La planta se puede conseguir originalmente a todo lo largo de américa central, destacándose México y Nicaragua y su cosecha ha generado muy buenos resultados en los proyectos de cosecha alternativa aplicados en Argentina y Bolivia. Si quieres saber todo lo que hay que saberse sobre cómo plantar y cultivar chía, este es tu artículo.
Debido a que el tallo de la planta pronta a la germinación es muy pequeño y débil no se recomienda la plantación directa en el campo, por lo que debemos utilizar el semillero o macetas dependiendo de la cantidad que se desee cultivar. Para la siembra a nivel agrario es recomendable utilizar entre 10 a 15 kl de semillas por ha.
Si se decanta por el uso de los semilleros la proporción de crecimiento de la semilla es de cada 10 gramos, alrededor de 150 a 200 plantas de salvia. Una vez transcurrido el mes de la germinación o teniendo al menos una cantidad de 3 a 6 hojas manifiestas cada una, las plantas germinadas ya pueden ser trasplantadas.
La distancia aconsejable entre plantas para el cultivo es de al menos 20 centímetros entre cada una de las plantas de la hilera y cada hilera debe ser separada al menos unos 70 centímetros.
Otro factor importante en la siembra de las semillas de chía es el factor climatológico, el cual no debe bajar de los 10 grados en ningún momento del año, siendo recomendable la plantación de la semilla en los meces de febrero – Mayo.
La fertilización de la planta de chía o la salvia se basa principalmente en el uso de fertilizantes naturas previos a la germinación de las semillas, para los semilleros el uso de compost o humus es lo más recomendable, mientras que para las plantaciones se recomienda alrededor de 200 – 300 kg de estiércol por ha.
Durante el año, dependiendo de las condiciones de acidez y nutrientes del suelo, se debe agregar nitrógeno, fosforo y potación en cantidades variables dependiendo de la condición del terreno, usualmente suele rondar entre los 45/100/90.
Otros cuidados a tener en cuenta en el cultivo de chía son el control de la humedad, esta planta es altamente sensible a la humedad de los suelos con mal drenaje, por lo que se debe evitar a toda costa los encharcamientos y los niveles de humedad prolongados a más del 50%. La planta de chía es bastante resistente a las sequias.
La salvia hispánica es muy susceptible a las bajas temperaturas y no suele sobrevivir a condiciones ambientales que posean temperaturas menores a los diez grados.
El suelo debe ser aireado y desmalezado con frecuencia típica de cultivo para evitar la parasitación del suelo y el mal desarrollo de la flora.
El proceso de cosecha de la chía se da en periodos de aproximadamente 4 meses, este es el tiempo que tarda en crecer la flor de donde se extrae la semilla. Por línea general el proceso de cultivo se mide por el color de la flora de la planta que es de color morado intenso cuando está iniciando el proceso de formación, en el transcurso de los meses el color de las flores va desapareciendo y esta se va secando.
Una vez que la flor tiene una tonalidad marrón uniforme es el momento oportuno para la cosecha, si esta se realiza a través de sesgo de la planta se debe evitar cortar a menos de 10cm para permitir de esta manera que la planta pueda crecer nuevamente.
La cantidad de cosechas que se pueden realizar en el año está limitada a un máximo de 2 y el ciclo vital de la planta puede llegar a alcanzar los 6 años de edad.
Buena Granja