n medio de la pandemia de coronavirus y la consecuente cuarentena obligatoria, restaurantes, bares y cafés protagonizan una movida solidaria. Empresarios y comerciantes donan comida al personal de salud que trabaja sin descanso para combatir la pandemia. Los alimentos también llegan a merenderos y comedores comunitarios de todo el país.
A pesar de la imposibilidad de atención al público, la gastronomía decidió que abriría sus puertas a la solidaridad. Cocineros, comercios y empresas gastronómicas disponen su tiempo, recursos y dotes culinarias al servicio del personal de salud, fuerzas de seguridad y sectores más carenciados de la sociedad.
En el barrio porteño de San Telmo, el restaurante de comida regional Pulpería Quilapán ofrece su apoyo a médicos y enfermeros de la zona. Siendo uno de los primeros en iniciar esta movida gastronómica, publicaron su decisión a través de la red social Facebook. “Si sos médico o trabajas en un hospital y vivís a menos de 10 cuadras de la Pulpería Quilapán, te mandamos una vianda gratis”, indica el posteo.
Desde entonces, el local entrega entre 80 y 100 viandas al personal de salud de los hospitales más cercanos, como el Argerich, Elizalde y Casa Cuna. “Esto que hacemos no es para ganar plata, es para devolverle algo al barrio que tanto nos dio y nos sigue dando“, expresa David Borré, dueño del restaurante.
Cabe destacar que el gesto no se agota allí: una vez por semana donan 100 viandas al comedor Asamblea Plaza Dorrego para gente en situación de calle y de escasos recursos.
También las pizzerías se sumaron a la movida solidaria. La cadena Tomasso, lleva entregadas 250 pizzas gratuitas que hizo llegar a colaboradores de merenderos y empleados de los hospitales Muñiz, Argerich, Italiano y Militar y del SAME.
Como novedad, la pizzería implementó una modalidad de sorteo en sus redes sociales: los seguidores pueden proponer un “héroe anónimo” que es premiado con un combo de dos muzzarellas grandes y una gaseosa.
Por su parte, la tradicional casa de pastas Mamma Nicoleta reparte 200 viandas con ñoquis, ravioles y fideos entre los médicos, enfermeros y policías de la zona norte del Gran Buenos Aires. “No es una donación. Lo que hacemos es compartir y ayudar con lo que tenemos. Nos puso triste ver al país tan vacío“, dice Marcela Almenara, dueña del local principal ubicado en la localidad de Escobar.
La cadena Sushi Pop envía combos a las guardias de los hospitales Fernández, Militar, Garrahan, Durand, Rivadavia, Pena, Naval, Pedro Elizalde (ex Casa Cuna), Del Quemado, María Curie y Municipal de Vicente López. El Sanatorio Güemes y clínicas como la Fundación Favaloro, el CEMIC y la Maternidad Santa Rosa de Vicente López también reciben las donaciones. El éxito fue inmediato y ahora toman más pedidos. “Tenemos una lista de espera y vamos a ir enviando de a poco a todos“, se compromete Martín Serrano, gerente de marketing de la cadena.
Pensando en las largas jornadas de guardia y la necesidad de mantenerse despiertos, la cadena Tienda de Café, la Cámara de Bares y la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés enviaron 100 kilogramos de café a los profesionales del SAME.
Además de esta iniciativa, Tienda de Café se suma a la campaña #compromisotienda, impulsada por la empresa La Bolsa de Café. Ambas firmas se comprometen a entregar al SAME un kilogramo de café por cada kilo que los clientes compren. “Queremos formar parte de la comunidad enorme de personas unidas para ayudar en estos momentos tan complicados. Nos pareció bueno que la gente del SAME, uno de los sectores que más se esfuerza en este contexto, tuviera una taza de café a mano para mantenerse despiertos, más de lo que siempre están”, expresa Antonio Rodríguez, director de La Bolsa de Café.
A este movimiento solidario también se suman nombres reconocidos como el chef Christian Petersen, quien apostó a ayudar a los sectores más carenciados de la sociedad. Petersen, a cargo del comedor de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), logró un acuerdo con los directivos de la institución para utilizar las instalaciones. Allí se cocinan los platos que alimentan a más de 300 personas por día en el comedor Los Gauchitos, de la localidad de Tigre.
El proyecto cuenta con el apoyo de la universidad, la Sociedad Rural de Palermo y de Red Solidaria. “Esta crisis nos da la oportunidad de dar una mano para sentirnos más útiles y no deprimirnos. Gracias al equipo que formamos, hoy comen 300 personas por día. Lo mejor es dar una mano y más adelante veremos qué pasa”, concluyó Petersen.