odos tenemos presente que la Argentina es un gran exportador de maní, desde Córdoba al Mundo. Pero resulta que ahora la cáscara, hasta hace poco un residuo descartable, se ha transformado en fuente de riqueza y desarrollo.
De la mano de investigaciones y experiencias conjuntas en diversos niveles de la sociedad argentina, y en otros centros de producción como México (donde se lo conoce como cacahuate), se vienen desarrollando diversas aplicaciones de la cáscara de MANÍ.
Considerada hasta hace poco como un desecho de la industrialización del grano, la cáscara representa una cuarta o una quinta parte del volumen cosechado, es de baja calidad nutricional (6% de Proteínas, 3% de Grasa Bruta, 9% de Humedad y 60% de Fibra Cruda).
La primera aplicación que ya se consolida como opción es la de su utilización como comida para animales: es especial para los rumiantes, ya que es una fuente de fibra muy efectiva. El almacenamiento se debe dar en lugar fresco, seco y adecuadamente ventilado.
También como abono orgánico para plantaciones, material básico para hacer ladrillos o placas símil maderas, combustible e inclusive base para elaborar detergente
Pero las investigaciones llevan a que esos desechos del MANI tengan algunas aplicaciones que, por su volumen, terminan siendo buenos negocios, ya que dan desarrollo a nuevas alternativas en las áreas de abono orgánico para plantaciones, material básico para hacer ladrillos o placas símil maderas, combustible (biomasa) e inclusive base para elaborar detergente.
En una investigación del CONICET- Córdoba, y en combinación con el Gobierno de la Provincia de Córdoba y la Empresa Maglione Hnos (Junturas-Cba), se está desarrollando una nueva industria: la de los paneles de cáscara de maní.
Estos paneles tienen un costo inferior al 20% de los tradicionales de madera. Son usados para pisos, para revestimiento de paredes, cielorrasos y fabricación de muebles. Y ya se estudian al mismo tiempo posibilidades de viviendas íntegramente construidas con éste nuevo material.
Este desarrollo se da en Córdoba, y no es sorpresivo, pues es esa provincia es la Capital Nacional del Maní. La Argentina exporta el 95% de lo que produce y la provincia mediterránea es a su vez la responsable de la producción del 95% de la producción nacional, la que actualmente alcanza el millón de toneladas al año.
Esta es una prueba más de la capacidad y la potencialidad del desarrollo argentino, cuando se combinan el Estado, la tecnología y el accionar privado en beneficio de la Nación.
El Agrario