uego le siguen en importancia Buenos Aires que exhibe un 28% del total y la Patagonia, con un 22%. En este último caso resaltan El Bolsón, Lago Puelo y Epuyen. Este fruto se está empezando a cultivar en todo el país y se han sumado a la tendencia productora zonas como Tucumán, Córdoba y Santa Fe.
Es la mora negra, zarza o zarzamora (se la conoce así en México), blackberry (en inglés) o amoura preta (portugués). Su nombre científico es Rubus fructicosus, y pertenece a la Familia Rosaseae. Naturalmente abundan en los climas tropicales y subtropicales pero el hecho de poder controlar las condiciones del cultivo hace que no existan “zonas aptas o no aptas” sino que se puede sembrar en diferentes climas.
Existe una amplia oferta varietal de moras en el mercado, lo que permite desarrollar el cultivo en diversas regiones. “En los últimos años, la expansión se está dando en zonas templadas-cálidas, como conjunción de diversos factores, dentro de los que se destaca: la disponibilidad de variedades con mejor performance comercial para estos ambientes, la existencia de servicios post-cosecha (frío y congelado) y su excelente complementariedad con la producción y comercialización de otros berries” dice el Ing. Agr. Aníbal Caminiti, del INTA.
De igual manera, vale aclarar que este fruto necesita como mínimo 300 horas de frío. Lo importante es escapar a las heladas en la época de floración. La helada ocasiona la quemazón de los tallos o anulan la producción de frutos. Se estima pues que la amplitud térmica que soporta oscila entre los -14º y los 29 grados.
En el caso del suelo, deben tener un buen drenaje y buena humedad, aconsejándose los de textura franca: franco-arenosos y franco-arcillosos. Además, debe tener un 5% o más, de materia orgánica. En caso de zonas de alta pluviosidad, se prefieren con un 5-25% de pendiente.
La mora es un cultivo “sumamente productivo por lo que no es necesario una gran superficie para alcanzar un gran volumen y la decisión para implantar será una decisión empresarial”, especifica el Ing. Agr. Emilio Riádigos, Director Técnico del Vivero Humus en El Bolsón.
Se podría especificar por caso, que la producción puede iniciarse en pequeñas superficies que van entre las 0,5 y las 4 hectáreas. Esta dimensión, aseguran los especialistas, deberá ser evaluada en relación con el mercado que se quiera abordar de tal manera que garantice la rentabilidad del emprendimiento. Por ejemplo, si consideramos un mercado interno basado en frutas frescas, con una pequeña superficie se pueden obtener beneficios interesantes.
La Ing. Agr. Anabel De Souza, propietaria de un establecimiento en Uruguay agrega que en el primer año el productor ya cuenta con cosecha propia que, dependiendo de la variedad, puede fluctuar entre las 3 y las 6 toneladas. En el segundo año, la producción ya se incrementa de 10 a 12 toneladas mientras que la durabilidad del cultivo, si es bien manejado, puede llegar a los 15 años.
Hasta ahora, los rendimientos obtenidos en la Argentina, tienen un promedio aceptable que puede estar entre las 8 y 10 toneladas por hectárea. Desde su experiencia, el director del vivero Humus explicó que “saliendo con una planta de dos años, el primer verano solo se obtiene producción con una planta Long Cane. El segundo verano (primer año), con un buen manejo, se alcanza semi-plena cosecha”.
Sobre el tema, Caminiti también puntualizó que, “en un clima templado cálido a cálido y asistido por un buen manejo, entre el segundo y tercer año, se puede iniciar la estabilidad del cultivo”. Lo cierto es que hay cultivos para industria que han pasado las 30 toneladas por hectárea.
Como todo cultivo de berry intensivo, requiere de un determinado paquete tecnológico que garantice su éxito; en general, tiene una instalación y manejo más sencillo que otros como el arándano.
Para llevar adelante esta producción con éxito se requiere un suelo con PH (nivel de acidez) de ácido a neutro y con un mínimo de 2% de materia orgánica; y si hablamos de capital, un promedio de 15 mil dólares la hectárea, aunque se puede ajustar menos o más en dependencia del mercado que se aborde. En este tema, es importante saber que el precio CIF MILAN por caso, para la zafra 2009 estaría pagando de 6,5 a 7 euros por kilo de fruta (con embalaje incluido).
Es vital tener varios planes de contingencia, esto es, si falla el plan A de comercialización, por ejemplo, de frescos, tener un plan B que puede abarcar la industrialización o derivados. Además, se tener como mínimo una hectárea de tierra apta y una cámara de frío pequeña o estar asociado a alguien que la tenga. Es bueno aclarar que el manejo técnico de la mora se asemeja mucho al de la frambuesa, por lo cual se pudiera pensar en una complementación de tal manera de no poner “todos los huevos en una sola cesta”.
Las moras poseen como otros berries, importantes propiedades antioxidantes. Por ello, la agroindustria alimenticia es el mayor demandante. Así, se emplea en jugos de frutas, como colorante natural, en jugos de frutas, cócteles, mermeladas y dulces.
Sin embargo, su principal aplicación es el consumo en fresco “sobre todo, en las variedades dulces como el Boysemberry, Tayberry, Marionberry y por supuesto, las variedades dulces de blackberry” especifica el Ing. Emilio Riádigos.
En cuanto a los canales de venta, el mayor volumen de esta fruta se comercializa en el mercado interno y externo como fruta congelada. “La fruta fresca hasta ahora limita su comercialización en el ámbito interno sólo en importantes centros urbanos y turísticos, a través de cadenas de supermercados, como delikateseen o producto gourmet. Y, anualmente, se realizan algunas operaciones al exterior a través de exportadoras que incluyen a los arándanos dentro de su oferta internacional” aclara Caminiti.
Se puede decir que en el mercado interno se comercializa la fruta fresca especialmente en los sectores de heladerías, confiterías, gourmet, cruceros y restaurantes. Para el caso del comercio externo, funcionan bien los congelados, las frutas frescas y los derivados como el vino, champagne, licores, y aguardientes.
La recolección debe realizarse sin agua en el exterior. Lo ideal: después de las primeras horas de sol de la mañana.
-En días lluviosos, se cosecha unas horas después que pasó la lluvia.
-Las frutas se recogen en las horas más frescas de la mañana para evitar que reciba mucho calor ya que acelera el proceso de maduración.
Pregon agropecuario