Biomasa: una fuente de energía renovable competitiva y económica

Debido a que gran parte de los habitantes del planeta intentan mantener un estilo de vida sustentable, el uso de energías renovables viene creciendo exponencialmente en nuestro país. Tanto es así que varias empresas están empleando la biomasa, mientras que otras se encuentran en fases de investigación sobre este recurso.

La biomasa es la obtención de energía por medio de la materia orgánica producida por plantas y animales, como la madera, las hojas de los árboles, las cáscaras de los frutos secos, o los residuos generados por diversas actividades o industrias.

El proceso para obtenerla comienza cuando las plantas almacenan la energía del sol –mediante la fotosíntesis–, y la transforman en energía química, que se aprovechará más adelante. El resultado es una fuente no contaminante y sumamente competitiva.

Para conseguir energía a partir de biomasa se realiza el método de combustión directa a través de la quema de la madera, que genera energía térmica y eléctrica. El procedimiento se hace por medio de calderas de biomasa, que usan como combustible residuos forestales. Estas máquinas son seguras, económicas y eficientes en términos medioambientales. Con la biomasa también se puede producir biogás y otros combustibles como el biodiésel.

Es un método que se puede realizar en ambientes chicos o grandes, que puede servir para calefaccionar una casa, o usarse en centrales térmicas para obtener electricidad o suministrar energía a una ciudad.

En comparación al uso de energías tradicionales, la biomasa se trata de un recurso renovable, que se obtiene a partir de fuentes inagotables, que tienen una capacidad enorme de regeneración natural. Asimismo, es un método que permite que los residuos se conviertan en recursos, donde el excedente de la producción de la industria agrícola es lo que se usa para obtener energía. Los residuos que provoca la biomasa, como las cenizas, pueden volver a usarse como abono.

Este procedimiento no es contaminante a pesar de que implique combustión. Al ser quemadas, las plantas expulsan la misma cantidad de dióxido de carbono que absorbieron en su ciclo de vida, por lo que este gas no aumenta en la atmósfera.

Su implementación también colabora con la limpieza forestal. El uso de los residuos de la naturaleza implica que haya menos incendios, erosión y degradación del suelo, y logra los mismos resultados que otras energías a un precio más económico, que puede llegar a ser cuatro veces menor que el de combustibles como el petróleo o el carbón.

Por otra parte, es un sistema que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y favorece la diversificación del sector forestal, lo que aumenta la necesidad de empleos en el ámbito rural.

Ledesma, la empresa azucarera líder en la Argentina, que desde 2010 usa los restos vegetales que quedan en el campo tras la cosecha, así como los restos de madera de plantaciones sostenibles para obtener energía, estudia un proyecto a partir de biomasa. Cabe destacar que, para esto, en 2012 empezó a hacer plantaciones intensivas de eucaliptus.