Transformación del aceite de oliva

Hace unos años, tener aceite de oliva en la cocina del hogar era un lujo que no todos podían permitirse; cuando el consumo se hizo masivo, las botellas se volvieron genéricas, con etiquetas pasadas de moda, cubiertas de logos y detalles técnicos del producto.

“La mayoría de nosotros no nos apegamos a una marca en particular, lo cual me parecía un poco extraño porque el aceite de oliva es una parte muy importante en nuestra vida. Lo usamos en muchas comidas”, señaló Aishwarya Iyer, fundadora de Brightland, una marca estadounidense de aceite de oliva que busca romper con la elaboración tradicional. Asociada a una familia productora de California, cosechan las aceitunas y las trituran en el establecimiento para crear un aceite extra virgen de alta gama. Las botellas se venden a US$37.

El objetivo de Iyer era hacer botellas atractivas, tanto que la gente quisiera usarlas también como decoración en las cocinas, en vez de dejarlas almacenadas junto a otros paquetes de comida en la alacena. Por eso, diseñó las botellas junto a una empresa de diseño gráfico que creó unas etiquetas simples con pequeñas formas abstractas en colores. Además, creó dos variedades, con flavours distintos que agregan valor al aceite.

Una variedad, denominada Alive, es suave y con un toque de tomate verde y almendra. Iyer recomienda usarlo en aderezos y maridajes, alimentos horneadas, hummus e, incluso, en postres como sorbetes o chocolate. Esta variedad está hecha con aceitunas de Arbosana y Arbequina.

En tanto, la otra variedad, Awake, tiene un sabor más fuerte, con un toque a hierbas. Iyer recomienda usarlo en comidas como sopas, estofados, papas horneadas, pollo asado, huevos fritos y pan casero. Está elaborado con aceitunas de Arbequina.

A nivel diseño, el aceite Alive se identifica por los colores rosas y anaranjados; mientras que Awake contiene colores azules y anaranjados. Según Iyer, la inversión en el diseño disruptivo dio sus frutos, ya que muchos consumidores empiezan a viralizar el producto con publicaciones en Instagram; además, señaló que muchos compran las botellas como regalo: “Nunca antes pensé en regalar un aceite de oliva, pero muchas personas están comprando las botellas de Brightland para regalar a los anfitriones de una cena o inauguración porque creen que las botellas quedan muy lindas en la cocina”, sostuvo la fundadora.

Al momento, las botellas solo se pueden conseguir en Estados Unidos, a través de la página web de Brightland, pero la fundadora planea comenzar a venderlas en tiendas y realizar envíos internacionales.

Iyer decidió embarcarse en este negocio cuando aprendió de qué está hecho el aceite de oliva típico. Como ejemplo, indicó que cuando sabe mal, probablemente esté contaminado con larvas. Explicó que las moscas en los olivos ponen huevos en aceitunas que luego son procesadas y transformadas en aceite. Además, puede saber mohoso cuando las aceitunas fueron trituradas con tierra y rancio cuando fue expuesto a la luz, calor o aire durante el proceso de almacenamiento.

Para adentrarse más en el negocio, Iyer tomó clases sobre producción de aceite de oliva y buscó un establecimiento productivo con una elaboración pura. Para ella, el foco está en el proceso, el sabor y la belleza. Por eso, prefirió no mostrar toda la información técnica en las etiquetas, para simplificar el diseño. En la página web, hay una sección donde los clientes pueden encontrar más información acerca de los estudios realizados, pero Iyer no involucra toda esta información en las campañas de marketing; explicó que los consumidores jóvenes están acostumbrados a investigar antes de comprar un producto y, por eso, no es necesario transmitirlo comercialmente ya que igualmente lo harán.