n plena pandemia de coronavirus, Scott Thompson promueve la alegría a través de la agricultura. El productor, oriundo del condado de Kenosha (Wisconsin, EE.UU.), plantó más de dos millones de girasoles en sus campos que pueden ser visitados por turistas locales. La historia de una iniciativa personal y familiar que se convirtió en un exitoso emprendimiento turístico.
A través del boca a boca y del poder de las redes sociales, personas de todo el estado, e incluso de Chicago, visitan la Thompson Strawberry Farm y se van un poco más felices. “Una de las cosas más interesantes de esto es que todos están muy felices”, dice Thompson.
Con el objetivo de difundir alegría, el agricultor plantó casi nueve hectáreas, tres de las cuales aún no han florecido por completo. Las flores fueron sembradas en más de 15 campos para dar espacio a la distancia social y a una dispersión segura. “A medida que avanzaba la temporada, pensamos que la gente podría estar buscando algo que hacer; es una gran manera de distanciarse socialmente y sonreír, básicamente”, cuenta.
Además de girasoles y zinnias, el establecimiento cuenta con un campo de flores silvestres y girasoles mexicanos, conocidos por atraer mariposas. Los visitantes pueden pasar por la granja, recoger sus propios girasoles y tomar fotografías en los campos, siempre y cuando etiqueten a la granja en las publicaciones de las redes sociales.
Para Thompson, los girasoles le brindan tanta alegría a él y a sus trabajadores como a los turistas. “Este fue nuestro primer año haciendo girasoles y no creo que pudiéramos haber elegido un mejor año para comenzar”, concluye.