a gran expansión latitudinal resulta en una gran amplitud climática, desde climas subtropicales al Norte hasta fríos nivales en el extremo Sur. Su carácter de península resulta en características particulares, como, por ejemplo, a la latitud de Buenos Aires (-34º Lat) en el hemisferio norte se producen nevadas durante al menos 3 meses al año mientras que en Buenos Aires el invierno es suave, sin nevadas.
A grandes rasgos, la Argentina aparece como una plataforma triangular inclinada hacia el Este, con grandes altitudes en los Andes, que descienden hacia el Sur y hacia el Este, pasando por zonas de mesetas, llanuras y humedales de oeste a este.
Estas características, originadas a lo largo de tiempo geológico, por la elevación de la cordillera de los Andes, fenómenos de vulcanismo, inclusiones marinas y deposición de loess, generan un territorio muy diverso en cuanto a geomorfología, suelos y vegetación natural.
Se encuentran desde eriales semidesérticos hasta selvas subtropicales, bosques secos alternando con pastizales, humedales subtropicales y humedales de zonas frías. Como una manera de sistematizar la marcada heterogeneidad espacial, el territorio argentino se ha dividido en 15 ecorregiones terrestres, de acuerdo principalmente a su origen geológico, relieve y clima.
Para sistematizar la notable heterogeneidad espacial, el territorio argentino ha sido dividido en 15 ecorregiones terrestres, principalmente sobre la base del origen geológico, la topografía y el clima (Morello et al., 2012). En este capítulo se describen las características esenciales de la vegetación de cada ecorregión, organizadas en cuatro grandes regiones de relieve: Tierras Altas Occidentales; Las Mesetas Centrales; La Llanura Chaco-Pampeanas y Tierras Bajas Orientales.
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