La provincia menos poblada del país sorprende con paisajes únicos en el sur

Tierra del Fuego es hoy la provincia con menor cantidad de habitantes de la Argentina, con alrededor de 185 mil personas, de acuerdo con los resultados del Censo Nacional 2022, según informó TN. El dato, relevado a fines de 2022 y difundido oficialmente en 2025, vuelve a poner en foco a la provincia más austral del país, no solo por su escasa población sino también por su singularidad geográfica, su valor estratégico y su creciente atractivo turístico.

El relevamiento confirma que, pese a su extensión territorial y su importancia económica y geopolítica, Tierra del Fuego mantiene una densidad poblacional muy baja en comparación con el resto de las provincias argentinas. La mayor parte de sus habitantes se concentra en Ushuaia, la capital provincial, y en Río Grande, mientras que amplias zonas del territorio permanecen prácticamente despobladas.

Ubicada en el extremo sur del continente americano, la provincia está conformada por la Isla Grande de Tierra del Fuego, varias islas menores y un entorno natural marcado por montañas, bosques, glaciares, lagos y costas sobre el Canal Beagle. Esa combinación de aislamiento geográfico, clima riguroso y limitada infraestructura histórica explica, en parte, el bajo crecimiento demográfico en relación con otras regiones del país.

De acuerdo con los datos censales, el crecimiento poblacional fue moderado en la última década, con una dinámica sostenida principalmente por la actividad industrial, el empleo público y el turismo. Sin embargo, la provincia sigue lejos de los niveles demográficos de distritos como Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe, que concentran millones de habitantes.

Más allá de las cifras, Tierra del Fuego se consolidó en los últimos años como uno de los destinos turísticos más emblemáticos del país. Ushuaia, reconocida como la ciudad más austral del mundo, funciona como principal puerta de entrada para visitantes nacionales e internacionales. Rodeada por el mar y la cordillera Martial, la ciudad combina servicios urbanos con acceso directo a paisajes naturales de gran valor ambiental.

Uno de los principales atractivos es el Parque Nacional Tierra del Fuego, que ofrece senderos que atraviesan bosques nativos, lagos, ríos y turberas. Allí se pueden realizar caminatas, excursiones guiadas y recorridos históricos, como el del Tren del Fin del Mundo, que recrea parte del antiguo trayecto utilizado por los presos del penal de Ushuaia a comienzos del siglo XX.

Otra de las experiencias más buscadas es la navegación por el Canal Beagle, desde donde es posible observar fauna marina como lobos marinos y cormoranes, además del emblemático Faro Les Éclaireurs, conocido popularmente como el “faro del fin del mundo”. Algunas excursiones incluyen visitas a la Isla Martillo, hogar de colonias de pingüinos, una de las postales más reconocidas de la provincia.

El turismo de naturaleza también se extiende hacia el interior de la isla. El Glaciar Martial, cercano a Ushuaia, ofrece senderos de trekking con vistas panorámicas, mientras que el Lago Escondido y el Lago Fagnano son puntos de referencia para quienes buscan actividades al aire libre, pesca deportiva o simplemente contacto con paisajes abiertos y silenciosos.

Durante el invierno, Tierra del Fuego adquiere un perfil distinto con el desarrollo del turismo de nieve. El Cerro Castor, ubicado a pocos kilómetros de Ushuaia, es el centro de esquí más austral del mundo y cuenta con pistas para distintos niveles, infraestructura moderna y una temporada que suele extenderse más que en otros centros del país.

Entre Ushuaia y Río Grande se encuentra Tolhuin, una localidad que en los últimos años ganó notoriedad como punto de descanso y paseo. Conocida por su tradicional panadería y su entorno natural, Tolhuin se convirtió en una parada habitual para quienes recorren la Ruta Nacional 3, el eje vial que atraviesa la isla de sur a norte y conecta los principales centros urbanos.

En el extremo norte de la provincia, Río Grande se destaca por su perfil productivo e industrial, vinculado históricamente a la promoción económica y a la fabricación de bienes electrónicos. La ciudad también es un punto relevante para la pesca de truchas, el turismo rural y la difusión de la historia de los pioneros fueguinos, a través de museos y estancias que reciben visitantes durante todo el año.

Desde el punto de vista demográfico, especialistas señalan que la baja población plantea desafíos estructurales, como el costo de los servicios públicos, la conectividad y la retención de población joven. Al mismo tiempo, ofrece oportunidades vinculadas al desarrollo sostenible, la planificación urbana y el turismo de baja densidad, un perfil cada vez más valorado a nivel global.

El dato del censo vuelve a poner en agenda el rol estratégico de Tierra del Fuego dentro del territorio nacional. Su ubicación, su proyección antártica, su riqueza natural y su régimen económico especial la convierten en una provincia clave, aun con una población reducida en términos absolutos.

Según informó TN, la cifra de 185 mil habitantes no solo confirma su lugar como la provincia menos poblada del país, sino que también refuerza el contraste entre su tamaño geográfico, su peso simbólico y la escala de su población. En ese equilibrio entre aislamiento y proyección, Tierra del Fuego sigue consolidando una identidad propia, marcada por el fin del continente y el comienzo de nuevas oportunidades.