e este modo el Mercado, que depende de la Secretaría de Turismo, mantiene su función social aún en tiempos de pandemia por COVID-19, permitiendo que las artesanas que viven alejadas de centros más poblados, y a quienes les resulta muy complicado trasladarse para adquirir la materia prima, puedan continuar con su producción.
Esta vez, atendiendo a los requerimientos de distanciamiento social, el reparto de los vellones de lana se realizó casa por casa, a diferencia de como habitualmente se hace: en un espacio común y con la presencia de varias artesanas de la zona al mismo tiempo. Para realizar el reparto, la directora de Producciones Artesanales, Andrea Pombar, diseñó una logística que involucró las localidades de Victorica, Santa Isabel, Puelén, Chos Malal , La Humada y los puestos intermedios, contando con los correspondientes permisos de circulación.
“De esta forma, nos aseguramos que todas reciban lana de buena calidad, con excelente textura, ahora pueden comenzar con el proceso de hilado o lavado, según el método que ellas adopten, y luego el teñido, para comenzar el tejido en telar”, indicó Pombar, quien destacó la importancia de esta entrega porque “en unos meses volvemos a buscar sus trabajos, a hacer la compra” y de esta manera ofrecer las artesanías en los distintos puntos de venta que tiene el Mercado en Santa Rosa, Quehué y Casa de La Pampa en CABA.
Con más de 40 años de presencia bajo la órbita del gobierno provincial, el Mercado Artesanal cumple una importante función desde lo socio económico, acompañando el trabajo de más de 150 artesanos de toda La Pampa, con especial atención a las tejedoras, cuya producción fue recientemente declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de nuestra provincia.