Del balcón a una huerta hidropónica que revoluciona el mercado regional

quello que empezó como un hobby mientras estudiaba en Córdoba, años después se convirtió en un emprendimiento que revoluciona el mercado de los vegetales en nuestra región y la manera de alimentarnos, bajo una técnica de cultivo que crece como opción más económica, práctica y saludable: la hidroponia.

Andrés Secrestat vive en La Francia, tiene 29 años y es ingeniero industrial, pero encontró en la huerta hidropónica una forma de sumar a sus ingresos, ya que también trabaja con su padre en una agropartista.

Al proyecto, que comenzó a fines de 2018, se sumó su amigo, Julián Bazán Aguirre, de 32 años e ingeniero químico, quien se mudó de Córdoba a La Francia para trabajar de manera conjunta en este emprendimiento al que llamaron "Huerta Viva".

"En 2015 comencé con una huerta hidropónica en el balcón de mi departamento en Córdoba mientras era universitario. Lo hice para cosechar vegetales para consumo propio y sobre todo, como un hobbie", contó Andrés. Realizó esta tarea durante un año y medio, luego la abandonó.

Pero la idea reflotó a principios de 2017 cuando Julián intentó poner en marcha un proyecto de este tipo en La Calera, cerca de la capital provincial. "Le propuse ayudarlo con su emprendimiento, pero debido a la falta de conocimiento no funcionó bien", contó Andrés.

Sin darse por vencido y firme en su iniciativa de contar con una huerta hidropónica propia, realizó un curso de capacitación sobre el tema y comenzó a experimentar en el patio de la casa de su abuela en La Francia con las primeras plantas de lechuga.

Del invernadero casero a la pyme

"Durante el verano de 2018 hice un invernadero ´casero´ de 100 metros cuadrados en el patio de mi abuela para empezar a hacer pruebas con muchos cultivos como lechuga, achicoria, rúcula, espinaca, acelga y hasta berro", contó Andrés.

"Le propuse a Julián que se mudara a la Francia para hacer algo más grande. Así invertimos en un campo ubicado a 100 metros al sur del pueblo donde construimos un invernadero de 600 metros cuadrados y empezamos a producir sobre todo lechuga", aseveró.

Una técnica sustentable

Actualmente, este tipo de huertas permiten cultivar verduras y aromáticas sin usar tierra, sólo agua y nutrientes, y en espacios reducidos, y son reconocidas por tener múltiples ventajas como su practicidad, su productividad y su costado ecológico.

Aunque no es muy extendida, es una alternativa sustentable que puede adaptarse perfectamente a la producción urbana.

"La hidroponia no se usa el suelo como sostén de la planta, sino que las raíces quedan flotando en agua, la cual tiene nutrientes minerales a los que se suman otros micronutrientes (fertilizantes) que se agregan al agua y son los que la planta necesita para crecer", explicó.

Cultivar sin tierra

Andrés aclaró que existen dos sistemas para hacer hidroponia, siendo que el elegido por él y su socio es a de raíz flotante. "Usamos unos piletones donde las raíces del cultivo quedan flotando sostenidas por un telgopor, que además funciona como aislante de temperatura", precisó.

"Previamente se realiza la producción de plantines en una bandeja a partir de un sustrato denominado turba que reemplaza a la tierra", siguió.

Consultado sobre la elección de este sistema de producción, Secrestat dijo que " la inversión inicial es menor y la producción es más homogénea durante todo el año".

La segunda alternativa implica el uso de caños de PVC blanco agujereados para sostener las plantas. Los mismos poseen una cierta inclinación y demandan del uso de una bomba que hace circular toda el agua por las cañerías.

Ahorra hasta 90 % de agua

En cuanto a las ventajas de la hidroponia, Secrestat destacó que el consumo de agua es mucho menor al que demanda la producción a campo. "Cada planta consume un promedio de cinco litros durante todo el ciclo productivo. Se ahorra entre el 80 y 90% de agua con respecto a la producción a campo, siendo que en este caso el agua recircula en los piletones, y la planta consume solo lo que necesita".

Además, explicó que esta técnica también se puede aplicar sin necesidad de hacer un invernadero y lo fundamentó: "Nosotros lo usamos porque durante el invierno, las plantas están más protegidas de las lluvias y los vientos fuertes. Esto nos permite mantener un producto más homogéneo durante todo el año, tanto en peso como en calidad".

El ciclo productivo varía de acuerdo a la estación del año. "En verano, demanda de 15 a 20 días la producción del plantín y unos 21 días más de crecimiento en hidroponia, hasta su cosecha. En invierno, la obtención del plantín insume unos 30 días y la producción se extiende a 35".

Más de 20.000 plantas anuales

Huerta Viva produce en La Francia lechuga crespa y manteca, además de achicoria, rúcula y albahaca, aunque en la mayor parte se destina a lechuga. "La producción de lechuga nos permite hacer unas 8.000 plantas por mes en invierno y unas 15.000 en verano".

Las mismas se comercializan en una bolsa cónica (para que entre la raíz abajo) de 300 gramos cada una y se distribuye en el pueblo y localidades vecinas como Devoto, San Francisco, El Tío y Arroyito. "Llevamos dos veces a semana en cada pueblo", dijo Secrestat.

Finalmente, expresó su deseo a futuro de ampliar el invernadero para diversificar los cultivos.

La Voz de San Justo