os corrales pueden ser construidos con diversos elementos como piedra (pircas), palo “a pique”, maderas o con alambrados. Estos últimos son los más usados en la actualidad.
El alambrado que rodea a los corrales puede ser construido con “postes reforzados” de quebracho colorado que emergen alrededor de 1,80 m. del suelo, colocados a una distancia de 3 m. entre sí y con 8 a 10 hilos separados de 15 a 20 cm. uno del otro.
Cuando en los alambrados de los corrales se emplean alambres de alta resistencia comunes (17/15), los tres hilos “atadores”, o sea, aquellos en los que se “manean” las varillas, suelen ser dobles. En muchos casos se construyen directamente con alambres de mayor sección y resistencia.
Como elementos para tensar el alambrado se usan las “torniquetas”, que pueden ser de diferentes tipos y funciones: golondrina, cajón, doble. Las mismas deben ser reforzadas en el uso en corrales.
Las varillas que se utilizan, generalmente son de lapacho de 2” x 2”, y se colocan de 0,70 a 1 metro de distancia una de otra. En las esquinas de los corrales o al lado de las tranqueras se construyen “remates” o esquineros dobles, también llamados orientales, a fin de darle solidez al conjunto.
Los pisos de los corrales, si su uso lo justifica, pueden ser entoscados, empedrados o pavimentados con bloques de cemento especialmente diseñados para esta función. Función: los corrales reciben diferentes denominaciones según la función que cumplan, existiendo corrales de “encierre”, de “depósito” y de “aparte”. Los primeros o de “encierre” son aquellos donde se coloca o encierra la hacienda que esta lista para entrar a la manga, a fin de efectuarle algún tratamiento u operación de manejo.
El corral de “depósito” es aquel donde otro lote de hacienda, espera su turno para pasar al de encierre, o donde un lote ya pasado por la manga espera para ser llevado nuevamente a los potreros.
Los corrales de “aparte” son por lo menos dos y reciben a la hacienda que ha pasado por la manga y que por distintas razones debe ser separada en diferentes lotes. Tal el caso de vacas “vacías” y de vacas “preñadas”, animales “sin terminar” y animales “terminados”, etc.
Diseño y dimensiones: la construcción de los corrales redondos permitiría facilitar el desplazamiento de los animales, pero en la práctica resultan muy costosos. La alternativa más adecuada en la diagramación de los corrales es aquella que evita las formas cuadradas y mantiene figuras rectangulares cuyas proporciones largo – ancho deberían ser 2:1. Esto facilita el movimiento de la hacienda, evitando que la misma se “embolse” en las esquinas. Para impedir que esto ocurra se pueden “recortar” los esquineros mediante diversos sistemas: construyendo ochavas con el sistema denominado oriental (doble poste con tranca), colocando tablas en diagonal entre dos postes.
Las dimensiones de los corrales estarán relacionadas con el tamaño del lote de hacienda más grande que se lleve a la manga para efectuar un trabajo. Para realizar un cálculo aproximado de su superficie, resultaría conveniente adjudicar dos metros cuadrados (2 m2 ) por animal bovino.
Por otra parte debe considerarse en la planificación un número no menor de seis corrales para agilizar el desplazamiento del rodeo.
Ubicación: la ubicación de los corrales y manga propiamente dicha se debe planificar en una parte alta del campo (para impedir anegamientos), y en un punto relativamente céntrico del mismo.
La superficie ocupada por el conjunto corrales-manga suele tener forma rectangular, en cuya parte media central y siguiendo el eje mayor del rectángulo se ubica la manga propiamente dicha.
También es recomendable que haya acceso a la manga por distintos lados, en vez de uno solo, que obligaría a tener un único potrero destinado a pre-encierre.
Se recomienda que en el complejo corrales-manga se cuente con abrigo para el viento y el sol. Se pueden plantar, ubicándolos estratégicamente, árboles de hojas caducas, lo que evitará sombra y falta de secado en el invierno.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires