La Federación Argentina del Citrus (Federcitrus) fue creada en 1983, con el propósito de buscar soluciones y alternativas que mejoren las condiciones de la actividad citrícola en nuestro país.
José Francisco Carbonell, presidente de la entidad, habló en el congreso “Argentina, Supermercado del Mundo” acerca de la necesidad de generar condiciones de competitividad para que cada vez sean más los productos argentinos exportados.
En primer lugar, Carbonell advirtió que muchos actores de la economía creen que la Ley Pyme, sancionada en 2016, es una especie de ley de economías regionales, pero que “no son términos paralelos”, ya que “puede haber una economía regional desarrollada por una empresa grande” como economías de la zona núcleo desarrolladas por pequeñas y medianas empresas.
Asimismo, dijo que hay actividades como la pequeña minería que también forman parte de las economías regionales, a la vez que señaló que las producciones se dividen por sectores en lo que hace a la generación de alimentos como, por ejemplo, la producción de frutas, miel, algodón y legumbres, y la transformación en origen.
En relación a los componentes que afectan la competitividad de las producciones regionales en cuanto al abastecimiento del mercado interno, el ejecutivo destacó “la carga impositiva, el costo salarial extra bolsillo y el impuesto al trabajo, que tanto afecta al empresario argentino y tan poco beneficia al trabajador asalariado”.
En ese sentido, dijo que a la hora de exportar hay que sumarle a esos factores “una calidad especial y controles fitosanitarios rigurosos, porque los mercados mundiales son cada vez más restrictivos y exigentes”, además de la necesaria mejora en el tipo de cambio, ya que “el peso argentino está muy sobrevaluado en comparación con las divisas fuertes”, lo que hace aún más difícil la competencia.
En esa línea, expresó que Sudáfrica se posiciona como el mayor competidor de los citrus argentinos, ya que “crece todos los años y amenaza nuestro lugar en muchas partes del mundo”, debido a que tienen “impuestos más bajos, distancias a puertos mucho menores, un costo laboral menor, un tipo de cambio real, y un sistema de puertos mucho más competitivo que el nuestro”. Por ese motivo, sostuvo que utilizan a este país como elemento comparativo al momento de identificar qué necesita la Argentina para para ser más competitivo.
No obstante, expuso que hay algunos casos excepcionales como el del limón, que “tiene la particularidad de que, durante tres meses al año, sus exportaciones son formadores de precio en el hemisferio norte”, mientras que “la producción de derivados industriales del limón tiene una gran significación” durante todo el año”. Según Carbonell, esto muestra “una capacidad de competir en condiciones desfavorables distinto al de otras frutas o al de otros productos regionales, en los que “nuestra participación en términos relativos es mucho menor”.
De esa manera, el presidente de Federcitrus explicó que “el desafío de la Argentina es reinsertarse en el mundo”, para lo cual debe generar condiciones de competitividad que estén asociadas a “una mejora sustancial de la infraestructura vinculada al transporte”, así como a “una carga impositiva que esté en paralelo a las de los países de la región” y a una disminución del impuesto al trabajo, si no quiere que sus capacidades de exportar se reduzcan a “desarrollar un producto que el mundo no esté ofreciendo”. Y agregó: “Queremos impuestos normales, como los que tienen países con los que competimos. Queremos vías de transporte que nos aseguren precios internos compatibles con los de la región”.
“Lo importante es generar las condiciones, ayudar a abrir mercados y que vuelva a haber inversión, a partir de seguridad jurídica y de rentabilidad”, concluyó.