Desde el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura sostienen que para 2050 se deberá producir el doble de alimentos con menos recursos, tanto en lo que respecta a la tierra cultivable como a la disponibilidad de agua. En ese contexto, el sector afronta un gran desafío: la maquinaria agrícola debe ser más amigable con el medio ambiente y permitir ganar eficacia.
En relación al tractor, esto implica el desarrollo de motores que permitan tanto un consumo más eficaz del combustible, como la conversión de la energía química en mecánica, hidráulica y eléctrica. Además, los gases de escape deben ser cada vez menos contaminantes, lo que se puede lograr a través del sistema EGR –por las siglas en inglés de Exhaust Gas Recirculation, que significa recirculación de gases de escape– y el SCR –por las siglas en inglés de Selective Catalytic Reduction, es decir, la reducción catalítica selectiva, mediante la cual se inyecta urea al escape–.
Asimismo, ya existen motores que utilizan biogás en vez de gasoil o biodiesel; por ejemplo, el B7, que tiene el 7% de aceite permitido por ley en nuestro país. En esta línea, también existe un tractor de 190 CV con un motor de seis cilindros que funciona con biometano y posee una autonomía de alrededor de ocho horas.
El biometano, conformado mayormente por metano y dióxido de carbono, resulta de la fermentación anaeróbica de distintos desechos como, por ejemplo, las heces de las vacas –las heces de doscientas vacas pueden suministrar hasta un mes de combustible para el tractor–. No obstante, también puede proceder de la fermentación de restos alimentarios, residuos de tambo o feedlot y restos de cosecha. En ésta última opción, las emisiones de dióxido de carbono son casi nulas.
Sin embargo, como el tractor es partícipe de prácticamente todas las tareas a campo, también se necesitan transmisiones y sistemas hidráulicos capaces de responder a las distintas prestaciones que debe realizar. En cuanto a las transmisiones, los tractores modernos cada vez utilizan más las transmisiones sin escalonamiento de marchas, que pueden ser mecánicas, mixtas o hidráulicas; de esta manera, no se interrumpe el avance para realizar un cambio de velocidad. Esto no solo permite un ahorro en el consumo de combustible, sino también un mejor aprovechamiento del tiempo de trabajo.
Por otro lado, cada vez se promueven más los sistemas de producción que cuidan el suelo, como la siembra bajo el rastrojo, que consiste en realizar la menor remoción posible de suelo. Para ello, se debe reducir al máximo la compactación por el pisado de las máquinas agrícolas. En este sentido, los tractores de doble tracción y los neumáticos de estructura radial ayudan a disminuir el nivel de compactación.