n ese marco, la Secretaría de Agricultura y Ganadería, profundizó los controles en el territorio con el fin de garantizar el cumplimiento de las leyes de pesca vigentes y el cuidado del recurso.
Las Direcciones General de Fiscalización y de Recursos Naturales, de la Secretaría de Agricultura y Ganadería del Ministerio de Producción, profundizaron los controles en diversos puntos del territorio provincial, con el fin de garantizar por un lado el cumplimiento de las leyes y normativas vigentes en materia de pesca, pero también hacer un seguimiento respecto al cuidado del recurso pesquero.
En este sentido, el secretario de Agricultura y Ganadería de la provincia, Lucio Amavet, indicó que “la bajante histórica del río nos preocupa y ocupa. Por instrucción del ministro Bahillo hemos activado un profundo rastrillaje desde La Paz hasta Puerto Ruiz, en Gualeguay, para verificar con qué herramientas se está pescando, en qué volumen, sobre qué especies y medidas. No vamos a permitir que en esta situación de bajante histórica, algunos salvajes aprovechen esta situación para depredar el recurso ictícola”.
El funcionario provincial también comentó que “a partir del 13 de abril vamos a monitorear con imágenes satelitales el lecho del río, fundamentalmente en los departamentos Diamante, Victoria y Gualeguay, con la intención de tener la claridad sobre en qué lugares los canales se interrumpieron”.
“El hecho de estar próximos a las primeras heladas nos preocupa aún más, debido a que el recurso ictícola, si no tiene la posibilidad de buscar la profundidad para evitar la baja temperatura, sufrirá las consecuencias”, precisó el funcionario.
Y agregó: “Reuniremos a todos los actores que intervienen directa e indirectamente de la actividad, presentaremos el estado de situación y buscaremos juntos las medidas que resguarden el recurso y afecten lo menos posible las fuentes de trabajo en la provincia”, concluyó Amavet.
Por su parte, el director general de Fiscalización, Manuel Maza, señaló que ante la preocupante situación de la bajante, “se elaboró un plan de acción que consiste en profundizar los controles de fiscalización que realizan nuestros inspectores tanto en ríos como en costas; transportes, comercios, acopios y frigoríficos. Se solicitan los carnets habilitantes, certificados obligatorios, guías, y medidas -longitud en centímetros- de pescado estipuladas en las normativas vigentes; con el fin de prevenir y proceder ante posibles irregularidades y prácticas depredatorias”.
Según indicó Maza, “ sólo se constataron casos aislados de presencia de personas sin registro de pescador artesanal, actividad exceptuada por el DNU presidencial, y se procedió en conjunto con la fuerza pública a labrar las actas de infracción correspondientes y al secuestro de las artes de pesca”.
“También hemos recibido reclamos de diferentes actores sociales y a su vez advertimos la circulación de denuncias e imágenes en medios de comunicación y redes sociales, con las cuales trabajamos también como insumo para definir estratégicamente la presión de control”, concluyó el funcionario.
Con el propósito de prevenir posibles prácticas depredatorias de especies en esta situación sin precedentes, debe destacarse el trabajo articulado que se viene realizando por estos días. Principalmente porque estas acciones de rastrillaje y control sólo pueden concretarse y ser abordadas de modo integral entre los organismos competentes de contralor, dependientes del Ministerio de Producción, con diversas fuerzas como Prefectura Naval Argentina y la Policía de Entre Ríos.
El 10 de abril y con la colaboración de personal de la brigada El Quebracho dependiente de la Dirección de Prevención de Delitos Rurales de la Policía de Entre Ríos, “se llevaron adelante diversos operativos de control de costa en varias localidades del departamento La Paz, tales como Santa Elena, Piedras Blancas y Puerto Algarrobo; y controles en transportes en la ruta provincial Nº 12 en Gualeguay”, según detalló el director de Fiscalización de Fauna, Sebastián Vergara.
Además, “dentro del marco del DNU 297/20, de aislamiento preventivo, social y obligatorio, se labraron actas de infracción por violación a la Ley Provincial de Pesca Nº 4.892 y resoluciones complementarias”, indicó Vergara.
El 10 de abril el rastrillaje continuó en los departamentos Paraná y La Paz, en un trabajo conjunto con Prefectura Naval Argentina.
