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in duda, las pickups son tendencia en la Argentina. Cada vez se suman más modelos y versiones para ampliar el catálogo y cubrir un espectro más amplio de clientes. Por eso, a las ya clásicas medianas se van sumando de a poco las grandes o full size.
Un ejemplo es la vieja y recordada Ford F-150, que a principios de este año comenzó a venderse en dos versiones: la lujosa Lariat y la deportiva Raptor.
Esta última, de enormes dimensiones –mide 5,89 metros de largo, 2,192 m de ancho y 1,994 m de alto–, cuenta con parrilla en negro con el logo de la marca que casi la cubre por completo; guardabarros que sobresalen de la carrocería con sus protectores en negro; sobredimensionadas tomas de aire en la trompa y capot; grandes faros con tecnología full LED; luces amarillas que se despliegan sobre toda la delantera; generoso despeje (292 mm); amplia caja de carga con capacidad de 559 kg; doble salida de escape en cromado; y ganchos para remolque –puede arrastrar hasta 4,8 toneladas–.
Todo está pensado para imponer presencia y transmitir una sensación que mezcla robustez y deportividad. Es imposible transitar con esta Raptor y pasar inadvertido. Y un detalle más: el portón de la caja es hidráulico y con apertura remota, y de él se puede desplegar una escalera para poder subirse a la caja sin problemas.
Como en toda full size, si hay algo de lo que no hay que preocuparse es por el espacio interior, de gran calidad de materiales y terminaciones. Las butacas delanteras se regulan eléctricamente, al igual que la columna de dirección y la profundidad de la pedalera, con lo cual encontrar la posición de manejo es muy sencillo. Además, los controles, que son incontables, están bien al alcance del conductor.
En cuanto al equipamiento, cuenta con encendido a distancia, calentador y enfriador de asientos; dos tomas de 110 V; techo panorámico y luneta trasera eléctricos; climatizador trizona; seis puertos USB; pantalla táctil de 8” con sistema multimedia Sync3; equipo de audio Bang & Olufsen con diez parlantes y subwoofer; volante calefaccionado; y tablero con otra pantalla de 8” que despliega una cantidad de información abrumadora, entre otras facilidades.
Otro gran punto para destacar es el de la seguridad. Además de lo tradicional –frenos a discos con ABS y EBD, ESP, 8 airbags, asistente de arranque en pendiente y anclajes Isofix, entre otros–, posee el llamado paquete Ford Co-Pilot 360 de ayudas a la conducción, que incluye asistente de precolisión con detección de peatones, cámara 360° con pantalla dividida, control automático de luces altas, control de velocidad crucero adaptativo con Stop & Go, sensor de punto ciego con alerta de tráfico cruzado, asistente de mantenimiento de carril y de balanceo y frenado de trailer.
En reemplazo del anterior V8 de 5.6 L, para esta generación se optó por el moderno motor Ecoboost V6 biturbo 3.5 L que entrega 456 CV a 5.000 rpm, con 691 Nm de torque desde las 3.500 rpm. A éste se suma una transmisión automática convencional rápida, precisa y perfectamente relacionada de diez marchas, mientras que la doble tracción ofrece cinco opciones de uso: trasera, integral de acople automático y 4×4 baja, alta o con bloqueo de diferencial.
En el uso cotidiano se comporta como el de una pickup convencional –el impulsor trabaja relajado y los cambios pasan a bajas revoluciones–, pero cuando se la exige empieza lo mejor: el V6 entrega una cantidad de potencia y torque bestiales y la caja empieza a estirar los cambios hasta la parte de arriba del tacómetro para convertirse en un verdadero deportivo que nada tiene que envidiarle en cuanto a prestaciones a un vehículo de menores dimensiones: acelera de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos, la velocidad máxima (limitada de fábrica) es de 178 km/h (en 9ª marcha y a 3.100 rpm), y recupera de 80 a 120 km/h en 4 segundos.
Aunque pesa 2.616 kg, esta Raptor transmite sensaciones alucinantes cuando se la maneja. Es poderosa, dobla bien agarrada, es estable en velocidad y, lo que no es menor, tiene una agilidad increíble para moverse en cualquier condición. La dirección asistida eléctricamente es muy precisa y se la puede ajustar para tres niveles de exigencia: normal, sport y confort. Tiene un radio de giro bastante corto, los frenos responden con una justeza impecable –de 100 km/h a 0 necesita 47 metros para detenerse–, y las suspensiones –tiene montados amortiguadores de alto rendimiento Fox Racing Shox– están pensadas para no transmitir las imperfecciones del terreno a la cabina y asegurar el mejor confort de marcha.
Esta sorprendente camioneta tiene un precio de US$87.000 al cambio oficial. Es alto, sí, pero queda más que justificado por todo lo que tiene para ofrecer.