Punta Villarino: el rincón patagónico donde conviven lobos marinos y el mayor puerto frutícola del sur

Ubicada en la costa rionegrina, Punta Villarino combina playas de conchillas, fauna protegida y la actividad de grandes buques exportadores

Punta Villarino: el rincón patagónico donde conviven lobos marinos y el mayor puerto frutícola del sur
martes 30 de diciembre de 2025

Punta Villarino se posiciona como uno de los enclaves más singulares de la costa patagónica, donde una colonia estable de lobos marinos, playas prácticamente vírgenes y la actividad portuaria internacional conviven en un mismo escenario. El sitio se encuentra en las inmediaciones de San Antonio Este, en la provincia de Río Negro, y gana relevancia como destino turístico por ofrecer naturaleza, silencio y paisajes poco intervenidos, lejos del turismo masivo.

El principal atractivo aparece apenas se alcanza la costa. Sobre la arena, a escasos metros del mar, descansan decenas de lobos marinos, dueños naturales del lugar. Su presencia permanente transforma la visita en una experiencia de observación espontánea de fauna silvestre, protegida por guardas ambientales que controlan el respeto de las normas y evitan alteraciones en el ecosistema.

El acceso a Punta Villarino exige recorrer una extensa franja costera desde el mirador sur del muelle, un trayecto que anticipa el paisaje dominante de la región. La arena está cubierta por conchillas blancas, que forman pequeños médanos frágiles y crujientes bajo los pies. La amplitud del horizonte, el viento constante y la intensidad de la luz confirman el carácter patagónico del entorno, aunque los tonos claros del agua sorprenden incluso a visitantes habituales del sur.

Durante los meses de verano, el contraste visual se intensifica. Mientras la fauna ocupa la playa, grandes buques mercantes de bandera internacional amarran en la terminal marítima de San Antonio Este para cargar peras y manzanas del Alto Valle, con destino a distintos mercados del mundo. El puerto se consolida así como una pieza clave de la logística exportadora argentina, en una postal donde naturaleza y actividad económica conviven sin superponerse.

Punta Villarino: el rincón patagónico donde conviven lobos marinos y el mayor puerto frutícola del sur

Uno de los valores más destacados del lugar es el silencio. No hay bocinas, música ni multitudes. El sonido dominante es el del mar y el leve crujir de las conchillas. El ritmo pausado convierte a Punta Villarino en un sitio ideal para caminar sin rumbo, leer, observar el paisaje y dejar que el tiempo transcurra sin apuro, una propuesta cada vez más buscada por quienes priorizan experiencias auténticas.

La identidad portuaria también se refleja en la gastronomía local. En San Antonio Este, la oferta está marcada por productos frescos del mar: vieiras, ostras, mariscos y pesca del día forman parte de una cocina sencilla, ligada a la estacionalidad y al pulso del puerto. Comer en la zona es, para muchos visitantes, una forma directa de entender la relación histórica entre la comunidad y el mar.

El contacto con la fauna no se limita a los lobos marinos. En la costa es habitual observar aves playeras y, en determinados períodos del año, la presencia ocasional de pingüinos, especialmente en sectores menos transitados. La cercanía con la vida silvestre refuerza la importancia de respetar las normas de conservación, entre ellas la prohibición de circular con vehículos sobre las áreas de conchillas.

La pesca deportiva es otra de las actividades que atraen a quienes llegan hasta el puerto. Más que una práctica orientada a la captura, se vive como una experiencia vinculada al paisaje y a la paciencia, en un entorno donde la inmensidad del mar y la calma son protagonistas.

El punto de partida más habitual para llegar a Punta Villarino es Las Grutas. Desde allí se toma la Ruta Nacional 3 hacia el sur, en dirección a San Antonio Oeste, en un recorrido de aproximadamente 65 kilómetros, que demanda cerca de una hora. El trayecto atraviesa zonas de vegetación baja y paisajes áridos, característicos del litoral patagónico.

Punta Villarino: el rincón patagónico donde conviven lobos marinos y el mayor puerto frutícola del sur

Antes de arribar al destino final, la costa regala otras postales destacadas, como los sectores conocidos como La Conchilla y Perdices, balnearios poco difundidos que anticipan el paisaje dominante de la región. Ya en San Antonio Este, el camino hacia Punta Villarino continúa por la vía que conduce al Mirador Norte, pasando por el parador Serena hasta el acceso a la playa.

El último tramo requiere precaución. El ingreso vehicular está restringido en las zonas de conchillas para preservar el ambiente y proteger el hábitat de la fauna. Las autoridades locales insisten en la importancia de respetar estas indicaciones, ya que se trata de un entorno frágil cuya conservación depende del comportamiento responsable de los visitantes.

Punta Villarino: el rincón patagónico donde conviven lobos marinos y el mayor puerto frutícola del sur

Entre playas amplias, fauna silvestre y la presencia constante del puerto, Punta Villarino ofrece una síntesis poco común del sur argentino. Un destino donde la Patagonia se muestra en estado puro, sin artificios, y donde el equilibrio entre producción, naturaleza y turismo se mantiene como su principal fortaleza.



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