u aceite es considerado de alta calidad porque contiene bajos niveles de ácidos grasos saturados y alto porcentaje de ácidos grasos no saturados, tan recomendados para las dietas alimenticias, asociado a una disminución del riesgo de enfermedades coronarias.
La capacidad del cultivo de desarrollarse en una amplia gama de climas y suelos lo hace una opción válida de ser cultivado en las diferentes zonas agroecológicas de Argentina, Uruguay y Paraguay.
A diferencia de la mayoría de los cultivos oleaginosos que se producen en época estival, la colza, por su ciclo inverno-primaveral, accede al mercado en otra época del año, incrementando el abastecimiento de la industria y no superponiéndose con las demás especies oleaginosas.
Se constituye entonces, en una alternativa válida para dispersar riesgos agroeconómicos y obtener mayores beneficios a través de una producción diversificada.
La producción tiene colocación tanto en el mercado interno como externo, siendo los de aceite de calidad y de biocombustible los de mayor demanda. Esto ofrece a la producción diferentes alternativas para la comercialización.
Se adapta a diferentes tipos de suelos, desde textura arenosa a suelos pesados. Evitar aquellos que se encharquen o que tengan una cantidad excesiva de malezas crucíferas.
No trabajar con lotes donde recientemente se haya aplicado atrazina, imazaquín, imazetapir, flumetsulam.
En los barbechos químicos evitar el uso de sulfonilureas y no es aconsejable aplicar 2-4 D muy cerca del momento de siembra.
Es conveniente una preparación anticipada tendiente a lograr un buen control de malezas, acumulación de agua en el perfil y un buen nivel de fertilidad inicial.
Evitar sembrar con exceso de humedad porque no se logra un buen cierre del surco, quedando muchas semillas expuestas.
La semilla es muy pequeña por lo que se deberá poner cuidado en las labores finales de manera de obtener una cama de siembra firme, pareja y refinada, de forma que se logre un buen contacto de la semilla con el suelo, permitiendo una buena implantación.
Pueden utilizarse sistemas de siembra convencional o de directa teniendo la precaución en este último de disminuir el volumen de rastrojo en superficie. Para ello recomendamos la utilización de algunas de las siguientes técnicas: el pastoreo previo a la siembra, la confección de rollos, el uso de rolos para desmenuzarlo, como así también, el uso de trituradores y desparramadores en las cosechadoras de los cultivos previos. Otro aspecto importante a tener en cuenta en el sistema de siembra directa es el tren de siembra que debería estar provisto de cuchillas turbo + barrerastrojos + mono o doble discos sembradores, seguidos de lengueta o rueda compactadora.
La cuchilla es importante porque si no se coloca se corre el riesgo de que los discos sembradores.
Las siembras tempranas comprendidas entre los meses de Abril y Mayo son las más convenientes. Siembras tardías de Junio han dado buenos resultados pero se debe tener en cuenta el riesgo de heladas en la etapa de cotiledón y hasta la segunda hoja verdadera inclusive.
Se utiliza sembradora de grano fino, dentro de éstas se sugiere utilizar las que están provistas de cajón alfalfero, o con cajón semillero que permita sembrar la densidad requerida sin el agregado de ningœn inerte porque éstos tienen distinta granulometría.
Con 5 a 7 kilos por hectárea se garantizan entre 80 y 100 plantas por metro cuadrado.
Se puede sembrar desde 15 hasta 45 centímetros entre hileras.
No excederse de los 2 cm. Las semillas ubicadas en profundidad demoran en emerger y originan problemas de desuniformidad en la madurez.
Es un cultivo que presenta altas demandas de nitrógeno, fósforo y azufre.
Las aplicaciones de fósforo y azufre a la siembra han dado muy buenos resultados, mientras que el nitrógeno puede aplicarse en dos etapas, una a la siembra y otra en el estado de roseta, antes de la elongación de la vara floral.
Este tipo de cultivos corresponden a sistemas de producción donde dos cultivos ocupan una misma superficie durante un período determinado de tiempo.
Diversas son las opciones compatibles a ser usadas, donde las características de cada cultivo en cuestión, en función de su estructura de planta y momentos críticos ligados a los componentes de rendimiento, generan diferentes grados de superposición entre los mismos y la participación relativa de cada uno de ellos.
La colza es un cultivo que aplica perfectamente a este tipo de sistemas para varias regiones del país permitiendo asociarse a cultivos estivales como maíz, soja, girasol y sorgo sin ningún tipo de restricciones.
Por supuesto que cada caso en particular obligará a estudiar con mayor énfasis las distintas situaciones de interacción, evaluando las densidades, espaciamientos, ciclos de crecimiento y otros caracteres más, que permitan lograr el beneficio de aumentar la productividad anual del suelo sustentada en el aprovechamiento racional y diferencial de los recursos.
Hay que tener en cuenta que la colza es lenta en sus primeros estadíos de desarrollo, si se trata de sistema de siembra convencional se puede utilizar productos de presiembra como trifluralina. En aplicaciones post-emergentes no se registran problemas con el uso de graminicidas y para el control de malezas de hoja ancha se sugiere el uso de clopyralid.
Se debe visitar frecuentemente el cultivo durante la etapa de roseta y elongación de las varas florales para detectar plagas como Pulgón Ceniciento (Brevicoryne brassicae) y polilla de las coles (Plutella Xilostella); esta última se detecta fácilmente al recorrer el cultivo y ver volar una pequeña polilla en el momento de elongación de la vara floral.
Todo Agro