Las reuniones de trabajo suelen insumir mucho tiempo y energía y, en la mayoría de los casos, los participantes no tienen ganas de interrumpir su agenda laboral para reunirse. Sin embargo, si cambiáramos nuestra mentalidad y pensáramos de las reuniones como un lugar donde demostrar nuestro liderazgo, los resultados pueden cambiar.
Te compartimos los pasos que te pueden ayudar a vender tus ideas para tener reuniones más productivas y generar un mayor compromiso.
- Determina qué querés vender. El primer paso es tener una mentalidad de vendedor. Si te están invitando a la reunión, es porque los demás creen que algo podés aportar. Por eso, debés estar preparado para demostrar tu punto de vista o dejar clara tu posición.
- Preparate para tu entrada. Si escuchás atentamente los intercambios de opiniones, encontrarás el momento perfecto para comenzar a hablar. Hay varios momentos en los cuales podés tomar la palabra: 1) Cuando los demás comienzan a acercarse a la posición que vos querés demostrar. En tal caso, podés decir: “Estoy de acuerdo con la mirada de X; de hecho, me gustaría agregar que…”. Ese tono colaborador, te hará ganar oyentes. 2) Cuando la discusión se aleja de tu punto de vista; esta es la oportunidad para tomar la palabra y volver a la posición que querés demostrar. Es necesario ser discreto y no comenzar diciendo: “Al contrario” o “No estoy de acuerdo”; esas frases te alejaran de los oradores anteriores y se te marcará como una presencia negativa. En cambio, podés probar lo siguiente: “Aunque veo cómo llegaron a esa conclusión, hay otra perspectiva que creo que deberíamos considerar”.
- Sé concreto con un solo punto de vista. Es importante que demuestres tu punto de vista lo antes posible, antes de perder oyentes; si comenzás a divagar, dejarán de escucharte para cuando realmente llegues al mensaje que querías dar; éste deberá ser una declaración de una sola oración que defina la esencia de tu discurso y sintetice tus pensamientos. El punto de exponer es, justamente, tener un buen punto, una idea simple, clara y atractiva que llegue a todos los presentes.
- Desarrollá tus ideas con puntos claros. No divagues; elige de dos a cuatro puntos que puedan ayudarte a elaborar tu idea de forma exitosa.
- Finalizá con un “call to action”. Especificá qué querés que los demás hagan a partir de lo conversado en la reunión. Es necesario que, tras vender la idea, se cierre con acciones a seguir. Puede ser una leve sugerencia respecto de los siguientes pasos (“Sugiero que creemos un equipo para liderar esta iniciativa”); o puede ser más preciso (“Armemos una planificación de horarios, designemos un equipo y hagamos un informe del progreso para compartir en la próxima reunión”); asimismo, puede terminar con un acto de auto-delegación (“Yo me encargo de esto”).
Con estos pasos, podrás demostrar tu liderazgo en las reuniones y tus ideas podrán beneficiar a la organización y convertir las reuniones en algo más dinámico para todos.