Es deliciosa y por eso es una de las frutas más consumidas en el mundo, parte esencial de helados y postres muy dulces, aunque con ese dejo amargo que consigue ese equilibrio perfecto, esa dulzura medida. Por eso hoy aprenderemos a cultivar moras, una fruta que vale la pena tener en casa para así disfrutarla en su estado más puro, sin procesos de congelamiento o largas cadenas cuyas consecuencias son la pérdida de sabor y frescura.
La mora es una baya que pertenece a la familia Rosaceae y es originaria de América, precisamente de las zonas altas tropicales como Colombia, Ecuador, Panamá, Guatemala, Honduras, México y Salvador.
La variedad más común es el género Rubus, que se encuentra en casi todo el mundo, con excepción de las zonas desérticas. Su nombre científico es Rubus glaucus y se trata de una planta herbácea anual. También conocida como zarzamora, es una fruta rica en vitamina C que es ideal para las dietas pues además tiene un alto contenido de agua.
Para cultivar moras se necesita tener un suelo franco arcilloso para que el exceso de agua drene con rapidez. Además, debe ser rico en materia orgánica y en fósforo y potasio. El PH ideal de la tierra debe ser de 5,7. Por otra parte, necesita crecer en un clima fresco y soleado, con temperaturas medias de 26 grados centígrados. Es una planta que no tolera las bajas temperaturas pues debajo de los 16 grados centígrados se resiente.
Antes de sembrar, habrá que quitar las malezas y abonar el suelo con compost o bien sembrar antes con abono e cobertura. Luego comienza la siembra propiamente dicha, en donde hay que plantar las plántulas en filas y realizando hoyos de 40 x 40 x 40 cm. Las plantas de mora se siembran a una distancia de 1.2 a 1.5 m. entre plantas y hay que tener cuidado de no romper las raíces durante el proceso.
Es una planta muy sensible a los encharcamientos así es que hay que contar con un suelo con muy buen drenaje. Al momento de la siembra el suelo debe estar húmedo, pero no inundado. Luego la planta necesita unos 3 cm de agua por semana durante todo el año. Lo ideal es un sistema de goteo.
Esta planta es sensible al ataque de los típicos enemigos de muchos cultivos: ácaros, trips, la mosca y el gusano de la fruta, el barrenador del tallo o el gusano de la caña. Muchos de ellos provocan manchas en la planta o bien engrosan el tallo, afectan las hojas o simplemente atacan los frutos. Por ello es importante que utilices algún insecticida ecológico en caso de afectación.
Hay que eliminar las malezas pues compiten con la planta por la humedad, los nutrientes y la luz. Por otra parte, es preciso realizar podas para controlar el crecimiento de la planta, para remover partes enfermas o bien ramas que ya produjeron y así producir frutas de buena calidad.
Se deben realizar tres podas: de formación, de fructificación y de renovación, esta última a los diez años de vida de la planta.
Cuando están blandas pero firmes es momento de cosecharla, aunque hay que tener mucho cuidado pues es una fruta muy sensible al magullamiento, algo que sucede durante la recolección. Por eso, hay que ser cuidadoso al cosecharlas, tomando la fruta siempre con suavidad y con los dedos pulgar e índice para luego arrancarlas con un leve movimiento a los lados.
Para tener una mejor cosecha puedes prestar atención a los siguientes consejos:
Ubica las moras cosechadas en un recipiente, tocándola una sola vez. Evita colocar las frutas demasiado maduras o a las que les falta madurar. Tampoco aquéllas que estén dañadas.
Disfruta de ese sabor especial que las moras pueden aportar a tus recetas, conservas y mermeladas. ¡Cultiva moras en tu huerto en casa!
Ecohortum