En 2014 nació RES, la carnicería boutique que hoy ya tiene más de 40 sucursales en C.A.B.A. Planificando un crecimiento sostenido, con una apertura de más de 80 franquicias anuales, prevén alcanzar los 500 puntos de venta hacia el 2023.
Hace cuatro años, Omar Onsari, actual presidente de RES, abrió la primera sucursal en el barrio de Belgrano. Viendo el éxito de la carnicería, en menos de un año contaba con diez locales. Para la expansión, se asoció con los empleados con mayor antigüedad, quienes se convirtieron en los dueños de las nuevas sucursales. Hoy, tienen más de 40 locales, siendo más de la mitad operados como franquicias.
Pedro Barbiso, jefe de Franquicias de RES, destacó: “Tenemos la posibilidad de llevar un concepto de negocio, una marca”. En esa línea, explicó que la inversión para abrir una sucursal es de entre $1,2 millones y $1,5 millones, con un fee de ingreso de $150.000 que incluye la elección de la ubicación y el armado completo de la carnicería. Barbiso señaló que para elegir la ubicación se fijan en cuatro factores: la competencia, el poder adquisitivo de los residentes, la densidad poblacional y que sea una zona comercial. “Tratamos de no meternos en un lugar donde haya un competidor muy fuerte y es muy importante que en la zona haya verdulerías o fiambrerías, negocios que te traccionen gente”, detalló.
El proyecto de este año es expandirse al corredor norte, desde Vicente López hasta Pilar, y en el Interior. En cuanto a llegar al exterior, Barbiso comentó que realizaron misiones comerciales en Uruguay e irán a Colombia. Algunos mercados donde el jefe de Franquicias ve un gran potencial son Japón y Europa. En esos casos, RES podría no asumir el rol de distribuidora porque eso dependerá de cada país: “Puede ser que trabajemos con aliados locales o que llevemos nuestros productos. Lo que nosotros queremos exportar es un concepto de carnicería boutique”, indicó.
Con una comercialización de 400.000 kilos mensuales, este año aspiran facturar unos $400 millones. “Nuestro diferencial es el valor agregado de la atención personalizada. Si bien somos una empresa y estandarizamos los procesos, no queremos perder la esencia del carnicero de barrio”, concluyó Barbiso.