Diseño del Paisaje / Botánica Plantas

¿De dónde vienen los nombres científicos de las plantas?

A pesar de que memorizar algunos nombres universales de las plantas en un idioma tan lejano como el latín parece una tarea titánica, tiene un porqué que data del 371 a.C.

¿De dónde vienen los nombres científicos de las plantas?
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a botánica sistemática es la ciencia que estudia la clasificación y denominación de las plantas. Abarca desde su clasificación hasta los nombres para designar a las plantas, que deben cumplir con ciertas normas que figuran en el Código Internacional de Nomenclatura Botánica.

Los primeros humanos en el mundo dividían las plantas según su utilidad, como medicinal, comestible o venosa. Eran nómades y se basaban en el conocimiento a través de la experiencia.

Sin embargo, cuando comenzó a utilizarse la escritura en las civilizaciones griegas y romanas, Teofrasto (371-286 a.C.) –discípulo de Aristóteles y Platón, quienes tenían un jardín botánico y una generosa biblioteca– dividió al reino vegetal en cuatro categorías: árboles, arbustos, subarbustos y hierbas. Es también quien escribió el famoso libro “La historia de las plantas”, por lo que es considerado el padre de la botánica.

Por su parte, Plinio y Dioscórides, destacados pensadores romanos, crearon un sistema de clasificación para las plantas medicinales, y propusieron nombrarlas en latín; los chinos y los indios fueron influyentes en esta etapa, ya que recopilaron abundante información sobre botánica.

En la Edad Media hubo pocos avances. La ciencia estaba bajo la influencia de la Iglesia, y fue el obispo Alberto Magno (1193-1280) quien hizo la clasificación de las angiospermas en monocotiledóneas y dicotiledóneas, además de distinguir las plantas vasculares y no vasculares.

Con la llegada del Renacimiento, la ciencia se ilumina y la botánica no se quedó atrás. El botánico y naturalista sueco Carl von Linné (1707-1778) dio un impulso decisivo a la sistemática, creando la nomenclatura binominal en latín basada en dos términos: el primero indica el género y se escribe en mayúscula, mientras que el segundo corresponde a la especie y se escribe en minúscula. Su gran obra “Species Plantarum” es considerada como el inicio de la nomenclatura botánica moderna.

 

Pero, ¿por qué en latín?

Se utilizan los nombres científicos en latín por ser un idioma universal; de esa forma, se llaman de una sola manera en todo el mundo. Por el contrario, los nombres comunes o vulgares son variables y, en la mayoría de los casos, cambian según la lengua y el lugar. Por ejemplo, Thunbergia alata es el nombre científico en todo el mundo, mientras que el nombre vulgar varía: ojos de poeta, Susana de ojos grandes, ojo de Venus, ojos negros, entre otros. Por lo general, los nombres aluden a sus descubridores, a sus lugares de origen o a determinadas características de las plantas.

No obstante, a veces cambia el nombre de las plantas pero esto no es un capricho: corresponde a los avances en el conocimiento de una especie que identifica propiedades y caracteres antes desconocidos y que valen la pena destacarse con un nombre más apropiado; incluso, llegan a ubicarse en otros géneros o hasta en otras familias.



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