P
or eso, es muy importante no olvidarnos de guardar las semillas al finalizar el verano, o incluso en otoño, cuando la flor ya está seca, marrón y crujiente al tacto.
Se utilizan las hojas con principios aromáticos, pero además en una aliada de la huerta al repeler insectos y enfermedades.
Es muy sensible al frio, requiere clima cálido a cálido templado. Prefiere suelos ricos, fácilmente drenables y sueltos.
El cultivo se inicia en almácigos protegidos en agosto para trasplantar a mediados de septiembre o comienzos de octubre, cuando la planta tiene unos 10 cm de altura (6 a 8 hojas), a una distancia de 50 cm entre surcos y 30 cm entre plantas, conviene trasplantar el plantín con su pan de tierra y cuidar los riegos en verano. Podemos realizar otra siembra en febrero-marzo, que se trasplanta a macetas y se desarrolla en lugar protegido de bajas temperaturas.
Se utilizan dos variedades una Albahaca de hojas finas, que es más rústica y tardía, y otra variedad de hojas anchas, que es más temprana y productiva.
Al mes del trasplante, se podan las extremidades para favorecer el desarrollo de yemas laterales. Entre los insectos, los que pueden ocasionar algún daño son las hormigas y las orugas, pero en general es muy resistente a plagas y enfermedades.
Las sustancias aromáticas se encuentran en hojas y brotes tiernos. Se debe cosechar antes de la floración. Como es una especie anual, para prolongar la cosecha de hojas, debemos podar la parte apical de la planta, evitando que se formen los racimos florales en el extremo de las ramitas y se seque.
Infoagro