a planta de colza o canola es la fuente del aceite del mismo nombre, conocido por su uso alimentario. Además de servir como fuente de aceite alimentario de consumo humano, esas plantas son también un cultivo crucial para la alimentación animal y el biodiésel en todo el mundo. Por desgracia, las plantaciones de colza experimentan pérdidas significativas por culpa del patógeno fúngico Sclerotinia sclerotiorum, que causa lesiones en la planta, la putrefacción del tallo y por último la muerte, tras unos pocos días de infección.
Unos investigadores han descubierto que el virus fúngico (o micovirus) SsHADV-1 puede convertir esos mortales patógenos fúngicos en hongos beneficiosos en las plantas de colza (de la especie Brassica napus). Una vez transformado, el hongo refuerza el sistema inmunitario de la planta, haciendo que la planta esté más sana y sea más resistente a las enfermedades.
El descubrimiento, hecho por el equipo de Daohong Jiang, de la Universidad Agrícola de Huazhong en China, demuestra que algunos virus fúngicos pueden utilizarse para desarrollar "vacunas para vegetales" con el fin de mejorar la salud de los cultivos agrícolas y aumentar el rendimiento de los mismos.
"El virus que hemos identificado puede hacer que el hongo deje de ser un patógeno mortal en diferentes plantas y pase a ser un hongo endófito, como una oveja mansa que protege a estas plantas", resume Jiang. Los organismos endófitos viven dentro de una planta durante al menos una parte de su ciclo de vida sin causar enfermedades, manteniendo una relación simbiótica. "La investigación es importante porque sabemos que las plantas tienen hongos endófitos, pero ¿de dónde vienen? El virus quizá pudo intervenir en la evolución de estos hongos y eso es algo a investigar en el futuro."
Cuando es infectado por el micovirus, el hongo que amenaza a la colza pierde su virulencia. En vez de matar a la planta, el hongo infectado por el virus vive pacíficamente dentro de ella e incluso le aporta a esta algunos beneficios.
Jiang y sus colegas infectaron plantas de colza mediante la inoculación de fragmentos de hongos infectados por el virus y observaron un aumento en el sistema inmunitario de las plantas, un incremento del 18 por ciento en el peso y un mayor crecimiento de las raíces. Estas plantas no solo crecieron más grandes y fuertes, sino que también pudieron resistir otras enfermedades
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