n medio de la crisis desatada por el coronavirus, la pesca de la región sigue creciendo. Con una destacada zafra de calamar, se estiman exportaciones por US$1.300 millones para el cierre de año.
Acercándose al final del 2020, la industria pesquera protagoniza una temporada in crescendo. Según la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (Capeca), si bien la zafra de langostinos demoró su comienzo debido a conflictos gremiales, el calamar salvó la temporada, aportando US$380 millones en exportaciones.
De acuerdo a los datos proporcionados por la Cámara de Armadores Pesqueros Argentinos (CAPA), la zona norte fue la gran protagonista del año, registrando la mejor pesca en siete años.
Los magníficos resultados no dejan de sorprender a propios y extraños, teniendo en cuenta los recortes presupuestarios durante el 2019 que derivaron en las escasas prospecciones geológicas y geofísicas del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep), dificultando un normal desempeño de la actividad.
Sumado a esto, no puede obviarse la reciente alerta lanzada por la Alianza Latinoamericana para la Pesca Sustentable y Seguridad Alimentaria (Alpesca), respecto a la presencia de, al menos, 300 embarcaciones extranjeras en las zonas económicas exclusivas de Argentina, Ecuador, Perú y Chile.
En este sentido, la organización instó, tanto a los gobiernos latinoamericanos como a las entidades correspondientes, a fortalecer el sistema regional de manejo pesquero con medidas precautorias comunes, tales como la prohibición de los trasbordos en altamar, la implementación de observadores a bordo y el establecimiento de controles navales. Hasta el momento, las autoridades marinas y navales nacionales no detectaron ningún barco sospechoso frente a las costas argentinas.
Si bien las proyecciones para el calamar y el langostino son buenas, los representantes del sector prefieren seguir de cerca el avance de la pandemia en el hemisferio Norte, dado que el impacto en la industria del turismo durante el próximo verano puede determinar el destino de los moluscos y crustáceos en los hoteles y restaurantes europeos.
Respecto a la merluza común, las exportaciones cayeron hasta los US$165 millones, con precios de exportación desplomados por la pandemia. En el caso de la merluza negra, la cotización disminuyó de US$30.000 a U$S15.000 la tonelada.