Ecosistemas Acuícolas / Investigación e Innovación

Boga en sistemas intensivos: una apuesta productiva para la acuicultura argentina

Ensayos del INTA y el Conicet confirman que la boga puede criarse en sistemas RAS con alta rentabilidad y sin impacto sobre poblaciones naturales

Boga en sistemas intensivos: una apuesta productiva para la acuicultura argentina
miércoles 31 de diciembre de 2025

La acuicultura nacional suma una alternativa con fuerte potencial económico y ambiental: la cría de boga (Megaleporinus obtusidens) en sistemas intensivos con recirculación de agua. Investigaciones desarrolladas por equipos del INTA y del Conicet demostraron que esta especie nativa del Litoral argentino se adapta con éxito a tecnologías de cultivo modernas, permitiendo producir pescado de calidad sin recurrir a la pesca extractiva.

Los ensayos, realizados en la provincia de Santa Fe, confirman que la boga reúne condiciones productivas destacadas, con alta aceptación comercial y un perfil nutricional atractivo, lo que la posiciona como una opción estratégica para diversificar la matriz acuícola del país.

Alta productividad en sistemas de recirculación

De acuerdo con Ariel Belavi, referente en acuicultura del INTA, los resultados muestran que el cultivo de boga puede alcanzar rendimientos superiores a los 90.000 kilos por hectárea. “La especie respondió muy bien a los sistemas intensivos con recirculación de agua (RAS), lo que la convierte en una alternativa de alto impacto productivo para distintas regiones”, señaló.

El sistema RAS permite reutilizar el agua, controlar parámetros críticos y optimizar el uso de insumos, reduciendo costos y minimizando los impactos ambientales. Esta tecnología fue clave para validar la viabilidad del cultivo intensivo de una especie nativa, históricamente asociada a la pesca en ambientes naturales.

Control ambiental y crecimiento eficiente

Desde el Conicet, el investigador Pablo Collins explicó que el sistema de recirculación garantiza condiciones estables de calidad de agua y un uso más eficiente de los recursos. “Los ensayos demostraron que es posible producir pescado nativo de excelente calidad mediante tecnologías accesibles y sostenibles”, afirmó.

Durante seis meses, el equipo técnico evaluó el crecimiento de ejemplares juveniles en tanques circulares con control de temperatura y parámetros físico-químicos. Según detalló Belavi, se observó un crecimiento sostenido a temperaturas bajas y una respuesta exponencial cuando el agua superó los 20 °C.

Los registros alcanzaron tallas de hasta 31,8 centímetros y pesos cercanos a los 568 gramos, con proyecciones de tamaño comercial —entre 35 y 40 centímetros y hasta un kilo de peso— en ciclos de 10 a 12 meses.

Escala productiva y proyección comercial

Los datos obtenidos permiten dimensionar el potencial del sistema. Una unidad de producción de 50 metros cúbicos puede generar alrededor de 450 kilos de pescado por ciclo. Extrapolado a escala anual, esto equivale a rendimientos cercanos a las 90 toneladas por hectárea.

“El sistema RAS facilita un manejo sustentable, elimina efluentes y asegura estabilidad en la producción”, explicó Belavi. Además, destacó que esta modalidad es adaptable tanto a emprendimientos familiares como a proyectos comerciales de mayor escala.

Boga en sistemas intensivos: una apuesta productiva para la acuicultura argentina

Amplio rango de implementación regional

Otra ventaja del cultivo de boga es su versatilidad geográfica. El sistema puede implementarse al aire libre en provincias como Corrientes, Misiones, Formosa, Santiago del Estero, norte de Santa Fe y este de Salta. También es viable bajo cubierta plástica, sin calefacción, en zonas donde la temperatura media de julio supera los 9 °C, como el norte de Buenos Aires, centro y sur de Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, este de La Rioja y sudeste de Catamarca.

Esta amplitud territorial amplía las oportunidades de inversión y desarrollo local, integrando la acuicultura a distintas economías regionales.

Una especie nativa con valor estratégico

Originaria de la cuenca del Paraná y otros ríos sudamericanos, la boga es apreciada por su carne firme, suave y de alto contenido proteico. Su dieta omnívora, bajos requerimientos proteicos y buena tolerancia térmica refuerzan su aptitud para sistemas intensivos.

Actualmente, la oferta de boga proviene casi exclusivamente de la pesca extractiva. Su cultivo controlado permitiría reducir la presión sobre los ambientes naturales, asegurar una provisión constante para el mercado interno y abrir nuevas posibilidades de exportación.

La producción acuícola de boga combina identidad regional, sustentabilidad, generación de empleo y rentabilidad, configurando una alternativa concreta para fortalecer y diversificar la acuicultura argentina.



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