l proyecto se llama “Homahua”, con el cual también elaboran un acondicionador de cabello macizo que, al igual que el shampoo, se comercializa con el nombre Wara. En 2020 duplicaron sus ventas llegando a localidades del interior de Córdoba y también a otras provincias.
El producto se destaca no sólo por sus beneficios para la salud, sino fundamentalmente para el medioambiente al evitar el uso de envase plásticos.
Que Córdoba es cuna de emprendedores y siempre se destaca por generar proyectos interesantes e innovadores, no hay duda. Y justamente, con esta impronta, tres jóvenes crearon un shampoo y un acondicionador de cabello sólidos a base de la saponina de la quinoa, los primeros productos en Argentina de estas características.
El proyecto se denomina “Homahua” y en septiembre pasado recibió una distinción en el marco del programa Emprende INNdustria Córdoba, organizado por el Ministerio de Industria, Comercio y Minería provincial, en la categoría “Ellas Emprende INNdustria”. Los jóvenes recibirán una suma de dinero para avanzar con su iniciativa emprendedora.
Los productos Wara (nombre quechua que significa “lucero”) se fabrican en un inmueble de barrio Providencia de la capital cordobesa. En cuanto al procedimiento de fabricación, Gisela Cari, una de las integrantes del emprendimiento sintetizó que “se hace una masa, se coloca en moldes y se deja enfriar”.
Además de saponina de quinoa, el shampoo y el acondicionador llevan los siguientes ingredientes: tensioactivo derivado del coco SCI (para solidificar), aceite de oliva extra virgen, aceites puros (lavanda, menta o jazmín), conservante Cosgard (usado en cosmética natural) y agua.
Shampoo y acondicionadores sólidos se comercializan en tres fragancias: lavanda, menta y jazmín. Cada unidad pesa 65 gramos y alcanza para 70 o hasta 90 lavados, según el largo del cabello y la frecuencia de uso. Son productos fáciles de transportar.
Para el packaging (envoltorios y cajas), los jóvenes recurrieron a la empresa Theiler Cajas. No obstante, ellos mismos realizan el empaquetamiento de los productos.
Uno de los principales beneficios del formato sólido del shampoo y el acondicionador Wara es que favorece al medio ambiente, ya que evita la proliferación de envases plásticos.
“Logramos una disminución de unos 3.360 envases; esto es algo positivo para la ciudad de Córdoba”, destacó Cari. Y agregó que apuntan a “ser una marca global de productos para el cabello que no causa impacto ambiental”.
Otro beneficio es para la salud humana, ya que el PH de estos artículos capilares cuida el cuero cabelludo y la piel. No tienen siliconas, sulfatos ni parabenos.
“Nuestros productos fortalecen la fibra capilar; hay mujeres que tenían el pelo fino y débil que nos dijeron que se les había engrosado el cabello”, comentó Cari.
Estos productos capilares comercializados con la marca “Wara” se abrieron mercado en la ciudad Capital, el interior provincial y otras provincias.
Entre octubre de 2019 y abril de 2020 elaboraron 300 champús mensuales; a partir de mayo aumentaron la producción a 500 por mes. Pero en agosto volvieron a tres centenares porque no conseguían saponina ni tensioactivo SCI.
Durante el 2020 las ventas se duplicaron, y hasta el presente, en total vendieron más de 3.000 shampoos y casi 1.600 acondicionadores, con un precio minorista de cada producto a $ 499.
Además, este año los emprendedores comenzaron a distribuir los productos Wara en el interior provincial, más precisamente en Marcos Juárez, Pilar y Río Tercero. También, comenzaron a llegar a otras provincias como Buenos Aires, La Pampa, Tucumán y Jujuy. En carpeta figura Mendoza. Y hay consultas desde Uruguay y Chile.
En este sentido, respecto del futuro, la intención de los jóvenes es estandarizar procesos y delegar la fabricación del shampoo y el acondicionador sólido a un laboratorio.
“Es nuestro próximo paso para dar escalabilidad al proyecto”, anticipó Cari, quien también admitió que necesitan mejorar el sistema de producción.
“Queremos invertir en maquinarias y tecnología; y apuntamos a la exportación, para lo cual necesitamos autorización de la Anmat para salir del país”, aseveró.
Todo comenzó en 2017 cuando Gisela Cari, una jujeña estudiante de abogacía en Córdoba, conocía la actividad de los productores de quinoa en Humahuaca y tuvo la idea de elaborar barritas de cereales en base a este pseudocereal de alto porcentaje proteico.
Y así nació “Homahua”, término surgido como un juego de palabras mientras Cari pensaba en los productores norteños. Se unió con Martín Malicho (estudiante) y Estanislao Díaz (chef), y se lanzaron a vender las barritas de quinoa en ferias y dietéticas.
Con el tiempo, los jóvenes dieron de baja ese negocio, sin embargo, decidieron seguir trabajando con la quinoa. Cari viajó a Jujuy para interiorizarse sobre la saponina, cáscara que recubre el grano de la quinoa y es quitada por los productores después de la cosecha, por lo cual queda como residuo.
Trajo 16 kilos de saponina y, junto a técnicas en química de la Universidad Nacional de Córdoba, la analizaron. “Vimos que tenía propiedades de detergente natural y era un desengrasante generador de espuma, además de poseer beneficios para el fortalecimiento capilar”, recordó la joven emprendedora.
Tras varias pruebas con diferentes porcentajes de saponina en los ingredientes utilizados, dieron con la fórmula correcta para que el shampoo y el acondicionador se endurecieran. De inmediato, los tres jóvenes empezaron a fabricarlo los productos capilares a base de quinoa.
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