oco a poco, se van consiguiendo avances y van apareciendo diferentes soluciones. Una de las últimas, viene de la mano de la remolacha azucarera, cuyos residuos se han puesto en valor para desarrollar un nuevo material que puede sustituir al plástico y que no solo es respetuoso con el medio ambiente, sino que se ahonda en la economía circular.
Este nuevo material ha sido desarrollado por un equipo de investigadores de la Universidad de Cádiz. En concreto, han hallado un agro-compuesto a partir de residuos de la remolacha azucarera. Su principal característica es que reúne las condiciones óptimas para utilizarse en agricultura ecológica y sustituir, en consecuencia, algunos plásticos contaminantes.
El material combina polietileno de baja intensidad lineal, que es uno de los materiales termopláticos más utilizados en las bolsas de plástico o envoltorios, con carbocal. Este último es un subproducto resultante del proceso de separación de los “no azúcares” del juego extraído en la remolacha azucarera.
Un material que se ha visto que es efectivo y que permitiría reemplazar a algunos plásticos sintéticos o bien derivados del petróleo, que tienen una alta demanda, pero que dañan el medioambiente.
Los beneficios de este nuevo producto aún van más allá porque permite el reciclado de desechos agrícolas y el uso de materias primas secundarias de alta calidad, aparte de reducir la huella de dióxido de carbono.
Este proyecto se enmarca dentro de un trabajo de investigación en el que se ha contado con la colaboración del grupo Innanomat de la Universidad de Cádiz dentro de las actuaciones del proyecto de Desarrollo de materiales funcionales de base polimérica para aplicaciones industriales en fabricación aditiva.
Además, el carbocal es suministrado por la empresa Nueva Comercial Azucarera SA. Para inyectar el material en formato de gránulos, se contó con la planta de Torrent Innova SL, pudiendo así obtener los primeros prototipos a partir de moldes de inyección.
Ecologismos