la formación de precios. “Un solo vector no genera el precio de un commodity. La inversión tecnológica, la calidad de la producción y la expansión de frontera agropecuaria influyen simultáneamente”, explicó.
Como ejemplo, mencionó el caso de maíz y soja, donde los precios no pueden atribuirse únicamente a la producción de biocombustibles, sino a un conjunto de productos interrelacionados. Este enfoque permite optimizar inversiones y decisiones estratégicas para productores y empresas.
Hilbert introdujo un concepto clave: los productores agropecuarios son “cosechadores de dióxido de carbono”. Destacó la importancia de redirigir el carbono capturado en biomasa, frutos, granos y troncos hacia procesos productivos o su reincorporación al suelo para aumentar la eficiencia de captura y minimizar emisiones.
“Si generamos energía y utilizamos el carbono de manera eficiente, podemos superar la neutralidad y alcanzar carbono negativo. Esto significa que capturamos más CO₂ del que emitimos”, afirmó, mostrando el potencial de los sistemas integrados de producción y bioenergía en Argentina.
Hilbert explicó que la Argentina cuenta con biorefinerías de etanol que integran plantas de biogás, energía térmica y eléctrica, y recuperación de dióxido de carbono. “Estos sistemas permiten convertir residuos en biometano y redirigir carbono hacia el suelo, aumentando la captura”, señaló.
En el sector alimentario, estas tecnologías generan subproductos de alto valor, como harinas proteicas, que reducen costos y aumentan la producción de alimentos sin expandir la frontera agrícola. “La bioeconomía produce un efecto en cascada, beneficiando tanto la energía como la alimentación”, destacó.
Hilbert subrayó la creciente demanda global de combustibles sostenibles de aviación (SAF), cuyo consumo proyectado para 2050 superará la producción actual mundial de biocombustibles. Mencionó la reciente inversión de YPF en una refinería en Santa Fe y estudios de prefactibilidad en Bahía Blanca, destinados a la producción de SAF en Argentina.
El experto señaló la importancia de abordar el cálculo de emisiones indirectas, como la deforestación inducida en otros países, y la necesidad de argumentación científica sólida en negociaciones internacionales. “Estos debates requieren datos precisos y coordinación técnica y diplomática con agregados agrícolas y embajadas”, afirmó.
Hilbert destacó la incorporación de plataformas informáticas que permiten a productores agropecuarios registrar, controlar y verificar datos ambientales. La plataforma Puma, por ejemplo, facilita a refinerías manejar cientos de proveedores y sus emisiones de forma eficiente.
Asimismo, resaltó la colaboración entre sectores fósiles y bioenergéticos, siguiendo modelos internacionales como California y Brasil, donde se crean bonos de carbono que permiten a ambos sectores cumplir con estándares de reducción gradual de emisiones.
El experto subrayó que el lenguaje técnico y político es clave para transmitir correctamente el valor de la bioeconomía. “Decir etanol de almidón de maíz o biodiesel de aceite de soja genera comprensión sobre el uso de cada producto, mientras que simplificarlo puede llevar a malentendidos sobre la producción y el destino de los commodities”, explicó.
Este enfoque busca educar a consumidores, productores, políticos y actores internacionales, asegurando que las políticas y regulaciones se basen en información precisa y científica.
Hilbert mencionó que los proyectos de captura de carbono y biorefinerías en Argentina han logrado reducciones de emisiones del 98-99% en generación de energía eléctrica y térmica, con potencial de superar la neutralidad incorporando la captura en suelo.
Estas iniciativas no solo reducen emisiones, sino que también aumentan la eficiencia de la producción agroindustrial y la disponibilidad de alimentos. Además, consolidan la posición de Argentina en mercados internacionales de bioenergía y combustibles sostenibles.
Hilbert enfatizó la necesidad de seguir trabajando en educación, cooperación internacional y desarrollo tecnológico. La interacción entre productores, consultoras, gobiernos y organismos internacionales es esencial para avanzar en políticas de sostenibilidad y optimización de recursos.
Invitó a los asistentes y al público de Agroempresario.com a aprovechar los informes, publicaciones y visitas virtuales que su consultora ofrece, consolidando la formación técnica y la innovación en el sector.
“Conocer, aplicar y validar estas tecnologías es clave para transformar la bioeconomía en una herramienta estratégica para Argentina y el mundo”, concluyó.