Por Agroempresario.com
En el marco del III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen” / Cumbre Mundial de la Bioeconomía, organizado por Agroempresario.com y realizado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero, Luis Zubizarreta ofreció una exposición detallada sobre el presente y futuro de los biocombustibles en Argentina.
Con una audiencia compuesta por referentes del agro, empresarios, funcionarios y expertos en energía, Zubizarreta enfatizó que los biocombustibles no solo representan una fuente de energía renovable, sino también una herramienta estratégica para la economía y la salud ambiental del país.
“Buen día. Primero quiero agradecer por la invitación al equipo de Agroempresario que tuvo la brillante idea de organizar este congreso”, comenzó Zubizarreta. Destacó la importancia de abordar diferentes tópicos para la agroindustria y el desarrollo económico nacional.
Para Zubizarreta, los biocombustibles son combustibles que en vez de provenir de una materia prima fósil, como el petróleo, provienen del agro. Explicó que los principales biocombustibles son:
“En los últimos años, el mundo está orientándose hacia el cuidado del medio ambiente. Los biocombustibles, además de ser renovables, tienen una contaminación mucho más baja y un impacto positivo en la salud”, subrayó.
Zubizarreta resaltó que el biodiesel argentino reduce más del 70% de la emisión de gases de efecto invernadero, convirtiéndose en una opción ambientalmente responsable que también genera oportunidades económicas para la cadena agroindustrial.
Uno de los puntos centrales de la exposición fue el efecto positivo de los biocombustibles en la economía agrícola. Según Zubizarreta:
“Transformar parte de nuestra producción agrícola en energía nos mueve del mercado de alimentos a un mercado de energía con otras demandas, generando mejores precios sin afectar la producción de alimentos”.
El biodiesel producido en Argentina proviene principalmente del aceite de soja, un subproducto de la harina proteica que se utiliza para alimentar ganado. Este proceso permite sostener los precios del aceite y de la soja, creando un círculo virtuoso que beneficia tanto a productores como a la industria.
En su análisis, Zubizarreta destacó que la industrialización de biocombustibles fortalece cadenas productivas de maíz, soja y otros cultivos, generando empleo, valor agregado y desarrollo tecnológico.
Zubizarreta explicó que la demanda global de biocombustibles ha crecido en las últimas dos décadas, impulsada por políticas ambientales y cortes obligatorios de combustibles fósiles en países desarrollados como Estados Unidos, Brasil y Europa.
Sin embargo, advirtió sobre los desafíos que enfrenta Argentina en el mercado internacional:
A nivel interno, Zubizarreta criticó la ley de biocombustibles vigente, que establece un esquema centralizado de cupos y precios fijados por el Estado. Este modelo genera conflictos entre empresas pymes y petroleras, y provoca precios elevados que no reflejan la eficiencia de producción ni benefician al consumidor.
“Creemos que los precios deben definirse por la oferta y la demanda, sin discriminaciones, y que los niveles de corte deben alinearse con los países exitosos en la industria”, afirmó.
En su exposición, Zubizarreta subrayó que Argentina tiene condiciones competitivas únicas para expandir su industria de biocombustibles:
Además, el referente destacó nuevas oportunidades para combustibles de aviación y transporte marítimo. Explicó que las regulaciones internacionales y la demanda de aerolíneas generan un mercado en expansión para combustibles renovables producidos a partir de oleaginosas y cultivos como Melina y Colza, que incluso pueden aprovechar épocas de barbecho sin afectar la tierra destinada a alimentos.
Zubizarreta enfatizó la importancia de diversificar las siembras y cultivos energéticos, señalando que Argentina tiene potencial para producir oleaginosas con ciclos cortos y demanda creciente en el mercado internacional.
“Este desarrollo permitirá generar una industria sólida de biocombustibles para aviación y transporte marítimo, agregando valor a nuestra producción industrial y potenciando la economía regional”, señaló.
Para consolidar el crecimiento de la industria, Zubizarreta indicó que es clave reformar la legislación vigente:
Zubizarreta también destacó la relevancia de mantener controles de calidad y garantizar la eficiencia de la industria, comparando con modelos exitosos de Estados Unidos, Brasil y Europa, donde los mercados internos sólidos potencian la demanda de productos agrícolas y biocombustibles.
Cerrando su exposición, Zubizarreta reafirmó que los biocombustibles representan una oportunidad estratégica para Argentina, no solo por su valor económico, sino también por su impacto ambiental y social:
“Las políticas inteligentes deben potenciar los sectores donde Argentina es competitiva, en lugar de quitar recursos a industrias estratégicas. Tenemos la oportunidad de crecer enormemente en producción, valor agregado y desarrollo para todo el país”, concluyó.
El mensaje de Luis Zubizarreta en el III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen” / Cumbre Mundial de la Bioeconomía fue claro: los biocombustibles son una herramienta que combina sostenibilidad, desarrollo económico y competitividad internacional. Argentina tiene condiciones únicas para consolidarse como líder regional en este sector, pero requiere políticas coherentes, mercados competitivos y apertura a nuevas oportunidades, especialmente en combustibles para aviación y transporte marítimo.
La exposición dejó en claro que, más allá de la tecnología y la producción, el éxito de la industria de biocombustibles en Argentina depende de decisiones estratégicas que alineen el desarrollo industrial con la sustentabilidad ambiental y los estándares internacionales.