a acción del viento sobre el bienestar de personas y animales suele ser un severo problema en los espacios abiertos. También es una limitante para el crecimiento de muchas plantas delicadas o no adaptadas a esas circunstancias. El efecto protector de las barreras se hará notar hasta una distancia igual a diez veces su altura, según cuan densas y anchas sean y estén colocadas las plantas.
Una cortina que tiende a enviar el viento hacia arriba, suavemente, es más efectiva que una pared vertical. Eso se logra diseñando líneas que vayan escalonando la altura. Se parte de arbustos grandes; luego se ubican los arboles bajos o medianos, finalmente se plantan los de mayor magnitud.
Los suelos poco profundos, con tosca a pocos centímetros, serán una limitación para eucaliptos. Pinos halepensis o cipreses tendrán más posibilidades de perdurar.
Zonas húmedas con suelos que suelen encharcarse, son aptas para Álamos y Casuarinas, pero no así para la mayoría de las coníferas, muchos eucaliptus ni los Cotoneaster.
Las heladas muy intensas suelen afectar a Casuarinas, mientras que álamos y coníferas las soportan sin problema-
Si las barreras tienen que estar cerca de viviendas, silos o galpones, descarte los Eucaliptus.
Leylandis harán una buena cortina detrás de una pileta de natación, mientras que Casuarinas y Eucaliptus ensuciaran el agua.
Las cortinas dan sombra agradable en verano pero incomoda en invierno. Por lo tanto, la altura de la planta elegida, su foliación caduca o persistente y la distancia a la que se colocara, son factores a tener en cuenta.
Hacia el sur podremos ubicar todo lo de hoja persistente sin inconvenientes. En invierno las plantas ubicadas hacia el norte proyectaran una sombra más larga que en verano y será mayor cuanto más al sur nos encontremos.
Los arboles se pueden colocar a distancias definidas que permitan el paso de un tractor y sus herramientas de desmalezado o riego, o bien en montes informales que serán parte del paisaje.
Las líneas deben distar entre 2.5 a 4m, dependiendo del ancho de la base del árbol. La distancia entre plantas depende de la especie a plantar y de la necesidad de detener los vientos. Cipreses piramidales y Álamos piramidales pueden colocarse a 1 m o menos, mientras que Pinos, Leylandis, Eucaliptus y Casuarinas, la distancia más adecuada es de 4m.
La densidad de la cortina debe ser tal que bloquee el paso de vientos fuertes, pero nunca tan densa que impida que pase algo de aire en movimiento en las mañanas frías, lo que ayuda a disminuir el daño por heladas.
La cantidad de líneas también tiene relación con el deseo de cerrarnos más o menos al viento. No menos de dos y hasta cuatro líneas es lo habitual para las mencionadas especies.
Diario La Opinión