s por esto que debe estar diseñado pensando en el bienestar y seguridad de las personas que trabajan en la misma. Las instalaciones de ordeño bien diseñadas permiten que la gente trabaje menos tiempo y con mayor bienestar. A continuación, recomendaciones que se deberías tener en cuenta a la hora de construir una fosa para el tambo.
Las fosas deben ser de 1,6 - 1,7 m de ancho. Fosas más anchas generan un trabajo más
lento ya que se necesita caminar más de un lado al otro. En caso de que la fosa sea más
ancha, se recomienda el uso de brazos posicionadores de la unidad de ordeño, los cuales
despejan la fosa y facilitan el cambio de posición de la unidad de ordeño de un lado al otro.
La profundidad ideal para la fosa es de 0,85 a 1,00 m. Las fosas con una profundidad menor a la indicada provocan que las personas tengan que trabajar en una posición incómoda.
Las paredes deben ser inclinadas o tener un nicho para acomodar los pies de los ordeñadores y trabajar en forma más ergonómica.
La superficie y pendiente del piso de la fosa tienen gran influencia en el bienestar de los
trabajadores. El piso de la fosa debe ser antideslizante para evitar lesiones, idealmente con alfombra de goma.
El centro de la fosa debe ser más alto que los bordes, con una diferencia de 4 cm de alto, con caída hacia las paredes de la misma (Foto 4). Esto eleva los talones de los ordeñadores y reduce la tensión en los músculos de las piernas de los mismos.
Si la distancia entre la baranda de pecho y la baranda de cola es correcta, no se necesita más que un pequeño “freno” o “borde” para que la pata de la vaca no se deslice hacia la fosa, porque el deslizamiento genera inseguridad en el animal. Si el borde se hace de hormigón, alcanza con una altura y un ancho de 5 a 6 cm. Se puede usar un caño galvanizado o una chapa de acero inoxidable colocados en la pared de la fosa.
Las escaleras para bajar a la fosa deben tener un diseño que permita usarlas con seguridad: piso antideslizante y baranda si la escalera es muy angosta.
Las vacas prefieren un ambiente bien iluminado y los ordeñadores necesitan suficiente luz para detectar lesiones en los pezones y alteraciones en la leche. A su vez, una buena iluminación crea un ambiente de trabajo más agradable. En la fosa se necesita un nivel de iluminación de 500 lux (comparable con una oficina bien iluminada), en el resto de la sala aproximadamente 200-250 lux.
Es conveniente que la luz sea blanca para poder detectar cambios de color en la leche. Los tubos fluorescentes con protectores adecuados, instalados paralelos a la fosa, dan una muy buena distribución de la luz. Esto también se puede lograr con lámparas de bajo consumo o LED con pantallas adecuadas.
Para lograr una buena iluminación se necesitan cuatro hileras: una de cada lado de la fosa y una de cada lado de la sala para iluminar las caravanas de las vacas.
En el corral es importante instalar las lámparas de tal manera que no encandilen a las vacas cuando ingresan al corral ni cuando pasan a la sala de ordeño.
Factor Humano Tambo Argentino