¿Determinará el coronavirus el fin de la economía tal como la conocemos?

nte la crisis global generada por la pandemia de coronavirus, nadie tiene claro cuál sea la realidad económica a la que nos enfrentemos una vez que pase la tormenta. “Por mucho que confíe en que podemos volver a arrancar la actividad económica ordinaria, eso solo sería el inicio de nuestro problema”, opinó Adam Tooze, historiador en la Universidad de Columbia (Nueva York, EE.UU.) y autor de “Crashed”, un estudio de los extensos efectos dominó globales de la crisis financiera del 2008.

Sería imprudente hacer predicciones sobre cómo lucirá el orden económico mundial en cinco años o, incluso, en cinco meses. Pero la lección económica que nos deja esta situación es que esos sorprendentes efectos dominó tienden a ser resultado de debilidades de mucho tiempo no abordadas. Las crisis ponen en primer plano cuestiones fáciles de ignorar en buenas épocas.

Un candidato obvio es la globalización, en la que las compañías pueden cambiar la producción donde sea más eficiente, las personas pueden tomar un vuelo e ir a cualquier parte, y el dinero puede fluir a dondequiera que se le dé el mejor uso.

Sin embargo, hay indicios de que la crisis provocada por el COVID-19 está consolidando esos cambios. “Habrá una reconsideración de cuánto quiere cualquier país depender de otro país”, dijo Elizabeth Economy, miembro de la organización estadounidense Council on Foreign Relations.

Asimismo, el ministro de Finanzas de Francia ordenó a las compañías francesas que revaluaran sus cadenas de suministros para depender menos de China y de otras naciones asiáticas.

“Creo que las empresas están hablando activamente sobre resiliencia”, dijo Susan Lund, socia de McKinsey & Company. “¿Hasta qué grado estarían dispuestas las compañías a sacrificar la eficiencia trimestre a trimestre por resiliencia a largo plazo, ya sea a desastres naturales, la crisis climática, pandemias u otros shocks?”, planteó.

Ella no imagina tanto una retracción a gran escala del comercio global, sino más bien un cambio hacia los bloques comerciales regionales y un mayor énfasis en hacer que las compañías incorporen redundancia en sus redes de suministros. Es probable que los gobiernos insistan en que productos como los farmacéuticos y el equipo médico dependan más de la producción nacional.

Durante la Primera Guerra Mundial se produjo la pandemia más grande de la historia, que surgió en 1918 y fue ocasionada por el virus Influenza A del subtipo H1N1. Allí, hubo una reconfiguración del sistema financiero global, con la libra esterlina perdiendo su supremacía. En el actual contexto, las señales apuntan en la otra dirección: a que el dólar se afiance aún más en el centro del sistema financiero global.

Funcionarios europeos han estado reacios a tomar medidas que volverían al euro más primordial para el sistema monetario mundial. China, por su parte, no quiere reformar su sistema financiero en formas que permitirían que el renminbi se volviera más crucial para el comercio mundial.

Según otras opiniones, en los últimos 12 años a algunos les pareció como que el mundo estaba reviviendo el período de 1918 a 1939, pero en otro orden. Esa era tuvo un colapso financiero global, un ascenso del autoritarismo, el surgimiento de una nueva superpotencia económica y una pandemia.