La cría de lombrices permite disminuir en un 50% los residuos vegetales a través de su conversión en humus, es decir, en un abono excelente desde el punto de vista químico, físico y biológico.
Torombolo Bickert, de la compañía Worms Argentina, expresó que “las plantas absorben mucho más fácilmente el humos que cualquier otro fertilizante sintético. Su salud general mejora drásticamente, creciendo mejor, floreciendo mejor, dando mejores y más frutos”, a la vez que soporta “mejor las plagas, las enfermedades y las temperaturas extremas”.
La lombriz californiana constituye una importante fuente de proteínas, debido a que al ser desecada permite fabricar harina de lombriz, que es parecida a la harina de carne o pescado, usadas para la elaboración de alimento para ganado.
Las lombrices son hermafroditas y copulan cada siete o diez días. Una vez transcurrido ese tiempo, cada lombriz pone un huevo de color amarillo de alrededor de dos milímetros. Tras un período de incubación de 14 a 21 días, surgirán de cada huevo entre dos y veintiún lombrices.
Entre los alimentos más recomendados para las lombrices se encuentran: las sobras de comidas, especialmente frutas y verduras; los desperdicios de los mataderos; el estiércol de especies domésticas; y los restos de serrerías.
La cría de lombrices puede efectuarse tanto en interior como en exterior, ya sea en cajones o en tolvas, lo que posibilita una producción constante de compost.