Llegó la hora del té

Tomar el té conlleva rituales y tradiciones que varían según la cultura y el país

Llegó la hora del té

La planta que da origen al té es la camellia sinensis. Con sabores distintos, propiedades particulares y procesos de cosecha y de elaboración diferenciados, el té en sus diferentes versiones es una infusión consumida en todo el mundo.

Cada país tiene sus hábitos y rituales a la hora de tomar el té. En China, la dueña de casa es la responsable de servir el té, un acto que brinda un momento de paz y sosiego a sus invitados. Otra tradición propia de este país es que las novias sirvan el té a sus suegros al día siguiente de la boda, como un acto de respeto hacia el mismo. Cruzando el continente europeo, en Inglaterra el five o’ clock es sagrado y allí, endulzar el té con miel o azúcar está permitido. En Rusia la forma de darle un toque dulce a la infusión es un tanto particular, la persona se coloca un terrón de azúcar en la boca y después toma el té. De esta manera respetan la tradición oriental de conservar el té en su forma natural, ya que los sabores recién se mezclan en el paladar.

De acuerdo a la forma de cosecha y  los procesos de deshidratación y fermentación de sus hojas, los tés se pueden agruparse en cuatro tipos: té negro, té rojo, té verde y té blanco.

En el caso del té negro, se recolectan las hojas jóvenes, los pecíolos y los tallos tiernos y luego, se dejan marchitar. Con el posterior proceso de fermentación,  se provoca el enrulado de las hojas, que pueden ser enteras, rotas o trituradas. Los tés de hojas trituradas muy pequeñas son menos aromáticos que los de hojas enteras, rotas o en hebras. El té rojo es resultado del marchitado, enrulado, semifermentado y secado de las yemas, hojas jóvenes y tallos tiernos.

Por su parte y a diferencia del resto, el té verde no necesita de ningún proceso químico para su obtención, por ello se considera el más puro y el más beneficioso para el organismo. Las hojas se dejan secar y se les aplica un tratamiento térmico para detener la fermentación de las enzimas y evitar la descomposición de la hoja.

La última variedad es el té blanco y quizás el más difícil de encontrar en el mercado. Este té se obtiene de la recolección de las yemas nuevas antes de que abran, se dejan marchitar para que se evapore la humedad y se desecan.

Asimismo, las diferencias en la preparación de cada variedad dan como resultado características y propiedades particulares. El té verde es antioxidante, ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y disminuye los niveles de colesterol. Además es útil para combatir las caries y disminuir la placa bacteriana por su alto contenido de flúor. Por su parte, el té negro contiene más propiedades aromáticas y colabora en la no oxidación del colesterol “bueno”; también tiene beneficios para el sistema cardiovascular y la protección de las caries. El té rojo suele recomendarse para hacerle frente a la fatiga mental y la somnolencia.

Para servir el té, se recomienda el uso de teteras de barro o de porcelana y nunca debe usarse la misma tetera para servir distintas variedades de té. Los utensillos utilizados solo se deben enjuagar y no lavarse con detergente o cualquier tipo de jabón, para no contaminar el sabor del té.

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