l azúcar forma parte de nuestras vidas: lo consumimos de manera habitual en refrescos, bollería, tartas e incluso, en salsas y otros alimentos procesados. Ahora bien, ¿qué es el azúcar de remolacha? ¿Es realmente mejor que el azúcar de caña? Acompáñanos a descubrirlo.
El azúcar de remolacha se extrae de la planta de remolacha azucarera, un vegetal de raíz pariente de la remolacha o betabel que consumimos en ensalada. Quizá no lo sepas, pero esta planta es, junto con la caña de azúcar, la más utilizada para producir azúcar refinada (azúcar blanco) a lo largo y ancho del mundo.
La remolacha azucarera sirve también para producir azúcar moreno y melaza. Como te imaginas, has consumido este azúcar ¡sin saber que era de remolacha! Esto es bastante normal ya que en muchísimos productos alimenticios no se aclara si el azúcar utilizado es de caña o de este vegetal.
Para obtener el azúcar, es necesario extraer el zumo del vegetal y purificarlo a través de la cocción. Así, el zumo se termina transformando en un jarabe concentrado que al cristalizarse, forma el azúcar de remolacha.
El azúcar se conoce desde tiempos lejanos: ya desde la antigua Persia en la época de Alejandro Magno hay pruebas de su existencia. El conocimiento sobre el azúcar se expandió en Europa durante las Cruzadas, aunque en ese momento se trataba de un artículo de lujo que sólo los ricos podían disfrutar.
A España llegó de la mano de los árabes y fueron los españoles quienes, tras el descubrimiento de América, introdujeron el cultivo de caña de azúcar en el nuevo continente. En 1705, Olivier de Serres, un químico francés, descubrió que la remolacha tenía una composición similar a la de la caña de azúcar. Sin embargo, no fue hasta 1747 cuando se tomó en consideración esta información.
El químico alemán Marggraf documentó la existencia de azúcar en diferentes variedades de remolacha y extrajo su azúcar tras varias semanas de reposo. A principios del siglo XIX, se puso en funcionamiento la primera fábrica de azúcar de remolacha del mundo y de ahí en adelante, el crecimiento de esta producción fue exponencial.
Poder endulzante: ambos azúcares endulzan de manera similar, siendo casi imposible encontrar diferencias significativas entre ellos.
Sabor y aroma: el azúcar de remolacha tiene aroma terroso, con un leve toque oxidado, que le da un ligero sabor a azúcar quemado, mientras que el azúcar de caña tiene un regusto dulce y aroma afrutado.
Punto de caramelización: el azúcar de caña se carameliza más fácil y de manera más uniforme que el de remolacha. Este último puede generar una textura más crujiente que puede ser perfecta para acompañar algunas tartas.
La realidad es que no existen estudios científicos que determinen una gran diferencia nutricional entre el azúcar de remolacha y el de caña. Esencialmente, el azúcar, provenga de la planta que provenga, es sacarosa, un compuesto de moléculas de glucosa y fructosa.
Por este motivo, el consumo en grandes dosis de azúcar puede llegar a contribuir a un aumento de peso o desarrollo de enfermedades como la diabetes o los problemas coronarios. La Asociación Americana del Corazón recomienda limitar la ingesta de azúcares añadidos a un máximo de 24 gramos (alrededor de 6 cucharadas) por día en el caso de las mujeres y 36 gramos (unas 9 cucharadas) para los hombres.
En conclusión, el azúcar de remolacha no aporta mayores nutrientes que el azúcar de caña. Por eso mismo, debes moderar tu consumo de azúcar, sin importar de qué planta provenga. Recuerda que una alimentación equilibrada es la base de una vida saludable.
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