ras haber logrado rindes de diez toneladas en trigo, un grupo de productores de Aapresid consiguió más de catorce toneladas por hectárea en maíz en la Patagonia. El logro pertenece a la Chacra Valle Irrigado del Norte Patagónico, ubicada en la provincia de Río Negro, donde se produce bajo riego con una temperatura media anual de 14,6°C.
La gerenta técnica del proyecto, Magalí Gutiérrez, manifestó: “Cuando logramos ajustar la oferta de agua y nutrientes, el maíz es capaz de captar la elevada oferta de radiación y transformarla en grano, expresando su potencial aún a bajas densidades”. Ensayos con densidades de hasta 50.000 plantas por hectárea tuvieron hasta nueve espigas de productividad en un metro lineal, lo que significa alrededor de tres espigas por planta. Hoy, los lotes se manejan con densidades de 90.000 a 100.000 semillas por hectárea.
Según indicó Gutiérrez, la siembra se efectuó sobre antecesor vicia villosa entre el 15 y el 25 de octubre del año pasado, ajustando el nitrógeno disponible a 300 kg por hectárea. “Aquí los rendimientos probablemente estén por arriba de las catorce toneladas/ha, pero los picos que vemos en algunos puntos indican que podemos aspirar a potenciales de 18 toneladas por hectárea”, aseguró.
En lo que respecta a la soja, por más que se ajustó el riego y la nutrición, los rendimientos no superan los 4.500 kg por hectárea. Según el análisis del grupo, esto se debe a la falta de genética adaptada. Por ese motivo, trabajan junto al INTA Valle Inferior en ensayos con variedades experimentales no modificadas genéticamente que fueron traídas de EE.UU, cuyos grupos de madurez (GM) van de 0,3 a 3.
“La idea es explorar materiales más cortos que los que ofrece hoy el mercado (menores a GM III) que permitan que los estadios críticos –principalmente el llenado de granos– coincidan con ventanas de mayor oferta ambiental”, detalló Mariano Donofrio, del INTA Valle Inferior.