a huerta agroecológica de primavera-verano debe llevarse bajo un adecuado manejo en materia de aporte de nutrientes, calidad de luz y control de plagas, entre otros aspectos.
El riego es otro de los factores de vital importancia debido a que el agua para el cultivo así como la eficiencia en el uso de este recurso tienen un efecto importante en el rendimiento.
“Debemos procurar en nuestra huerta que el espacio de exploración radicular de nuestros cultivos, al menos 40 centímetros, se mantenga húmedo durante todo el ciclo, pero nunca saturado pues en ese estado la planta no puede absorber el agua”, indica Agustín Colson, técnico de Prohuerta (MDSN/INTA) de la Agencia Avellaneda del INTA AMBA.
El especialista aseguró que la demanda de riego será mayor con temperaturas elevadas, en días más largos y ventosos. Mientras que disminuirá con temperaturas bajas, días cortos y alta humedad relativa.
El técnico del INTA Avellaneda define al riego como la aplicación adicional de agua al perfil del suelo. Según afirma Colson, se utiliza “para suplementar, favorecer el activo crecimiento, la sanidad y la expresión del máximo potencial de los cultivos cuando las precipitaciones no son suficientes o no son parejas durante el ciclo del cultivo, produciéndose balances hídricos negativos en momentos críticos de los mismos”.
En relación a cuánto regar, el técnico del INTA AMBA resaltó: “Dependerá el tipo suelo, su capacidad de absorción, momento del año, temperatura, humedad, presencia de vientos fuertes, tipo de cultivo, densidad de plantas y las prácticas culturales que lleve adelante el huertero” y agregó: “Para esto, en la medida de lo posible y principalmente durante los meses de mayor demanda de agua, es recomendable aumentar la frecuencia de riego al mismo tiempo que se disminuye la cantidad de agua por aplicación. Es decir, resulta más conveniente, a modo de ejemplo, hacer dos riegos diarios de 15 minutos que regar la misma cantidad en un solo riego de 30 minutos, de esta manera será menor la cantidad de agua que se pierda por drenaje profundo”.
Respecto a la temporada primavera – verano, el experto del INTA Avellaneda explicó: “En los meses más calurosos se recomienda siempre alejado de las horas de mayor temperatura. Por lo tanto, las primeras horas de la mañana y luego al atardecer suelen ser los mejores momentos para incorporar agua a través del riego. Si se ha de optar por una de las dos, la mañana temprano será la mejor opción. De esta manera disminuimos las perdidas por evaporación”.
El agua dulce es un recurso escaso y limitado. “Aproximadamente solo el tres por ciento del total del agua en el planeta es agua dulce, y de este porcentaje el dos por ciento se encuentra en estado sólido conformando glaciares, hielo y nieve”, informó el técnico.
La principal fuente de agua son las lluvias. Para riego, dependerá de la zona o región donde se encuentre la huerta. Puede ser agua corriente, de pozo, o que llega por canales. La capacidad de la huerta queda determinada con la cantidad de agua con la que se cuente.
En este sentido, para disponer de agua durante todo el año es recomendable establecer sistemas de almacenamiento de excedentes, de esta manera conservamos sobrantes que se perderían por percolación o en el peor de los casos por escorrentía ocasionando encharcamientos o inundaciones.
Debe tenerse especial cuidado en el almacenamiento. Se procura utilizar mallas o tapas que imposibiliten la ovoposición del vector del virus del dengue.
“El criterio será abogar por un balance hídrico equilibrado, es decir favorecer la infiltración, minimizar las pérdidas indeseables de agua ya sea tanto por drenaje profundo como por escorrentía y evaporación, fomentando una estructura del suelo que permita una gran absorción de agua, manteniendo el suelo cubierto, y aportando materia orgánica”, concluyó Colson.
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