Por Agroempresario.com
Durante su exposición en el III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, realizado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero, el Ing. Renzo Gaudenzi, miembro del Centro de Profesionales de la Ingeniería Agronómica (CPIA), trazó una reflexión profunda sobre el papel del conocimiento técnico en el desarrollo productivo del país. Su mensaje apuntó a reposicionar el rol de los profesionales como actores esenciales en la construcción de una bioeconomía regional sólida, innovadora y sostenible.
Gaudenzi comenzó su disertación agradeciendo la invitación de Agroempresario.com y subrayó la relevancia de integrar a los profesionales en las estrategias de valor agregado en origen. “El profesional es quien está en el campo, en el territorio productivo. Es la persona que da valor agregado, que estudia y aporta conocimiento para transformar los recursos en desarrollo”, señaló durante su presentación, citada por el portal.
Con más de 80 años de trayectoria, CPIA agrupa a unos 5.000 profesionales de todas las provincias del país, y según Gaudenzi, estos actores deben tener un papel central en la transición hacia modelos productivos basados en la bioeconomía y la ciencia aplicada.
Uno de los ejes centrales de su exposición fue la necesidad de definir y caracterizar las economías regionales. Según explicó, esta definición es esencial para diseñar políticas públicas focalizadas que potencien cada territorio de acuerdo con su escala, producto, nivel de valor agregado y contexto socioeconómico.
“Solo conociendo y caracterizando una economía regional se pueden establecer políticas eficaces que otorguen beneficios logísticos, impositivos y energéticos, dependiendo del mercado objetivo”, remarcó. En ese sentido, destacó que los profesionales son quienes “conocen la escala, el producto y las realidades locales”, y por lo tanto, su mirada resulta clave para diseñar estrategias sostenibles y rentables.
Otro de los temas abordados por Gaudenzi fue la falta de planificación estratégica en investigación y desarrollo (I+D) en Argentina. A su juicio, el país cuenta con una oferta científica enorme —centros de investigación, universidades y organismos públicos—, pero sufre de superposición de esfuerzos.
“Muchas instituciones investigan lo mismo al mismo tiempo, sin articular resultados. Eso retrasa la innovación y la competitividad”, advirtió. Propuso avanzar hacia un sistema de I+D regionalizado, donde los investigadores trabajen cerca del territorio productivo, con laboratorios vinculados al mercado y a los productos que buscan desarrollar.
Para el ingeniero, los casos más exitosos del país se dieron justamente en aquellas regiones donde la investigación estuvo arraigada al territorio, con articulación público-privada efectiva y objetivos compartidos entre academia, Estado y empresas.
Gaudenzi enfatizó que la colaboración entre el sector público y privado es esencial para dinamizar el desarrollo industrial y tecnológico. Pero además, advirtió que la legislación argentina debe actualizarse para acompañar la velocidad del mercado global.
“No podemos tener leyes que lleguen años tarde al mercado. Eso nos convierte en proveedores de materias primas y no de productos con valor agregado”, sostuvo. También criticó la existencia de marcos regulatorios superpuestos, con múltiples organismos reglamentando los mismos sectores, lo que genera burocracia y retrasos.
El especialista propuso una legislación “unificada, moderna e integrada”, que contemple toda la cadena de valor “desde la materia prima hasta el ingrediente final en manos del consumidor”.
En su análisis, Gaudenzi hizo referencia a las exigencias ambientales y sociales de los mercados internacionales, especialmente de la Unión Europea, que ya demanda productos provenientes de zonas libres de deforestación y procesos productivos transparentes y trazables.
“Las certificaciones ya no son suficientes: ahora hay que demostrar que cuidamos nuestras comunidades y el medio ambiente. Los profesionales somos los que estamos en el campo, los que debemos garantizar esa trazabilidad real”, subrayó.
Para ello, insistió en la formación continua de los técnicos, la adopción de estándares internacionales y la creación de sistemas de control integrados que validen la sostenibilidad de las economías regionales.
En el cierre de su intervención, Gaudenzi invitó a repensar el rol de los profesionales del agro y la industria. “No somos técnicos aislados. Somos los actores de una economía que puede brindar conocimiento, soporte y competitividad a toda la cadena de valor”, afirmó.
A su entender, fortalecer el valor agregado en origen no solo impacta en la productividad, sino también en la inclusión territorial: “Dar valor a las economías regionales significa hacer crecer nuestras comunidades. Argentina es un país extenso, con múltiples realidades y potenciales. Cada región puede desarrollarse con sus propios productos y sus propios profesionales”.
El ingeniero concluyó su participación agradeciendo la oportunidad brindada por Agroempresario.com y felicitando la organización del evento: “Espacios como este son esenciales para que el conocimiento técnico dialogue con la producción y la política pública”.
Las palabras de Renzo Gaudenzi resumen un desafío que trasciende lo profesional: construir una bioeconomía argentina que integre conocimiento, innovación y territorio. Su visión combina la mirada técnica con la sensibilidad productiva y propone un cambio estructural donde el valor agregado en origen sea el motor de un desarrollo federal, sostenible y competitivo.
El III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, organizado por Agroempresario.com, volvió a consolidarse como un espacio de referencia para el debate sobre biotecnología, innovación, sustentabilidad y desarrollo regional, reafirmando que el futuro del agro argentino depende, en gran parte, del conocimiento de sus profesionales.