“Las tareas de control se efectivizaron sobre los Kilómetros 585 al 620 del río Paraná, en el departamento homónimo; y a la altura del kilómetro 765 sobre Riacho Espinillo en el departamento La Paz. Cabe destacar que en este último lugar se labró un acta de infracción a la Ley provincial de Pesca Nº 4.892, procediéndose al secuestro de reeles, espineles y otros elementos de pesca”, sostuvo el funcionario.
Acompañando las tareas de control, la Dirección de Recursos Naturales, a través de la Coordinación de Pesca y Acuicultura, realiza charlas de concientización con ribereños de la zona de Diamante.
En forma conjunta con Prefectura Diamante, la Coordinación realizó un control sobre el río, comenzando por el puerto, pasando por los puntos de desembarques naturales de los pescadores, como Puerto Nuevo, Punta Gorda, Puerto Viejo, Los Bretes y La Azotea, ubicados entre los Kilómetros 530 y 533, al margen izquierdo del río.
En esta oportunidad, se concientiza a los pescadores de la realidad que está ocurriendo con la bajante del río, la necesidad del cuidado del recurso, como así también la prevención de enfermedades. Además se intercambiaron experiencias relacionadas a la realidad del sector y el desafío que conlleva esta realidad de la bajante.
El director de Recursos Naturales, Mariano Farall, sostuvo que “se está evaluando la factibilidad de establecer alguna norma legal que prohíba la pesca en algunas zonas de lecho del río donde el recurso tiene la posibilidad de navegar en busca de mayor profundidad”.
“Dado que el río es cíclico, es importante que en esta etapa crítica se realicen los monitoreos necesarios y se refuercen los controles. Desde el punto de vista social, entendemos la situación del pescador artesanal, para quien la práctica de esta actividad representa su sustento diario familiar y/o vende a terceros. Generalmente estos ribereños traen el pescado de acuerdo a las medidas establecidas por la ley de pesca”, detalló.
Y agregó: “Por lo tanto el control se enfoca en quienes no cumplen lo que la norma establece, sea desde las longitudes del espécimen, o bien con técnicas prohibidas por la ley y que perjudican -aún más en este contexto de bajante del río-, la población de peces”.
Farall sostuvo además que “se están evaluando en un comité, estrategias conjuntas entre las provincias de Santa Fe y Entre Ríos que comparten el río Paraná y la cadena de la pesca. El cupo total de exportación de pescados está avalado por un equipo técnico interprovincial que tiene en cuenta las variables hidrológicas del río en contexto de bajante y el estudio del recurso, con lo cual se otorgan cupos en base a estas condiciones”.
En nuestra provincia el dorado y surubí son las principales especies en peligro, y actualmente está vigente la veda absoluta para la pesca de Manguruyú y Pacú.
Por otra parte, toda actividad que se realice dentro de la provincia, relacionada con el comercio del pescado fresco o su industrialización, deberá cumplir con la legislación vigente y evitar situaciones de depredación producto de las condiciones imperantes tanto ambientales como sociales.
El Viernes Santo, personal de la Dirección de Recursos Naturales, estuvo recorriendo distintos puntos de desembarco de los pescadores artesanales en la rivera de la capital entrerriana: Bajada grande, Puerto Sánchez, Toma nueva y Toma vieja.
Puede apreciarse un escenario solitario en las costas, con poco movimiento de pescadores y el tránsito de barcazas y barcos. El río está bajo y según las proyecciones se estima que continuará así al menos hasta principios de mayo.
Por otra parte debe destacarse que los comerciantes de pescado cumplen mayoritariamente con las medidas preventivas de inocuidad y sanidad, atendiendo a un cliente por vez, y utilizan barbijos y guantes para expender el pescado fresco.
La Semana Santa es considerada la época de mayor demanda de consumo de pescado, por lo tanto representa un gran incentivo de venta para el pescador artesanal.
Pero a pesar de la situación crítica que se está viviendo no sólo por la bajante del río, sino además por la pandemia del Covid-19, algunos de los comerciantes de los puntos de venta de este producto, señalaron que las ventas fueron “buenas” y los pescadores pudieron ofrecer su producción a pesar de todo. Un impulso necesario ante la situación que se vive.